martes, julio 03, 2018

Primeras impresiones del Onyx Note 10.3

Una sola sesión con Salvador Vicente me convenció. Era evidente. El salto de capacidades es tan brutal comparado con todo lo anterior que me ha hecho cambiar de opinión. Sinceramente, había dado por muerto el tema de la tinta-e más allá de leer libros en el kindle, porque nadie ofrecía hardware o software lo suficientemente estable y funcional como para que me mereciera la pena. Tengo un paperwhite que hace lo que hace perfecto, y no podía justificarme ni invertir tiempo o dinero en nuevos dispositivos.

Hasta ahora

El Onyx T68 fue mi último intento. No estaba del todo mal, pero la carencia de memoria y la CPU raquítica lo hacían inviable para todo lo que no fuera leer, y para leer era evidentemente inferior a un kindle. Tengo algunos posts publicados al respecto, y lo he usado en verano… pero la experiencia era tan subóptima que lo acabé arrinconando, buscando en su lugar la sombra y empleando un iPad mini.

Luego estaban vuestros comentarios y mensajes. Siento no haber respondido a todos, pero la verdad es que se me ha juntado el hambre con las ganas de comer. No quería comentar sobre las “novedades” en el campo, que no me aportaban nada, y no andaba sobrado de tiempo entre el curro y proyectos varios. Os agradezco los comentarios recibidos y que recordéis otros tiempos más felices de tinta-e y de la tinta-e.

De hecho, el vídeo ajeno de los nuevos onyx max 2 y note 10.3 me hacía desconfiar. Demasiados desengaños. Demasiadas exageraciones. Demasiados intentos de vender lo invendible. Esta vez no estaba dispuesto a creer con mi dinero. Pero hete aquí que Salvador dio el salto de fe que yo no tenía, me lo enseñó… y creí. Me enseñó la esencia del producto: es un tablet con tinta-e. No es ni mucho menos perfecto como e-writer (aunque este post está escrito con él), pero da el resultado aproximado de un tablet barato, pero con el añadido bestial de una pantalla eInk Mobius



La diferencia con todo lo anterior es que no hay aplicación razonable en Android que se le resista. Abro pocket, que antes no podía. Inoreader es perfectamente válido. Kindle funciona correctamente. Su lector nativo puede con lo que le echen en PDF. La justificación de un tablet de 540 pavos y con tripas de 200 siendo generosos, es esta pantalla alucinante.

Ayer, por ejemplo, acabé de currar a las 11:20pm. Delicias del entrepreneurismo. Quería leer algunos artículos, pero los ojos me ardían. Era imposible leer más en pantalla. Sin embargo, leer en papel era perfectamente posible, y por lo tanto lo fue en el Note. Encendí pocket (que uso temporalmente, a expensas de lo que ocurra con instapaper o si defino otra solución, como imprimir en PDF) y me puse a leer. Simplemente perfecto. La pantalla tenía la misma luminancia que su entorno, y no me cansaba la vista.

La primera impresión es de tierra prometida. Así de claro. No es perfecto, porque el software y el hardware son mejorables. Pero el salto comparado con todo lo anterior es tan bestial que lo puedo recomendar sin dudar, y de hecho me anima a pensar en mejoras de mi workflow personal: centrarme más en los proyectos que me motivan y restarle tiempo a cierto mata-tiempo en redes sociales.

Ya os iré contando en detalle, con posts y videos.

Tinta-e ha vuelto :)

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