El resto es historia. A la luz de lo ocurrido, es evidente que Microsoft se estaba tomando completamente en serio una amenaza no contra su posición de dominio, sino contra su mera supervivencia. Otra cosa es lo que los tribunales estadounidenses determinaron como prácticas contra la competencia.El crecimiento de la Internet ha sido impulsado por el éxito de una serie de 'plataformas' que [...] ofrecen una serie de APIs a los ISV para que desarrollen sobre ellos. Con mucho, la plataforma más exitosa hasta la fecha ha sido Netscape, con Navigator como navegador y Suite Spot en el servidor. La amenaza crítica para Microsoft reside en el potencial que tiene esta plataforma para abstraer la API Win32. Por ejemplo, si Netscape sigue logrando que más y más ISV desarrollen aplicaciones para sus APIs cliente/servidor, estas APIs terminarían por ser las más relevantes del mercado, poniendo en cuestión a Win32.
Hace dos días llegó a Associated Press un email de contenido comparable al del 26 de Mayo de 1995 (Fuentes: Breitbart, Businessweek). En él, el chairman de Microsoft urgía a los directivos de su empresa a "actuar rápida y decisivamente" para lograr mayores avances en los productos de software y servicios basados en Internet, para "lograr el predominio sobre competidores formidables". Y no dejó de advertir que la compañía "debe ser juiciosa a la hora de definir la tecnología adecuada que sirva a la audiencia adecuada". "Esta ola de servicios va a ser muy disruptiva".
"Gates comparó el ímpetu con el que está llegando esta ola de servicios con los cambios que vivió hace una década". "Tenemos el cambio encima".
Al igual que en 1995, Microsoft se ha apresurado a ofrecer un rango de productos comparable al de la amenazadora competencia. Estas comparaciones que hace el propio Gates me llevan a pensar que lo que no está en peligro es la supremacía, sino la supervivencia de la Microsoft que conocemos. En aquella época, el timing fue perfecto y la oferta inicial del IE y su integración posterior en Windows98 decidió drásticamente lo que acabó siendo un juego de suma cero.
Este escenario no parece fácil que se repita.
Pero todos los que se están lanzando a la arena de la nueva generación de aplicaciones y servicios que me resisto a dejar de llamar web 2.0, están jugando desde unas premisas muy semejantes a las de Netscape en su día: centrarse en el navegador y no en el sistema operativo.
El año que viene sale Windows Vista.
Cuando el río suena, agua lleva: parece que esto de la cosa 2.0 no va a ser humo.
¿O sí?
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