viernes, enero 06, 2012

¿El ereader se muere? tururú

Disclaimer: "tururú" en español peninsular es lo que se dice cuando te plantas el pulgar en la nariz, extiendes la mano y agitas los dedos mientras sacas la lengua al objeto de tu burla. Más amable que enseñarle el dedo, sin duda. Vaya la explicación por mi desconocimiento de si en todo el mundo hispano se emplea "tururú", porque lo mismo en alguna latitud significa algo parecido a lo que significa "cipote" en Hispania.
Si alguien quiere profundizar en este concepto, sin duda una referencia obligada es la explicación de jamillan.

Pues eso, que los tolomatos nunca descansan, y porfían para lograr migajas de fama a base de declarar los primeros que un producto tecnológico se ha ido con Palm al cielo de los bytes. Y al hacerlo, ofrecen buenas oportunidades a quienes entienden la tecnología para ponerles en su sitio.

En este caso es Marco Arment, el creador de instapaper, quien hace tururú al enésimo tolomato que quiere "matar" a los ereaders. En este caso, porque los tabletos los van a sustituir.

El autor a quien Marco critica asume que el precio de los tabletos va a seguir bajando, de manera que cada vez la diferencia de precio sea menor respecto al ereader de tinta electrónica. Al tiempo, tanto el color como la fluidez de respuesta van a ser cada vez mejores en los ereaders, acercándolos a los tablet.

Lo primero, como bien señala Marco, no tiene sentido: los componentes de los ereader son más económicos, y por pura composición los ereaders siempre resultarán más baratos. Eso es menos trivial de lo que parece pensando fuera de los países desarrollados, donde 79 $ sigue siendo dinero y donde un ereader sería aún más necesario que en nuestros países. Si queremos que toda la humanidad pueda leer, no hay papel para todos. Tan sencillo como eso.

Lo segundo es más complicado: el tolomato nos habla de mi querido señor tablet con pantalla no retroiluminada. Pero vaya, la realidad es terca y no tiene pinta de que ni mirasol, ni pixel-qi, ni liquavista alcancen un gran éxito en 2012, incluso no es sencillo en 2013.

Sea como fuere, lo más importante no es ni precio ni pantalla. Es la ausencia de distracciones. El ereader es uno de los raros casos en los que realmente lo que aparenta ser un bug es una feature, un defecto que es su principal virtud: al permitir muy pocas más operaciones que la lectura y el anotado, y al ser excelente en la primera, te ayuda a concentrarte en los libros en vez de permitir, como en los tablet, que el libro compita con Angry Birds y, sobre todo, el navegador. Como dice Marco:
 I’d argue that most of e-ink’s appeal today will still appeal to a lot of people five years from now, and probably even longer.[...] I don’t think the e-reader is “doomed” at all. It may just be relegated to a fringe device for reading nerds, but that’s what it’s been for most of its lifespan as a category and it’s been fine.
Las dos medidas para el éxito según los tolomatos es el bombardeo mediático ad-nauseam o la adopción masiva. El libro, por la concentración que demanda, nunca tendrá una demanda realmente masiva, y menos en estos tiempos en los que nos ahoga la sobreinformación. Pero para los que amamos los libros, cualquier tipo de libros, el ereader no tiene sustituto y sólo el ereader puede sustituir al libro de papel.

2 comentarios:

  1. Para que el lector electronico no se vea superado por la tableta iluminada es preciso que la tinta electronica o algo similar mejore bastante en prestaciones e incluso baje en precio, a la vez que cuaje como medio ordinario para la adquisicion y gestion de lecturas.

    La tinta electronica actualmente tan solo cumple en lo tocante a no rostizar la vista, que si bien no es poco resulta no ser suficiente.

    La tinta electronica ha de mejorar su agilidad, contraste y un color de fondo como el del papel. 

    Ademas los e-lectores han de permitir gestionar cumplidamente las lecturas, asi como las anotaciones y marcas. Parece asunto sencillo pero no lo es. Y no lo es debido a que las aplicaciones capaces de todo ello requieren un aparato de mayor potencia, asi como una muy versatil comunicacion entre ellos y otros dispositivos, tales como el movil, la tableta y el ordenador. Pero ya sabemos que cada aparato es un mundito que no sabe nada de lo que existe fuera de su horizonte de sucesos.

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  2. Los e-reader no distraen. En las tabletas simultaneas la lectura con una consulta en Google, verte el último capítulo de tu serie, hacer un buscaminas, husmear el Facebook para ver quién está planchando en ese momento, tuitear la lista de los que están planchando, etc.

    La lectura de verdad, no la de "La historiadora" sino la de "La montaña mágica" o "La isla del tesoro", es inmersión sin distracciones, ser capaz de crear una burbuja de vacío alrededor de un sofá/asiento de metro/cola de musical. Por eso, no sé si los e-readers están desapareciendo, lo que tengo claro es que no deberían desaparecer.

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