sábado, septiembre 07, 2013

Vuelvo de unas largas vacaciones

Tinta-e no había estado sin actividad durante tanto tiempo. Afortunadamente, ha sido por un buen motivo: he tenido tanto trabajo que me ha restado tiempo para casi todo lo demás que no sea esencial. Y eso, en la España de 2013, es de agradecer.

Por otra parte, reconozco que me faltaba motivación. No por postear, sino por el estado de la tinta-e. Llevábamos casi 3 años sin novedades radicales, y el tsunami tableto ha metido el miedo en el cuerpo a los fabricantes o vendedores de dispositivos con e-ink, de manera que lo que se ofrece son aparatos que sirven (eso sí, muy bien) para leer.

Para nada más, o casi.

Una foto ya tradicional



Es tradicional no sólo porque está sacada en el mismo lugar de años atrás, sino porque hago lo mismo con el mismo dispositivo: leer en un kindle 3. Subrayar párrafos interesantes y realizar pequeñas anotaciones. Pero esto, que al menos funciona en kindle, ya está muy por debajo de lo que se puede hacer con aplicaciones en tablet como puede ser mantano, que te organiza las anotaciones con mucha más fluidez y eficacia que con el ereader.

Y no tendría por qué ser así. Se podría sacrificar algo de duración de batería a cambio de más CPU, que sumada a más memoria y a un controlador de pantalla actualizado podría ofrecer una fluidez de operación satisfactoria. Pero como el "usuario promedio" no va a usar nada que no sea un tablet, nadie se arriesga.

Y ojo, lo entiendo en el caso de Amazon. La fórmula les funciona: han arrasado. Pero no entiendo a los que siguen aspirando a ser su competencia.

A mí, en cualquier caso, me jode fastidia. Trabajar con cualquier pantalla retroiluminada en un entorno así no es cómodo, hay que buscar cada poco rato el ángulo y la vista se cansa. Leo mucho, vale, pero me gustaría hacer lo que hago bajo techo, si el tiempo y la ocasión lo permite, en exteriores. En exteriores sin el ruido continuo de la ciudad.

El otro día ojeé un libro del s. XVIII en casa de mis cuñados. Me hizo muchísima gracia la descripción que hacía de los malvados masones, así que la escaneé con la cámara de mi galaxy note 2 y un software fenomenal llamado camscanner. En 15 minutos tenía las 38 páginas en mi móvil, en un bonito PDF listo para leerlo donde quisiera. Eso puede ser algo brutal para estudiantes que acuden a bibliotecas, pero no pueden hacerlo con un ereader. Peor, no pueden ni siquiera leerlo después con un ereader, porque un PDF basado en gráficos es pesado, y las magras CPUs de los ereader actuales no pueden moverlo con fluidez.

Y los estudiantes son millones de usuarios que agradecería un ereader que les permitiera trabajar en serio.

Con todo, si sigo escribiendo es porque soy del Alcoyano en versión ereader. Mantengo la esperanza. Para empezar, acaba de anunciarse la siguiente generación de pantallas e-ink, carta. Parece que el contraste va a ser comparable al papel. Lo de la retroiluminación me parece secundario, pero espero que alguien implemente esa pantalla con una CPU de al menos 2011 y un controlador decente. De hecho, Nate el Grande ha mencionado nuevos "eink-based tablets", de Netronix y Onyx, y veremos si eso cristaliza o no.
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