Una noticia de businessweek (comentada en dirson) ha montado un interesante diálogo en /.. Y digo diálogo porque no hay debate, no hay posiciones encontradas sino claridad... en la base.
En efecto, la noticia original, en su contexto inicial, comenta con extrañeza (si no con alarma) que los comerciales y businesspeople en general son ciudadanos de segunda en Googleplex, mientras que los ingenieros y técnicos tienen una mayor consideración dentro de la empresa, en la cultura corporativa y a la hora de la toma de decisiones (en cada escalón, imagino). Se pregunta vplabs:
No quiero analizar esto en términos del siglo XX (reivindicaciones, ideologías) sino en términos del siglo XXI, que por cierto no sé cuáles son. Sin embargo, si todo parece indicar que la actividad sindical (al menos, en este país) no tiene sentido en el sector de las TI, puede que a medio plazo ocurra lo impensable y el comercial deje de tener la preponderancia que tiene ahora. Un pobrecito hablador comenta que:¿El escándalo está tal vez en que el sistema se ha corregido? Es decir, que el ingeniero allí no es el pringado pateado, sino que goza de cierta consideración.
¿Allí se han dado cuenta de que el trajeado es sólo eso, un trajeado? Es decir, alguien que cuida su imagen porque tiene que vender imagen, ya que no puede vender producto.
¿Les escandaliza que cobren más los ingenieros que los financieros? Yo llevo mucho tiempo viendo financieros que en ocasiones cobran el doble que ingenieros desarrollando excelentes productos.
Aqui por ejemplo, siempre ha funcionado, aunque al reves, el tecnico es el ciudadano de tercera categoria, y el vendedor es "el puto amo", aunque venda los productos generados por los primeros. De todas maneras, se ha encontrado la solucion a este problema, puliendose todas las empresas que generaban productos nuevos, vendiendolas o desmantelandolas y convirtiendonos en un pais de servicios, asi ya no hacen falta tecnicos, todo llega listo para vender desde el extranjeroMuchos de los que leéis esto conocéis en vuestras carnes o en carnes ajenas los motivos completamente reales que hacen al PH posicionarse así. Sin embargo, si no llevamos su posición hasta el fatalismo, podemos pensar en un futuro distinto.
Hasta ahora, los límites de la comunicación hacían todopoderoso al contacto personal: la persona con buen aspecto y labia, que franqueaba las barreras de los directivos de empresas e instituciones potenciales clientes de la suya. Todos conocemos el espectro de recursos a su disposición: desde los blancos (su carisma, un detalle a tiempo, la atención cuidada) a los negros (coimas, servicios sexuales, etc.).
Sin embargo, la velocidad de los cambios puede terminar dejando atrás, si no a la figura, al menos sí a su faceta de esperpento: al comercial que le da igual 8 que 80, porque no entiende nada de lo que está vendiendo. Como trataré en un post próximo, el problema es que esto funciona a pelo con los que están en el lado malo de la campana de Gauss: los gilipollas. Para el resto, de sigma -2 a la derecha, pues como que no.
Con el ritmo que está llevando el cambio tecnológico y el sector TI en general, una empresa normal con deseos de sobrevivir necesita tomar decisiones informadas y protegerse contra el que vende humo. La época dorada del consultor ya terminó, y esta política de Google puede ser una avanzadilla de los tiempos por venir.
Y acabo. No quiero quitarle el protagonismo a lo que ha capturado mi atención como tantas otras veces: a la comunidad de práctica (una definición en castellano salvable) de barrapunto en acción. Como tantas veces --¡si la relación señal/ruido es buena, claro!-- el diálogo entre barrapunteros ha puesto en marcha mis sinapsis y he obtenido un beneficio intelectual. No sé si a esto se le puede calificar como de freerider o no (posiblemente la respuesta esté en esta discusión de la wikipedia). En cualquier caso, me resulta desde hace años una ventaja competitiva, porque una y otra vez me ha inspirado para innovar dentro de mi empresa.
technorati tags: collectiveintelligence, inteligencia colectiva, inteligenciacolectiva.
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