domingo, marzo 20, 2016

Outliner y dictado de voz

Luis Castaño, un lector veterano de tinta-e, me ha hecho una consulta que me parece muy interesante. La publico, con mi respuesta a continuación, y os pido vuestra opinión para alter

Buenas tardes, Juan Luis:
Soy Luis Castaño y te he escrito ya en otras ocasiones enviándote algún enlace cuando ha salido alguna novedad sobre tinta electrónica o "máquinas de escribir". Hoy mi correo es más bien para consultarte algo. Te explico:
 
Resulta que en 2011, a raíz de un descubrimiento casual, me embarqué en una investigación sobre la Historia de las Medidas que ha dado lugar ya a 33 artículos en academia.edu y sigue creciendo (y lo que queda, ya que abarca toda la Historia y todo el planeta). Bien, el caso es que por motivos de salud no puedo redactar una tesis sobre el tema (como me propuso un catedrático de historia con quien hablé en 2012) pero algunos amigos me han propuesto que escriba un libro sobre el tema. Y aquí es donde viene mi consulta porque material tengo de sobra pero tengo que organizarlo.
 
Hablando con un amigo el otro día se me ocurrió que igual sería más fácil "dictarlo" con algún programa de voz. Por otro lado ya tengo un guion del libro pero queda el trabajazo de reorganizar toda la info. Y pensando en eso esta tarde me acordé de tu blog ya que en varias ocasiones has hablado de programas que permiten "trabajar en árbol" o algo así (saltándonos la habitual organización lineal de la "máquina de escribir"). ¿Hay algún programa de ese tipo fácil de manejar para un absoluto novato en tales lides como es mi caso? Porque si lo hay quizá combinando el dictado de voz con esa forma de "trabajar en árbol" me sería mucho más fácil ir sacando poco a poco el libro en los ratos que pueda.  
 
En fin, esa es la consulta. Muchas gracias. Un cordial saludo.
Podemos dividir tu problema en dos:

1. Por una parte, lo sencillo: no hay, a fecha de hoy, un software o servicio de dictado que se acerque siquiera a Dragon Naturally Speaking. Es una inversión, de acuerdo, pero si el dictado va a aportar velocidad, una solución a algún problema o freno físico, comodidad, etc., merece la pena.

2. La parte difícil de aconsejar es el outliner. Un outliner propiamente dicho tiene que organizar jerárquicamente un documento en secciones, y esas secciones se deben poder reorganizar según se necesite, tanto haciendo padres o hijos como subiendo o bajando la sección en la dimensión vertical. Como he dicho en varias ocasiones, el aumento de productividad es tremendo: no sólo te permite tener todo el tiempo presente la estructura de tu documento, sino que puedes hacer evolucionar dicha estructura cuando lo ves claro.

El mejor software que conozco para esto es Scrivener, que me lo presentó mi colega el rfog. Tiene alguna limitación, como no disponer de Ctrl Z cuando haces cambios en la estructura, pero aún así está tan bien pensado que merece la pena. Es más útil incluso en no ficción, porque se pueden colocar los materiales de investigación en una "carpeta de investigación", y no salir del entorno de trabajo en horas.

Para un proyecto como el que comentas, Scrivener se adapta muy bien. Ojalá que Manuskript alcance esa capacidad en un futuro cercano.

Para proyectos más reducidos, o si te gusta un entorno más sencillo, hay una compilación estupenda de outliner aquí. En tiempos, eché un vistazo a

Una buena idea con los outliner más sencillos sería hacer backups periódicos en un pendrive, no sólo de los datos sino de la app (e.g. keynote o treeline son plenamente portables y no hay que instalarlos). De esa manera, podréis trabajar en cualquier parte con vuestros textos. Una versión más contemporánea de eso es trabajar en un directorio con los datos y el ejecutable de vuestro outliner sincronizado en dropbox

En cualquier caso, la idea es completamente correcta: una estructura de secciones no aporta sólo claridad, sino que divide un proyecto en proyectos más pequeños. De esa manera es más fácil sacar tiempo, como comenta Luis, para una sección o dos

¿Qué os parece? ¿Alguno podéis aportar experiencia al respecto?

domingo, marzo 13, 2016

¿Qué tendría que llevar un dispositivo de escritura perfecto para tí? (2): más acerca del software

Gracias por vuestros comentarios. Como dice Victor, aún hay mucho margen de mejora para el software de escritura. Recordemos que la inmensa mayoría de los usuarios siguen anclados en la metáfora de la máquina de escribir.

Como indica David L., un buen punto de partida es WYSIWYM. Precisamente, la metáfora de máquina de escribir se denomina WYSIWYG, y la G de Get deriva de que lo que sale en pantalla es lo que saldrá en papel. Por los cojones, vaya, pero así quedó en su momento.

La M es de "mean", Lo Que Ves Es Lo Que Quieres Decir. En un software WYSIWIM, lo que se ve en pantalla no equivale físicamente a lo que saldrá en papel, sino conceptualmente: negritas y cursivas o títulos de sección, por poner los dos ejemplos más comunes. Eso es lo que necesita el software, que le digas qué es negrita y qué título de sección, y él se curra lo demás. El resultado:

1. No se pierde tiempo en maquetar
2. El aspecto es siempre homogéneo, cada recurso siempre aparece igual, y el look final de los documentos es el correcto.

Para eso, LyX es el rey (al ocultar los tags más comunes de LaTeX, pero pudiendo emplear LaTeX cuando te peta), pero realmente valdría cualquier editor de texto markdown con la posibilidad de escribir sin ver los tags. Mira que **negrita** es más cómodo que \textbf{negrita}, pero negrita es aún más cómodo.

Nota: pulsad en las capturas para ampliarlas y leerlas mejor


Markdown, como indicábamos, es hoy en día el formato intermedio más logrado. Con multimarkdown o pandoc puedes convertir a una cantidad de formatos realmente grande y casi no comete errores. Lleva muy poco tiempo limpiarlos, y lo digo por experiencia.

Más allá de ese punto de partida, quedan las demás ayudas. Bajo mi experiencia, el tablón de corcho de Scrivener no aporta realmente. Ojo, lo mismo soy yo. Sin embargo, hay otros dos elementos que sí.

El primero es el outliner. En eso scrivener se sale, siempre que no colabores con alguien. Un outliner es un esquema jerárquico de secciones, y a poco que sea complejo un documento es tremendamente útil para mantener su estructura en tu cabeza en todo momento. De hecho, acaban de implementar una versión mínima en google docs, y es una ayuda.

Sin embargo, un outliner puede ser mucho más. Un outliner de verdad, como el de scrivener o el de lyx, te permite cambiar el orden e importancia de las secciones. Puedes hacer que una sección suba o baje en el esquema, o darle más o menos importancia. Puede pasar de ser padre a hija, o nieta.



Esto podría sonar desordenado, pero es justo lo contrario. Cuando la cabeza está en ebullición, no mantenemos siempre la creación sobre raíles. Un pensamiento nos da varios saltos de rana hasta llegar a un tema diferente, interconectarlos, apuntar ideas sobre el nuevo tema, volver al anterior, etc. Si se puede cambiar el orden y nivel de las secciones, el documento puede crecer orgánicamente. Nos va a resultar MUCHO más sencillo adaptar el documento cuando por fin nos damos cuenta de que cierto número de secciones deberían ser hijas de otra mayor, contarse más tarde, etc.

De hecho, un outliner completo sirve muy bien para desarrollar la escritura con el método snowflake, de las ideas centrales a su desarrollo completo. De alguna manera, siempre he trabajado así en mi tarea de escritura de informes, y no sé trabajar de otra manera. Necesito las ideas alineadas y apuntar mi argumento antes de ponerme a escribir. Y cuando escribes contra reloj, ni te cuento.

En eso scrivener se lleva la palma. El concepto de outliner es tan central para el producto, que me ayudó a valorarlo en LyX.



Otra ventaja decisiva de scrivener es su concepto total de plataforma de escritura. No sólo tienes un scrivener realmente potente, sino que te facilita el espacio para ir colocando toda tu documentación de investigación. Esto no suena tan increíble en un mundo con evernote... hasta que te das cuenta que, con algo como scrivener, no tienes que salir nunca de tu entorno de escritura y sólo tu pereza o tu maldita multitarea impiden que ese día alcances un progreso satisfactorio. Progreso que, además, Scrivener te permite medir poniéndote objetivos de palabras por sección o por día. En España no estamos todavía acostumbrados a medir los documentos por palabras, pero no hay otra forma comparable. Contar páginas es no ya de máquina de escribir, sino de benedictino en la Abadía del Crimen.



Finalmente, una ventaja decisiva de scrivener es que graba constantemente cada cambio que haces en el archivo correspondiente. Unido a Dropbox, es una combinación imbatible para escribir con seguridad

Como límites para scrivener, están:

  • Que el formato nativo es RTF, que no es tan convertible como markdown.
  • Que la estructura de archivos es absurda: por más que, genialmente, cada sección es un archivo independiente, el programa la jode por completo porque el archivo índice bloquea todos los subdocumentos. Eso no es un problema trabajando a tu rollo, pero sí si tienes que colaborar: al final, el proyecto entero sólo puede tenerlo abierto una persona a la vez. Al menos va a sincronizar rápido, porque sólo tendrá que mover los cambios en cada subdocumento específico y no en un documento único.
  • Que no hay Ctrl+z para los cambios en secciones. Estaos muy al loro al cambiar de sitio o nivel una sección, porque lo tendréis que deshacer a mano

Hay soluciones. LyX, p.e., permite trabajar con documento maestro y documentos hijos. Si trabajáis en equipo, podéis mantener un maestro entre todos y centrar el trabajo individual en los hijos. Con ser un poco disciplinados, no hay por qué pisarse.



Sin embargo, LyX es casi perfecto. Casi. La conversión a otros formatos es insuficiente. No tiene el espacio para documentación de investigación de Scrivener, ni sus fabulosas herramientas de medición y objetivos.

En conclusión: hay mucho por mejorar. Hay modelos geniales y poco conocidos, como los de Scrivener y LyX, pero se puede ir más allá. En ese sentido, Manuskript se queda con las mejores ideas de Scrivener, pero simplificando, y su creador está abierto a sugerencias.

Lo que creo que necesitamos es un entorno multiplataforma (Android incluído, y posteriormente la nube de marras), que permita generar documentos fácilmente exportables a lo que necesitamos, que se base en WYSIWIM y outliner completo, que aporte un espacio de investigación y herramientas de medición de longitudes y objetivos. Con algo así, que pudiera ser empleado hasta en un smartphone, el salto sería casi tan potente como el que supuso WYSIWYG (o sea, word).

El principal obstáculo es la inercia. Tengo acumulada la impresión de que la inmensa mayoría de usuarios se conforma con un WYSIWIM. No parece nada sencillo que salgan de sus railes mentales y que exploren siquiera la posibilidad de obtener más y mejores resultados en poco tiempo, porque ya tienen "lo que necesitan". Aunque, para grabar, el icono sea un disquete, y haya una regla donde colocar los tabuladores.



En próxima entrega, hay dos opciones:

  • seguir con la parte software si veis que queda algo en el tintero
  • empezar con la parte hardware

Espero vuestros comentarios. Como veis, en esta serie de posts quiero poner encima de la mesa algunas de las conclusiones y auto-enseñanzas que he ido acumulando sobre optimización de la escritura, y de la misma forma me gustaría que añadierais en comentarios todo lo que consideréis oportuno.

domingo, marzo 06, 2016

Review del Onyx M96 Universe(1), por Pablo Vázquez

Pablo Vázquez me ofreció hacer una review del Onyx M96 Universe, un equipo que me pareció muy interesante y, de hecho, una de las pocas apuestas valientes en nuestro mundo menguante de la tinta-e. Os dejo con él.


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