Gracias a Google Alerts, he hecho esta noche una pequeña incursión en el siglo XX. Para mi sorpresa, me he dado cuenta de que hay quien todavía se gana la vida con algunos principios del pasado y ofrece sus servicios de consultoría y formación a empresas que se encuentran ancladas en ese siglo del despertar de internet.
La incursión la he hecho a partir de una interesante página sobre Evaluación de fuentes de información. Esta página contiene un total de 45 enlaces a diferentes páginas web en las que se establecen criterios de evaluación de los contenidos web y se ofrecen consejos para optimizar el impacto en un público potencial.
Algunas de estas páginas están poco actualizadas (se han quedado, efectivamente, ancladas en el siglo XX, con fecha de última modificación anterior al 2000). Sin embargo, hay otras que siguen vivitas y coleando. Un buen ejemplo lo constituye Stanford Web Credibility Research, que forma parte del Laboratorio de Tecnología Persuasiva de Stanford. Suena bien, ¿eh? Que no se vaya a pensar alguien que no se puede persuadir al personal con una página que reúna todas las cualidades. Lo que ocurre es que, quizá, nadie llegue a tu página. Porque sí, amigos, resulta que entre las 10 guidelines ofrecidas por Stanford para garantizar la credibilidad de tu página web no se encuentra la popularidad. Es decir, que no se da importancia al ranking de Google, ni al posicionamiento en los diferentes buscadores, ni a la publicidad que hagan de ti en otros sitios web, etc. En definitiva, que la credibilidad no tiene relación alguna con la visibilidad de la página. ¿No saben acaso en qué consiste el éxito de la publicidad? ¿No saben que cuantas más veces se repite una mentira (por poner un ejemplo), más verdadera es?
Pero, ojo: ¿significa esto que los de Stanford o cualquier otro no saben de estas cosas? En absoluto. De hecho, fijaos lo bien posicionados que están los tíos en el pagerank de credibility:
Cada día me doy unas vueltas por la blogosfera tecnológica y comento lo que me llama la atención con los colegas. Aquí pretendo hacer otro tanto. Algunos de los temas reincidentes serán Tablet PC y e-ink, y ya de antemano espero que los espíritus sensibles no se lleven las manos a la cabeza si con peor o mejor fortuna explico de forma llana algunos de los temas que trate, porque lo que pretendo es que esto no lo lean sólo los frikis, geeks y demás gentuza como yo.
Por cierto, para los que piensan que el cuidado en la escritura es importante de cara a la credibilidad, aquí pego un fragmento recogido de un artículo de hoy en ElPais.es:
ResponderEliminarLas patentes son citadas a menudo como una de las grandes amenazas que penden sobre el futuro de Linux y otros productos de software libre, para los que en determinados es difícil probar que no violan los derechos de uso exclusivo sobre algunas tecnologías. Esto es lo que ha llevado a las empresas que apoyan al sistema operativo libre han decidido poner dinero propio para evitar que en cualquier momento los propietarios de las patentes que puedan resultar conflictivas reclamen una compensación económica por usarlas sin permiso.
¿Quién enseña a escribir a algunos periodistas?
¿Dónde están los correctores de estilo de El País?
¿Quiere El País alcanzar la excelencia de La Razón o qué?
Y si ElPais.es, disponiendo como dispone de un afamado manual de estilo y buscando como busca la credibilidad, permite que salgan cosas así, invito a cuestionar aún más el concepto de credibilidad asociado a un cuidado en la elaboración de contenidos.
Y de verdad que lo siento.
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