martes, noviembre 19, 2013

Sony Mobius, la oportunidad asombrosamente perdida

Quería hablar del invento en clave de humor, pero no sé si voy a ser capaz. A ver qué tal


Bonito, ¿eh? Y además, bueno. Muy bueno.

  • 13 pulgadas
  • 1300x1600, más que razonable. No todo tiene que ser retiniano para cumplir su función
  • 358 gramos
  • táctil y lápiz con digitalizador activo. A la espera de cómo se combinan, pero pinta bien
  • Pantalla de nueva tecnología, con sustrato plástico, parece ser que casi tan resistente como el plastic logic que nunca llegó a nuestras manos... porque murió en 2010. 

Cada vez la historia de la tinta-e me recuerda a la canción de Don McLean, con aquello tan sentido que cantaba sobre el avión que se piñó y que ese día la música murió. The day... the music... diiiiieee. So, bye, bye, Miss American Pie, drove my chevy to the levy... Pues la tinta-e lo mismo, pero en vez de accidente aéreo, tsunami tableto.

Parecería que hemos vivido un paréntesis. Un hiato. Sony abandera la nueva era, hasta que conoces el precio.

1000 $.

Lo que no vale ni el iPad más caro.

Ya no es un dispositivo para estudiantes, porque sería demasiado LOL. No, es un  writing slate for business professionals, and not an ereader. Permitidme una autocita de mayo de este año:
Aquí viene la sombra del Moebius: señores de Sony, ¿Cómo pueden ofrecer en 2013 un dispositivo para el estudiante cuyo método de input es un lápiz? Ojo, que todavía no se sabe si se puede seleccionar texto o introducir anotaciones con un teclado virtual... pero el problema se agudiza cuando sabemos que, de momento, sólo renderiza PDFs
Luego pudimos ver en los videos (1, 2) que se pueden seleccionar contenidos y anotar con un teclado virtual. Awesome. Pero esto sigue sin justificar el invento, porque aparte de leer PDFS (y anotallos) y de usar un navegador presumiblemente de tiempos del Mosaic, no se puede hacer nada más con el invento

Por 1000 $.

Como etnógrafo, me tiro de los pelos. ¿De qué han servido las pruebas en entornos universitarios? ¿Han escuchado a los usuarios? Porque no me puedo creer que haya un número suficiente de usuarios que justifiquen los 1000$ a cambio de lo que se recibe

Mi amigo carlos es guionista. Y bueno. Y se pasa por ello todo el día con guiones de aquí para allá. A él le podría venir bien un cacharro así, pero 1000$ es un pasote. Y como a él, a copys y a gente del mundo editorial: ¿cómo se puede justificar semejante inversión?

No me ha salido jocoso. Puede que sean las horas que son ahora mismo, pero también es que no estoy para muchas bromas. Me encantaría disponer de esa pantalla, y hasta superaría la barrera milenaria... si no fuera porque no lo puedo usar para escribir en serio.

A lo mejor los señores de Sony siguen sin enterarse de que en Occidente casi no se escribe a mano profesionalmente. Que el teclado es el rey de la creación corporativa o de sus lados oscuros, el email farragoso, el informe copypasteado, el descriptor del averno... pero el texto eficaz e iluminador (los míos) o el aborto en ASCII (qué desagradable imagen, por favor), se generan aporreando un teclado. Y con un puñetero editor de texto, que tampoco es pedir demasiado.

Una decepción más, vaya.

Lo peor, que viene de sony. De los inventores junto con Philips de todo este invento electroforético. Pero en seis años, ni ellos ni su competencia han dado con la sencilla fórmula ganadora para todo lo que no sea leer: un dispositivo que permita anotar, subrayar, y en los últimos años escribir y llevar a cabo tareas sencillas.

Empiezo a hartarme. Es hora de agarrar el toro por los cuernos



domingo, noviembre 17, 2013

Por qué el parón

De vez en cuando me dan un toque, de manera online u offline: ¿Por qué no escribes más en tinta-e? La última vez, por twitter.

Para empezar, por tiempo: estoy en un proyecto apasionante, pero que demanda mucho tiempo y creatividad. Pero no es la primera vez, ni mucho menos.

La diferencia con las otras veces es que el mundo de la tinta electrónica está pasando una pertinaz sequía. Los entusiastas pasamos una larga espera, en la que se sucedían promesa tras promesa. Hasta 2010 todo parecía que era cuestión de tiempo, pero tras el lanzamiento del iPad a la industria le dio un ataque de metooismo mezclado con miedo.

Por una parte, los tablets son baratos de fabricar. Restan a un PC componentes (almacenamiento, CPU más barata, pantalla) y licencias (Android es gratis). Además, son algo todavía relativamente nuevo, si lo comparamos con los PC, y de momento se reponen más rápido que los PC. De hecho, el problema de los PC en el primer mundo es que básicamente han culminado su curva de adopción, y desde 2007 la diferencia de rendimiento no es tan apreciable como lo era antes, año a año. Por ejemplo, estoy escribiendo este post en un flamante Thinkpad W500 de 2010.

Era flamante en 2010. Ahora no es fashion, comparado con un ultrabook (manzanero o no), y tiene una autonomía lamentable. Pero arranca windows 7 con una o varias máquinas virtuales sin despeinarse. Yo soy un entusiasta de los thinkpad (no un fanboy porque me puede la promiscuidad), y me planteo comprarme alguno conforme encuentre la excusanecesidad, pero muchos usuarios siguen con sus ordenadores hasta que se mueren. Como mi socia, con un HP envy de 2009 que va como una rosa.

Los problemas para los fabricantes no se acaban ahí. Los portátiles, por ejemplo, han tardado 8-10 años en descender a márgenes de beneficios totalmente marginales en los segmentos básicos. Recordad que en 1998, por ejemplo, el portátil más barato no bajaba de, digamos, 300.000 pts de las de antes. Pues bien, los tablet no han tardado ni dos años en descender a precios en los que sólo los fabricantes chinos más irredentos pueden frotarse las manos con los beneficios.

En esas condiciones, con nexus 7 a 200 euros, es difícil dedicarse a construir otra cosa. Hay que "estar ahí", vendiendo tablets, porque los usuarios los demandan. Porque los baratos sirven hasta para regalo. Porque no se hunden bastantes economías si cada miembro de la familia tiene uno. Porque si no los venderá otro. Fuera de los starbucks o de otros ecosistemas hipstéricos no encontraréis macbooks en abundancia, pero los iPad no son precisamente una novedad. Y los tablet android, ni te cuento. Los tablet windows son los que más rápido crecen en términos relativos, tanto porque responden a necesidades que no se cubren ni con iOS ni con Android, y porque han llegado tarde a la fiesta. De ellos, hablo con buenos amigos en www.wintablet.info.

Los ereaders han tenido suerte con sobrevivir. Han encontrado un nicho estable con los lectores compulsivos, pero han perdido de manera aparentemente definitiva otros nichos abonados, como los estudiantes y los investigadores. Y ambos resultados responden a la misma característica: los ereaders no evolucionan funcionalmente desde 2010, cuando algunos modelos alcanzaron la madurez funcional necesaria para leer, y ahí se quedaron.

Mirad al ereader por autonomasia, al kindle de Amazon. Siempre están en la punta de lanza de los ereaders, con la mejor pantalla en algunas generaciones, la introducción en su momento de la interfaz táctil o de la retroiluminación, etc. Sus funciones de lectura, marcado y anotado son tremendamente maduras y funcionales para lo que Amazon busca: para que disfrutes con los libros, los anotes ocasionalmente... y compres más libros. El kindle no es un producto, sino un vehículo para otros productos.

La preponderancia de Kindle y su ecosistema es tan absoluta dentro del nicho de lectores compulsivos, que los pocos supervivientes se han refugiado a donde Amazon, de momento, no llega. A ciertos mercados nacionales, y a otras plataformas de ebooks que les pueden resultar más atractivas a ciertos lectores. En España, a algunas grandes editoriales, al círculo de lectores y un muy corto etcétera.

Sí, también están los textos con licencia libre. Los textos con dominio público, como ese Verne del que mi amigo Rafa es überfan. Y esos otros libros que están a un google de distancia, incluidos los huérfanos que siguen tales por perros del hortelano que ni comen ni dejan comer, o a sociedades de autor que representan a autores que nunca han pedido ser representados.

Estos libro encajan mejor, de alguna manera, en los ereaders de rebranders o en los de marca blanca, que de momento siguen sobreviviendo en las grandes superficies. No sé si hasta que el stock aguante. En cualquier caso, estos ereaders han implementado con más o menos tino las funcionalidades básicas de lectura, y en algunos casos hasta de anotado y marcado. Para acabar de rematar, EPUB 3 sigue siendo el perro del hortelano definitivo (The Ultimate Gardener's Dog), porque, nacido tarde, sigue sin ser adoptado con su inmenso capazo de nuevas funcionalidades, y entre ellas el marcado y anotado que lleva implementado en .mobi desde 2003.

Ea.

No sé si me dejo algún elemento esencial en el cuadro. Pero diría que está bastante completo, de cara a entender por qué los ereader, y la tinta-e con ellos, no evolucionan significativamente desde 2010.

Lo único que desde ese entonces nos ofrecen los fabricantes son ereaders. Dispositivos que, artificialmente, están limitados para leer. Hace años que disponemos de capacidad para dotarles de funcionalidades activas, desde la navegación, pasando por la escritura y software de productividad básica, email, etc. Pero no se implementa.

Entiendo que no lo haga Amazon. No gana nada con ello, y el mercado ya es suyo. No lo necesitan.

Sigo sin entender, a las puertas de 2014, por qué nadie de la competencia lo ha intentado. Por qué nadie ha dicho "de perdidos, al río", y ha lanzado un ereader con Android 4.0 completo que permita usar otro software. Parece ser que Onyx está a punto de sacar una e-ink tablet con android completo (aunque me parece que va a ser con android 2.2, con las obvias limitaciones que supone para el uso de teclados), pero estoy simplemente hasta los cojones de rumores.

Han sido años de ilusionarme con tecnologías alternativas a LCD. Con Pixel Qi y su caudalosa fuente de vapor, que sin embargo se acabó agotando. En unos meses... en unos meses... en unos meses... y nunca llegaba, y nadie la implementó en serio. Mirasol llegó a salir al mercado, pero implementado por una cohorte de mandriles que sacó un producto tan aberrante que fue capaz de hundir a la tecnología entera. Y Liquavista fue la gran promesa no retroiluminada que acabó en manos de Amazon, quien no ha anunciado ningún producto con ella hasta la fecha

Ricardo tuvo la paciencia y amabilidad de construir una serie de entradas sobre el hackeo de un nook en una máquina de escribir digital. Son plenamente funcionales y creo que son el mejor recurso en español para quien quiera montar una solución así. También probé gracias a él (y uso, debido al gozoso tacto) un AlphaSmart Dana, una promesa tecnológica de tiempos en los que había mucho, mucho, mucho menos miedo a innovar.

Mi problema es que mi workflow actual es muy exigente. Mi nook hackeado, o el Dana, no tienen un sitio significativo en él debido al ritmo de trabajo. Tengo que estar con hojas abiertas todo el tiempo junto a la visita y mecanizado de un número obsceno de sites y otras operaciones de alta frecuencia.

La solución parcial al problema ha sido una pantalla de alta calidad y definición tanto en el escritorio como en portátil (mate, a ser posible), y en tablet. El nexus 10 me ha aportado una experiencia sorprendentemente buena gracias a su pantallaca y al uso del mejor software de estudio que he conocido en tiempo, mantano reader (que cubriré otro día).

Pero no es suficiente. Paso delante del ordenador tantas horas al día que, unido a regalitos genéticos, estoy perdiendo vista a toda velocidad. En 2 años me ha pasado la vista cansada de 0 a más de una dioptría, y no frena la muy hija de perra. No tengo muy claro cuál puede ser la solución a ese problema.

No he escrito últimamente porque no tengo tiempo y muy pocos motivos. El readius de sony lo cubriré en clave de humor o de símbolo de una época.

Pero no he cerrado las puertas. He alcanzado un grado de excepticismo enorme, después de tantas sorpresas rotas. Pero ya en 2004 creía en los tablets, y en 2010 la promesa se convirtió en realidad. Quise correr demasiado, pero la visión era correcta. Quizás la tinta electrónica o las pantallas no retroiluminadas corran la misma suerte.

De momento, estoy contemplando 2 alternativas:

Una, comprarme un kit pixel-qi con controladora, baterías y un armazón y construirme una pantalla útil para usar en exteriores o que me canse menos la vista. Quizás lo conecte al móvil, o a alguna placa tipo Raspberry Pi. No es fácil, y una de las dificultades principales es que la batería genere la alimentación adecuada. Pero ya tengo proveedor y un esquema inicial, y es posible que en breve os dé más noticias del tema

Dos, pillarme un Earl. Jarl

No lo he hecho, porque estoy hasta los cojones de promesas, como he dicho. Mi lenguaje está siendo menos comedido de lo habitual porque la escritura de este post me ha sacado a la superficie sentimientos dormidos, presididos por el cabreo y la decepción.

El precio es razonable. Va a incorporar Android completo con bluetooth, aunque hay que ver qué versión. Antes de la 4, los drivers HID para BT en Android eran asquerosamente disfuncionales, lo que es aberrante teniendo en cuenta que se  basa en Linux y que HID tiene 15 años de antigüedad. Si el Earl admite HID (lo que no me han aclarado), estoy dentro. Para los parques, el campo, etc.

No me cierro a otras posibilidades, pero no pueden ser vaporosas. No voy a perder más el tiempo, y mis condiciones son:

1. que sea conectable a un teclado externo sin hackear. Es importante para que los usuarios no geek puedan disfrutar de la solución.
2. que el software de productividad sea utilizable. No apenas utilizable: plenamente utilizable

Tampoco me cierro a otras posibilidades de pantalla, pero mis fondos no son infinitos para hacer prueba tras prueba. Quizás una pantalla transflectiva me podría servir, pero los equipos que los montan son todo menos baratos y no los puedo justificar.

El problema no es urgente. La frustración, acumulada hasta simas desesperantes. La necesidad no desaparece, porque mi vista necesita un descanso.

Soy consciente, y es mi único alivio, de que no estoy sólo. Que pertenezco a una minoría de usuarios que agradecerían mucho disponer de otro tipo de pantallas para algo más que para leer. Pero el tsunami tableto, al menos de momento, nos ha negado la posibilidad debido al miedo que han insuflado en los fabricantes.

Os cuento más en breve. Pero tinta-e, claro, no se cierra. Ya son demasiados años :)


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