jueves, abril 28, 2011

Vaaaale, aceptamos Push Pop como plataforma de libros

Leo en Slashdot que el inventor de Internet (el ex-vicepresidente Gore) y dos ex-ingenieros de Apple acaban de lanzar Push Pop, la primera plataforma de ebooks interactivos.

Lo dicho, aceptamos barco como animal acuático. En este caso, la ironía es más deliciosa de lo habitual: por una parte, el inventor de internet "lo ha hecho de nuevo", colaborando en la invención de algo que no se había hecho antes - una plataforma de libro interactivo, y Adobe se puede introducir su veteranísimo Director por el orto. Por otra, entiendo que con el pack de salida de Cupertino, los dos ingenieros se llevaron polvo de hada a raudales, porque si no no se explica la altísima densidad de magia que exhala la demo que podemos ver a continuación. Talmente parece que el libro interactivo está hecho con serrín de peral sabio

De acuerdo que la multitouchicidad añade... ¿Profundidad? ¿Sensualidad? ¿Reciprocidad? a la interacción con los contenidos, pero vaya, un poco más y crean una singularidad awesómica entre Gore y los postcupertínicos.
The book contains not only text but also images, videos, interactive infographics, as well as Gore’s own audio commentary. It really makes you think about the future of books as tablets become more affordable and more widely adopted
Asombroso. Sobre todo, cuando además la propia publicidad es una infografía y no una grabación del libro en condiciones imperfectamente realistas. Infografías y fotos con audio incrustadas... sólo falta a Guy Kawasaki tratando de encantar al lector por medio de poderosas sonrisas e inopinados argumentos.

Caramba. Lo mejor de los tabletos es, sin duda, su capacidad para levantar muertos hediondos y tratar de hacerlos andar. Otra vez que vuelven a tratar de vendernos libros interactivos. Incluso después de la vergonzante reinvención de Alicia a través del espejo con ilustraciones animadas (ooooh, aaaaah), después de que opciones más realistas como las versiones ipádicas de las revistas no estén dando los resultados financieros que parecían garantizados, hay señores que no se cortan en volver a apostar por lo que el público viene rechazando desde nada menos que los tiempos del CD interactivo: precioso, efectista, con una capacidad de sorprender y enganchar de horas, si no minutos.

A ver cuándo lo entienden: la inmensa mayoría de los ciudadanos ya obtenemos los contenidos que buscamos de Internet. De la web que Anderson lleva un año declarando muerta. Gratis. Y no por el malvadísimo pirateo, sino porque otros ciudadanos como nosotros los escriben, los dibujan, los fotografían y los ofrecen de forma gratuita. Eso por un lado. Por otro, un libro, un L-I-B-R-O, es un texto sin dibujos, como nos costó aprender a apreciar en la infancia, o con ilustraciones que se supeditan al texto y nunca lo estorban. Si leo es por la voz de mis autores, tanto por lo que cuentan como por cómo me lo cuentan. Si leo es por el efecto acumulado de sus palabras en mi cabeza y en la historia de mi vida. Siguiendo la luz de vicisituz y sordidez,
No pondría la mano en el fuego afirmando que es el primero de este país entre otras cosas porque ¿para qué coño vas a poner la mano en el fuego? Si es mentira, te quemas. Y si es verdad, también. No win situation. Para demostrar hombría y seguridad sería mejor decir, por ejemplo, “Sacaría la chorra y cantaría Mi Abuela delante de todo el Teatro Real mientras se representa La flauta mágica”. Con eso no te llevas quemaduras de tercer grado. Y todo mi respeto.
Pues eso, apostaría lo que fuera a que esas fonitas infografías y fotos parlanchinas no nos dejan huella.

Pero vaya, con tantos tabletos vendidos y por vender y una parte de sus compradores deseosos de sacarles más utilidad, es posible que hasta se acabe vendiendo estas apps. Y, por otra parte, mi bola de cristal ya ha fracasado el número suficiente de veces como para no ser imposible que me vuelva a equivocar y que, esta vez sí, el libro animado, interactivo y juguetón triunfe tras tantos fracasos.

martes, abril 26, 2011

Autoedición, de calvo a tres pelucas.

Hasta hace nada, la autoedición era para el perdedor: para aquél al que las editoriales no hacían ni caso y no se resignaba. Tenía facetas especialmente clamorosas, como la publicación de textos académicos. Recuerdo entrañablemente, o con las entrañas, a un simpático sinvergüenza y su pose de académico cool que, gracias a su editorialita-chanchullo, me ofrecía como amigo publicar mi tesis más barato que nadie... para mi bolsillo.


La impresión a la carta ha supuesto un cambio que, en su momento, parecía radical. Y lo era, comparado con la situación anterior. El autor ya no tenía que desembolsar una dolorosa cantidad ganada con el sudor de su frente para lograr que se imprimiera una tirada de 500, 1.000 o 2.000 ejemplares, y luego seguir sufriendo para que esa tirada se distribuyera por las librerías. No, el autor sólo tenía que correr con un moderado gasto de maquetación (o maquetar él mismo su libro usando productos adecuados, como LaTeX o LyX), poner un precio el libro a partir del mínimo que marcaba la empresa de edición bajo demanda y esperar, porque dicha empresa es la que pone en el domicilio del comprador cada ejemplar. Así pudo publicarse, por ejemplo, El recepcionista de cadáveres (Carontíada nicheana) de mi suegro.

Ahora viene el excusatio non petita: creo que las editoriales siguen teniendo un papel esencial. El editor puede apoyar al autor a la hora de transformar un libro con potencial en una obra maestra que logre el impacto deseado. Y por supuesto, las capacidades de márketing de una editorial siguen siendo esenciales a la hora de aumentar las ventas. Pero esto no quita para que las empresas de impresiona a la carta comenzaran el proceso que ha transformado a las editoriales de un cuello de botella inevitable a una buena opción.

Pues bien, leo en teleread un artículo acerca de una reacción que, si no fuera porque es americana, pensaría que es española, con nuestros habituales saltos de calvo a tres pelucas. ¿Firmar con una editorial importante es un error?

Como podréis comprobar, da cuenta de dos casos en los que se asume que los autores habrían obtenido mucho más éxito en ingresos si hubieran publicado por su cuenta en vez de recurrir a un sello editorial de éxito. Antes de seguir, hay que tener en cuenta que la autoedición de libro electrónico es una revolución respecto a la revolución precedente de la impresión a la carta. Los costes de distribución tienden a cero y otro tanto ocurre con los costes de impresión; más aún, desaparece el intermediario como figura obligatoria, y el autor puede distribuir su obra como le plazca. En lo que al precio se refiere, no tiene un precio mínimo como el caso de la impresión a la carta y puede jugar con precios muy bajos que disparan tanto las ventas como su visibilidad. Por otra parte, contar con el apoyo de una plataforma de alta visibilidad como es ya a día de hoy Kindle en Estados Unidos puede contribuir a disparar las ventas por el sistema de recomendaciones, a cambio de ceder una parte de los beneficios a la plataforma. En ese sentido, en Estados Unidos el autor ya se puede quedar con un 70% de los beneficios, aunque fuera de Estados Unidos todavía el autor se tiene conformar con un 30% de los beneficios, cantidad en cualquier caso muy superior al 10% al que podría aspirar en el mejor de los casos de una publicación tradicional.

Lo que critican los dos autores que se citan en Teleread es que, por una parte, un autor de títulos muy interesantes no aprovecha la ola de popularidad que tienen los autores autopublicados en Amazon. De manera arbitraria, se compara las ventas que tienen los autores independientes de más éxito en las listas de Amazon (ocupando ya un sorprendente 25% del total de la lista de los 100 libros más vendidos en Kindle), con las ventas que el autor ha obtenido por firmar con Macmillan. En vez de estar en los 100 primeros, este autor está en el extremo horizontal de la larga cola, en las posiciones 12.726 y 26.038 para dos de los títulos del autor que ha firmado con Macmillan.

Lo que el crítico se olvida de contabilizar son las ventas en papel. Incluso en Estados Unidos, con la explosión que está teniendo lugar con los ebooks, las ventas combinadas de papel sigue siendo más importantes. Si una editorial importante ha apostado por un autor, su potencia de fuego marketiniano le asegura ventas en papel y visibildad con ese público que prefiere el papel y que sigue siendo mayoritario.

Si este ejemplo lo es ya lo suficientemente ilustrativo del extremismo y miopía al que están llegando tan rápidamente algunos partidarios de los libros electrónicos, el segundo ejemplo va del mismo palo al tratar con displicencia tanto a la editorial tradicional como al papel
As I understand it, when you sign with Macmillan or Penguin or FSG to print your book, one of the things they do, and I’m no expert here, but one of the things they do is that they, under most circumstances, print your book. Which means people sell them in stores. And, again, I’m not an expert in anything but mediocre whiskey and quantum mechanics, this means that those sales do not count in your Kindle sales.
Dejando aparte la prepotencia con la que en este segundo ejemplo se trata a las editoriales y al papel, el gran olvidado es el lector que sigue enganchado al papel y que pasará mucho, muchísimo tiempo hasta que llegue a ser realmente minoritario. De ese lector cuya diferencia esencial respecto al lector de ebooks es su apego a un formato, apego que tiene como resultado el acceso a la mayoría del catálogo mundial actualmente disponible.

Al final, el bicho humano es el bicho humano, y no sólo en España se pasa de calvo a tres pelucas. Lo importante de estos dos ejemplos, bajo mi punto de vista, es que suponen una buena advertencia contra el exceso de entusiasmo respecto al ebook, sobre todo si implica una pérdida de perspectiva dramática. El libro sigue siendo papel, y el papel se sigue vendiendo desde la editorial al lector pasando por uno o varios intermediarios. Negar esta mayor es completamente absurdo y contraproducente. Lo que es aún peor, subordina y subyuga nuestro pensamiento y análisis a la moda del momento, que pasará en unos años y que nos dejará con cara de tonto si somos lo suficientemente honestos.

jueves, abril 21, 2011

Y yo que me creía un fan de Pixel-Qi

Pues lo justo. Hombre, ya tiene su mérito mantener la fe en la empresa que fabrica(?) las pantallas 3Qi después de dos años de anuncios de Pedro y el Lobo, pero al revés. Lo mismo se podría aplicar a los burbujistas y a los peakoilers, solo que yo me alegraré si de tanto ir el cántaro a la fuente aparecen pantallas sin retroiluminar. O vaya, me alegraré por los motivos adecuados, sin un gramo de schadenfreude.

Pero vaya, ni remotamente tengo la fe que tiene Charbax, el bloguero guerrillero que se planta en todas las ferias tecnológicas que puede para grabar post sin guión ni historias, preguntando al chino de turno en quebrado tecnoinglés sobre el enésimo dispositivo que se lanza con ARM y con o sin teclado. Hace unos días posteó acerca de la generación 9 de Archos...

Los más viejos, veteranos o ambas cosas os acordaréis de Archos. Llevan activos en el país vecino desde 1998. Yo los recuerdo de cuando era estudiante y poco después, en mis inicios laborales, fabricando unos afamados y carísimos reproductores de audio que podían reproducir mis amados APE y FLAC. Como quiera que los reproductores de audio tienen casi tanto futuro como las PDA con windows mobile, hace un par de años que se lanzaron a la conquista del mercado tablet... con resultados inopinados. Poco a poco han ido mejorando, y parece que la generación 9 va a venir muy competitiva.

[prediccion] en 18 meses, contando desde ahora y con la condición de que no se produzca una crisis económica aún más severa, habrá en el mercado tabletos lo suficientemente baratos como para regalarlos como se hacía con los datapads de Star Wars.[/prediccion]

A lo que voy. Charbax nos cuenta esto con bastante detalle en el artículo que acabo de citar... y nos deja esta perla.
6 sizes from 5″ to 10″. That’s the sizes it seems they are aiming at. It might mean Archos noticed their 7″ and 10″ Gen8 were much more popular and in demand than the smaller sizes, and it might mean Archos is realizing a tablet has to be at least 5″, perhaps they leave the smaller sizes to the Arnova line? I expect/hope all are capacitive, even the 5″ one. Likely sizes are 5″, 7″, 10.1″, other possible sizes (since there are 6 sizes planned), 9.7″ 4:3 aspect ratio, 5.8″, 8.9″, 8″ 4:3 aspect ratio. I also hope Archos and Pixel Qi can synchronize release schedules so Archos can provide Pixel Qi matte capacitive screen option on all these sizes, at least as an option. Would you pay $50/$100 extra for Pixel Qi if Pixel Qi is not yet fully mass produced? One can hope Pixel Qi is fully mass produced in time, and that somehow Archos sees the opportunity in using it accross the line, thus making Gen9 ready for productivity, ready for real reading, ready for outdoor use, ready for use in professional and study situations, ready for serious collaboration on text annotations, ready to be Kindle-killer and iPad-killer all at the same time.
¡Toma ya!

No tengo su permiso para reproducir el intercambio de email que tuvimos, pero no se corta un pelo en ser espectacularmente optimista. Asume, tal cual, que Archos va a montar pantallas 3Qi. En su foro se explaya algo más, y se demuestra que hay demanda para estas pantallas y para Señores Tablet. Eso sí, con lo que se sabe hasta la fecha, sólo hay anunciadas pantallas 3Qi en 7 y 10.1 pulgadas.

¿Deseo? ¿Sugerencias a partir de información real? No sé, tenemos toda la trayectoria previa de 3Qi y sus anuncios de Pedro y el lobo (bueno), para que al final haya un netbook que vale más del doble de uno normal (el sunbook) y un tablet bollywoodense y que es una auténtica lotería (el notion ink adam y sus eternas listas de quejas). También tenemos el más de un millón de OLPC que circulan por el mundo.

Pero nadie del tamaño de archos ha apostado hasta ahora en firme por Pixel Qi. ZTE, firma desconocidísima en Europa pero muy popular en china, ha anunciado un señor tablet... en unos meses.

A ver si es verdad y lo que ha pasado es que Mary Lou Jepsen, la directora de Pixel Qi, ha subido el piedro de sísifo hasta la cima, cual Tourmalet mítico, y ha coronado con éxito. Francamente lo deseo, porque la pantalla es uno de los grandes cuellos de botella para la informática actual.

Pero lo creeré cuando vea un anuncio con precio y disponibilidad. Antes se lo cree Charbax, con su optimismo a prueba de bomba :)

miércoles, abril 20, 2011

ereaders y editoriales españolas

Vía contenidos digitales he dado con un interesante aunque cuestionable estudio de IDC, publicado por topcomputertablets: Kindle acapara el 41,5% del mercado de los ereaders. Empecemos por lo cuestionable:


  • Mientras Amazon no haga públicas las ventas de Kindle, toda cifra de ventas es altamente especulativa. La sorpresa puede venir en muchos sentidos, y no me extrañaría que se hubieran quedado cortos en el estudio. Pero da igual, porque
  • Kindle es un ecosistema. Las cifras tienen un doble error, porque no incluyen los dispositivos en los que Kindle esta presente y se usa, desde smartphones hasta tabletos. Esas cifras, de nuevo, sólo las conoce Amazon.


Entiendo que la precisión que acabo de hacer es fundamental, porque es bastante probable que la dominación actual del mercado de ebooks por parte de Amazon sea superior al 50%, y quién sabe si llega a esa bonita cifra del 66%.

En cualquier caso, conviene centrarse en los ereaders. El objetivo primario para las editoriales deberíamos ser los lectores muy habituales. Si para el lector ocasional un tableto es una solución perfectamente válida, para el lector diario con dedicación no dan la talla a estas alturas encuentro innecesario discutir la diferencia entre una pantalla de tinta electrónica o comparable y una pantalla convencional respecto al cansancio visual producto de la lectura prolongada. Pues bien, en este caso lo que tenemos que comparar no es tanto la cifra del estudio sino el método de adquisición de libros: si como cualquier otra plataforma tenemos que pasar por el PC y una serie de etapas para autenticar nuestro ebook en epub protegido por adobe digital editions, en kindle es un par de clics tanto desde el aparato como desde cualquier navegador. Terminada esta compra con su método transparente, podremos leer el ebook comprado en hasta 5 dispositivos, o prestarlo por quince días.

Por más que el Sony reader sea tecnológicamente comparable como aparato en sí (misma pantalla, algunos pluses y algunos minus), se necesitará de un proceso mucho más largo y engorroso para adquirir un ebook, no se podrá leer el ebook adquirido en hasta cinco dispositivos y no se podrá prestar a nadie.

Por lo tanto, ya no es sólo que, como dicen en el estudio, el Kindle ha vendido tanto como sus siguientes tres rivales. A día de hoy, la experiencia de usuario es difícil de comparar, y no es sencillo que la cosa cambie debido a que la protección DRM es externa al aparato y se necesita de un PC (corregidme si me equivoco). En estas condiciones, y sabiendo de las recientes dificultades que está experimentando Google Books, resulta difícilmente discutible que las editoriales españolas deberían trabajar con Amazon. Algún día me gustaría entender el papel que tiene Libranda en un acuerdo entre Amazon y cada editorial, pero ése es otro cantar.

No en exclusiva, claro, porque aquello tan sentido de "¡Vivan las caenas!" lo gritaban los insensatos seguidores de Fernando VII. Pero no estar en Amazon es un error de claro carácter acumulativo. Sobre todo, para las editoriales pequeñas y medianas, a cuyas tiradas no va a estorbar la venta de ebooks dado que no pueden aspirar a una fórmula de best-seller de forma realista.

Y ya que estamos, lo mismo sería una buena idea que estas editoriales se repensasen el modelo de agencia. Si en vez de precio único Amazon u otro distribuidor electrónico en el futuro puede jugar con los precios bajo la condición protegida por contrato de maximizar los márgenes de venta, lo mismo se llegaban a sorprender en más de una ocasión al comprobar cómo una bajada en el precio de la versión ebook aumentaba las ventas y beneficios tanto de la versión ebook como de la versión papel (por el incremento de visibilidad del título, especialmente en Internet).

Y finalmente... ¿A qué esperan para sacar al mercado sus colecciones descatalogadas? Esto ayudaría a generar ingresos que facilitaran el tránsito a un mercado mixto digital-papel. En cualquier caso, conforme bajan los precios de los ereaders (el kindle no ha llegado a su cifra más baja, seguro, y los demás le seguirán en dicha evolución), el público adquiere más y más ereaders... y dispone de un catálogo de ebooks que comprar dolorosamente reducido y caro. Adivinad las consecuencias de enrocarse en esta situación.

viernes, abril 15, 2011

Oferta de Kindle DX

Para celebrar el 40 aniversario de mi existencia mundana, ayer vi el mito de Bourne. Se dió la mayor casualidad de mi vida, que yo recuerde. Al final de la peli (spoiler)le dicen al desmemoriado héroe que nació el 15 de enero de 1971(/spoiler). No sólo estaba viendo el flim a las 00:30 del 15 de abril de 2011, sino que Jason Bourne nació el mismo día que yo.

Después de volver a contar esta increíble casualidad, paso al motivo del post: Amazon ha bajado el precio del Kindle DX unos 80$ y, como dice Antonio Gallego, cuesta ahora unos 270 euros puesto en casa. Antonio ha dudado hasta el final, y a mí me ha pasado otro tanto. Él no se lo ha pillado, y yo tampoco. Como sólo puedo hablar por mí, mis motivos son:

  • El rescoldo de rebote que aún me dura porque me compré un Kindle DX1 justo 45 días antes de que saliera el actual
  • Que no han actualizado en todo ese tiempo (8 meses) el firmware, y no se puede anotar los PDF
  • Que no hay wifi ni navegador webkit
  • Unido al primer motivo, que estas rebajas en Amazon a veces son signo de que van a sacar otra cosa. Como quiera que medio bloguerío especula alegremente sobre el señor tablet de Amazon, como que me espero.

Esto no quiere decir que no lo recomiende. Todo lo contrario: si tenéis que leer muchos PDF en Din A4, probablemente el DX2 es el mejor dispositivo tanto por pantalla como en relación calidad/precio. Que yo sepa, nadie más monta en 9" una pantalla e-ink Pearl, que es la mejor que hay en estos momentos en lo que a contraste se refiere. Yo he tenido un DX1 hasta que se lo vendí a El Otro, y es un dispositivo muy bueno. Como sabéis, creo que Amazon ha sido la única que ha hecho los deberes: sin afirmar que sean dispositivos transcósmicos y bien provistos de polvo de hada como ciertos tabletos por todos conocidos, lo cierto es que hacen bien todas las funciones necesarias para un ereader: mostrar los textos, organizar los documentos, subrayar y anotar. Repitan conmigo, hamijos: subrayar y anotar, subrayar y anotar, menos samba e mais anotar! Y de momento la cosa sigue así, porque ePub 3 es un salto tan exagerado que tardará en ser implementado, y menos en todas sus posibilidades.

Por otra parte, es frustrante que Amazon no haya sacado partido al DX. Nadie duda del éxito del Kindle 2 y 3. Yo tengo un 3, que llevo siempre conmigo excepto al WC. Si ya de por sí el catálogo de Amazon es el más amplio, encima lo que se ha currado el personal lo termina de redondear. En mi caso, en cuanto el artículo que leo en internet supera las 100 palabras, pulso en Send to Kindle y listos, a leer sin cansarme los ojos. El navegador es más útil de lo que pensé, y encima las aplicaciones comienzan a aumentar las posibilidades, como un editor del que hablaré en breve.

Pero no sólo no han actualizado el DX al nivel del kindle 3 (al menos anotar PDF y meterle el navegador webkit), sino que no han ampliado la plataforma kindle hacia el sector educativo, donde Kindle DX da la ventaja de aprovechar de forma nativa los artículos en DinA4. Quiero decir, se pueden leer, y muy bien gracias a la pantalla pearl, pero no han dado el salto de construir un ecosistema que aproveche las ventajas de anotado y subrayado como herramientas para el estudio.

Y no lo tenían fácil. Paradójicamente, el ámbito académico/ de estudios universitarios tiene una querencia sorprendentemente resistente hacia el papel. Pero precisamente por eso tendrían que haber apostado por programas más activos, de una introducción más guiada de la herramienta y sus posibilidades; no habría costado, para las dimensiones de Amazon, integrarlo en alguna plataforma web educativa o de investigación.

En resumen: el DX y su sucesor son herramientas dignas, pero podría haberse hecho mucho más con ellas.

miércoles, abril 13, 2011

Muchos no han entendido el HTC Flyer, y HTC parece que no está en 2011



No voy a hacer una review al uso, porque no he tenido acceso a este dispositivo. Ni siquiera voy a referenciaros una review habitual, sino la interesante pieza de Ross Rubin: Switched on: Pen Again.

Creo que las especificaciones despistan en este caso, más que nada. Ni CPU, ni memoria, ni mandangas. Bastaría con afirmar que su CPU, memoria y almacenamientos van sobrados para las operaciones que se espera de un tableto. Para empezar, es más potente que el K7 a 700 Mhz con el que me pulí el 80% de mi tesis.

Rubin nos hace un repaso tan rápido como recomendable: de los palillos varios de Palms y pocket PC pasamos (unos pocos) al lápiz de los tablet pc, con la matriz wacom tan estupenda que permitía una precisión que no se ha superado (incluyendo la diferencia de presión en el lápiz) y unos costes que dejaron al pobre Tablet PC en la marginalidad para los restos. Después, el tsunami Smartphone (y en mucha menor medida, tableto), le robaron la escena al lápiz, gracias a las interfaces táctiles y multitáctiles.

Y no es una conspiración ni nada por el estilo: los gestos son estupendos para los smartphones y sus pequeñas pantallas, y permiten algunas opciones que no sólo son vistosas sino que además son útiles. El problema es que, por más que el multisobo sea pulido y sensual, no puede sustituir al lápiz. Es sencillo: desde que éramos muy niños no hemos vuelto a escribir ni pintar con los dedos, sino que hemos usado un artilugio que nos ofrece una precisión muy superior.

Como dice Rubin, hay tareas para las que el lápiz es necesario: diagramar, ilustrar, bocetar, anotar a mano, firmar. Y algunos diréis que eso ya se puede lograr con "lápices" para el iPad y demás dispositivos con pantallas capacitivas. El problema es que el hardware no está diseñado para eso (con lo que el "lápiz" termina siendo poco más que un dedo ortopédico, comparado con el lápiz sin comillas de un tablet PC) y el software está optimizado para nuestros dedazos, no para ser usado con lo que no es sino un yad secular. Dado que ni software ni hardware acompañan, el uso del iPad o equivalente con "lápiz" tiende a lo lamentable.

El Flyer le da la vuelta a la cuestión en los dos sentidos, hard y soft, y hace del lápiz sin comillas su hecho diferencial. El software está muy centrado en el lápiz, como el caso de los tablet PC y hasta más aún: aunque no pueda reconocer la escritura, como se hace con un tablet PC, se puede anotar, pintar y subrayar en cualquier momento gracias a la adaptación de Sense para este equipo. Por poder, se puede anotar en el escritorio, lo que no deja de ser un vacile pero demuestra las capacidades e integración del lápiz.

En mi caso, pienso en lo que puede aportar un dispositivo de esas dimensiones contenidas: tomar notas en reuniones, entrevistas, grupos, etc, y sincronizar notas con audio (para mí, imprescindible). Anotar cualquier foto que saque en el momento. Bocetar y diagramar como parte del cuaderno de campo, y colgarlo todo en evernote (un software que copia la idea de OneNote pero que, por su capacidad de sincronización entre equipos, ha superado al original hace años).

Esta integración del lápiz con hardware y software permiten que, por primera vez, un tableto haga cosas que no puede hacer un portátil. Ni siquiera un tablet PC, porque los tablet PC no permiten sacar fotos de calidad decente y anotarlas después. Además de tener la "tinta" comparablemente tan integrada como Windows vista o 7, tienes un dispositivo de tamaño más contenido y autonomía más prolongada.

He leído que va a ser compatible con teclado bluetooth, algo que no lo son los smartphones previos de HTC para mi gran cabreo. Esto podría lograr que el Flyer sustituyera en parte al portátil, al menos para tareas básicas y algunas tareas de campo. En cualquier caso, está muy lejos del tableto habitual, iPad o Android: concepto, usos y posibilidades.

Lo malo es que HTC puede que no esté en 2011 tampoco. El freno principal a las ventas del samsung galaxy tab fueron los 700 euracos con los que salió al mercado sin subvención. Ahora lo puedes encontrar por 385 euros, lo que tiene que tener contento al feliz comprador de hace 6 meses. Pues bien, parece que el Flyer va a salir por entre 640 y 670 euros al cambio. Son 50 euros menos que el iPad 2 con ese almacenaje y 3G (el primer flyer incorporará 3G), pero lo malo es que el iPad básico ha marcado el sweetspot del precio de los tabletos, es una referencia que en pocos meses aún se ajustará más con el nuevo precio para 7 pulgadas, que va a ser 350 euros.

En resumen: sería muy triste que HTC no apostara por ganar cuota de mercado y que no sólo repitiera el error de los tablet PC (un precio que apartó a los usuarios de adoptar una tecnología útil) sino su propio error previo, el HTC Shift - un dispositivo muy interesante para la época y cuyo precio, junto con el hecho de salir antes de tiempo, lo condenó.


No tengo prisa. He de confesar que he cambiado de opinión respecto al flyer, y que ahora me parece un dispositivo mucho más atractivo y justificable. Pero el precio puede ser una barrera, no tanto por poder pagarlo como por poder justificármelo con honestidad.

martes, abril 12, 2011

El dilema de la tapa dura y el ereader

Leo en telereader un post muy interesante: la gente usa el sistema de votaciones para protestar por los precios de los ebooks. Parten de otro post igualmente interesante en cnet.

Como sabéis, es muy habitual que las tiendas de Internet permitan a los usuarios votar (marcando de una a cinco estrellas) lo que les ha parecido su compra. Sinceramente, no entiendo cómo dealextreme permite algo así, pero por otra parte es parte del sistema de feedback y recomendaciones que han hecho de Amazon lo que es.

Pues bien, crece el cabreo fuera de nuestras fronteras cuando el futuro lector de un libro de éxito se encuentra con que la edición electrónica sale al mercado más cara que la de tapa dura. Desde su punto de vista, es un insulto: ¿Cómo puede tener que pagar más por un archivo que por lo que se supone que es de calidad y, por lo tanto, ha costado más dinero fabricar? Dejemos a un lado que la diferencia de coste entre la tapa dura y la edición de bolsillo es menor comparada con otras partidas del coste total del libro. Lo que importa es que el comprador de tapa dura actúa llevado por un conjunto reducido de motivos: 1) porque la tapa dura es la primera edición que sale, y quiere tener el libro cuanto antes, ASAP! 2) porque la edición en tapa dura es más cuidada y compras lo que vale. 3) porque, en algunos casos puntuales, la edición en tapa dura es la única que sale. Dado que la diferencia de costes entre la tapa dura y la edición de bolsillo no es dramática, la tapa dura es una fuente de ingresos muy golosa para la editorial que publica un título con éxito probable: los lectores se van a lanzar a comprarla en cuanto salga, a menos que sean capaces de esperar de 9 meses a un año a la edición de bolsillo.

Este sistema les funcionaba muy bien a las editoriales hasta que el desestabilizador ebook apareció en escena. O, mejor dicho, cuando los usuarios de ereaders alcanzamos una masa crítica y demandamos la posibilidad de adquirir los títulos que nos interesan en versión electrónica. Hay que responder a esa demanda, tanto porque existe y produce ingresos como porque, si no se hace, una parte de los dueños de ereaders acabarán encontrando otras fuentes de ebooks. No olvidemos que el usuario de ereader ha comprado su dispositivo para leer, y probablemente para leer mucho.

La pregunta clave en este punto es cúando espera el usuario de ereader que aparezca la versión ebook del título que desea adquirir. Dicho de otra manera: ¿Será capaz de esperar a que aparezca una edición digital barata, como tendría que esperar a la edición de bolsillo?

Yo diría que no. Al menos una parte de los usuarios de ereaders no van a comprar un título en papel si lo pueden comprar en versión digital, tanto porque lo hacen en el momento, un par de clics mediante, como porque el ereader ya asentado hace valer sus ventajas: el libro deja de ocupar lugar y lo llevas siempre encima. No es fácil que el usuario de ereader acepte que el ebook tarde en salir más que la tapa dura: después de todo, es un archivo que se tarda segundos en descargar. Me parece difícil negar que el ebook está asociados a valores de inmediatez, con los que van a a casar con dificultad los retrasos.

Además, si la salida de la edición digital de un título se retrasa, en cierta medida se incentiva la copia no autorizada: hay ejemplos anteriores al boom de los ereaders de éxitos editoriales que estaban en las redes de pares a las pocas horas de la salida de un libro al mercado.

La opción más lógica, por lo tanto, es que la edición digital acompañe en su salida a la tapa dura. El problema reside ahora en que el parque de ereaders ha alcanzado el tamaño suficiente como para que el editor tema, no sin razón, que las ventas en edición digital amenacen a las jugosas ventas de tapa dura. Probablemente muchos editores todavía no se hagan a la idea de que la tendencia imparable es a que muchos dueños de ereader no quieran comprar una edición que no sea digital, por las distintas dimensiones de la comodidad que acabo de mencionar. El caso es que el editor, en bastantes casos, va a querer defender sus ventas, y la manera que muchos han encontrado ha sido la de poner inicialmente el precio de un título ebook por encima del precio de la tapa dura.

Hasta aquí, todo es coherente. Lo malo es que si saltamos al campo del lector, también es coherente que se cabree. Ese cabreo, en España, es muy posible que se traduzca en incremento de la copia no autorizada ("yo quiero comprar ebooks, pero no que me tomen el pelo"), y es posible que se reproduzca una práctica que se da cada vez más, como hemos visto en los posts que cito arriba: votar con una de cinco estrellas (el peor voto) y en la sección de comentarios quejarse de que el precio de la tapa dura sea inferior al del ebook.

Es también muy probable que el usuario de ereader consulte opiniones antes de adquirir algunos títulos. Si la "nota media" de un título de éxito es muy baja, seguro que le llamará la atención. Si se encuentra con un chorro de comentarios echando pestes sobre el precio, es posible que influya en su decisión de compra; decisión que, no olvidemos, es ingreso para el editor (probablemente con mejores márgenes que la tapa dura, que ya es decir)

Conclusión: creo que el caso del voto de una estrella es una de las mejores ilustraciones del choque de paradigmas y la dificultad de adaptación del sector editorial a la realidad del ebook. Y ojo, no tengo solución que ofrecer - el modelo de ciclo de venta tapa dura / bolsillo funcionaba hasta ahora, y en ese modelo el ebook no encaja ni a la de tres. La única objeción que puedo levantar es que es un modelo más minoritario de lo que parece, porque la masa de los nuevos títulos que salen cada año al mercado está conformada por tiradas muy limitadas y sin esperanza de reedición.


paro ya con las negritas, que me canso.

Para las tiradas cortas, el ebook no es amenaza sino oportunidad. Los lectores de papel seguirán comprando (o no) el título, que se agotará en un tiempo o se zampará el editor. Pero los usuarios de ereaders podrán comprar indefinidamente la edición digital, sin más temor a que se agote la edición que el que podrían tener a que el cielo se les cayera en la cabeza.

En otras palabras, la amenaza de la estrella única para el libro de papel afecta únicamente a los best-sellers.

viernes, abril 08, 2011

Gestionando las expectativas respecto a los ereaders

He amanecido con un post que me ha mandado mi amigo Robj: Jugando al DOOM 2 con un pocketbook 360 (un ereader ruso)

Si en el sí mismo la cosa no pasa de curiosidad, sumando dos mas dos la cosa cambia: si puede renderizar algo casi jugable, la tasa de refresco daría de sobra para escribir a buena velocidad. Como ya sabéis, una de mis fijaciones es la máquina de escribir digital. Y no por nada: cada vez me frustra más no poder escribir a la luz del sol (y aprovechar al máximo el clima que estamos teniendo, al menos lo que me permitan las gramíneas y su polen), y la paliza de escribir Das Buch me ha dejado los ojos bastante cansados.

excursus: el polen es el problema, y el napalm la solución. ¡Na-palm! ¡Na-palm! ¡Na-palm!

A lo que voy. Tenía a pocketbook fuera de mi radar, porque los golpes consecutivos que ha dado Amazon en precio y funcionalidades han dejado descabalado un mercado, el de los ereaders, que ya de por sí ha perdido parte de su atractivo para el gran público debido al tsunami tableto. Como simpatizo por regla general con las empresas pequeñas y valientes, me daba cierta pena que no se pueda competir con el Kindle 3 wifi ni en precio ni en funcionalidades (sólo sony, y a duras penas).

Emocionado (pero prevenido) me he puesto a buscar. Y vaya, inicialmente me encuentro una sorpresa muy positiva:

BlueTooth
Connect Bluetooth supporting devices, such as headphones, keyboard, cell phones (for Internet connection and file transfer), and PCs etc., to PocketBook Pro 902.


No puede ser verdad. Son demasiadas decepciones. Vamos a comprobar, no sea que...

Lo primero que busco es en YouTube. Una virguería del calibre de un ereader conectado a un teclado bluetooth tiene el mismo final que Mario Cabré cuando salió zumbando después de acostarse con Ava Gardner: "¿A dónde vas tan rápido? ¡A contarlo!". Pero no, nadie lo ha contado en YouTube.

Y una búsqueda más general me dio como primer resultado un hilo descorazonador en la meca de los ereaders. Como siempre ocurre, la pregunta que te haces ya se la ha hecho alguien, y como siempre alguien sabía la respuesta.

Un tipo pregunta por los pocketbook, que le interesan pero que comprará si y solo si puede conectarlos a un teclado. Y las respuestas son de esta guisa:
  1. As far as I know, there is no support for bluetooth keyboard. I tried it for 902, but it didn't work.
  2. Thanks for letting me know! I also got an answer from pocketbook technical service indicating that for the moment there were no plans to support bluetooth keyboards. 
  3. Some months ago, they told it will be there. Now it is the contrary. Too many promises for nothing at the end. Even the SDK may never be published, even if it has been promised for before the end of the month.....
Habría sido una mala forma de empezar la mañana, si no fuera porque ya iba prevenido por ocasiones anteriores y mis expectativas eran bajas. El tsunami tableto y la competencia de Amazon y Sony ha dejado en mala posición a los demás fabricantes de ereaders, y su respuesta es... seguir en el mismo camino, en lugar de destacarse ofreciendo lo que ni Amazon ni Sony ofrecen.

Estoy convencido que un ereader con la posibilidad de servir como editor de texto atraería a un público que, siendo minoritario, justificaría sin duda la muy modesta inversión que supondría preparar la salida USB como host (o integrar bluetooth), incluir un editor de texto sencillo y asegurar la conectividad con un teclado ya fuera vía BT o USB. De hecho, podrían incluirlo como un extra premium (funda que integrara un teclado).

Partiendo de la base de que no se puede competir por abajo con Amazon (quienes probablemente pierden algo de dinero con el K3 wifi, o todo lo más sus ganancias son muy bajas y gracias a la tremenda economía de escala), creo que la única opción que tienen los demás fabricantes de sobrevivir tanto a esto como a los tabletos es distinguirse, ofrecer lo que nadie más ofrece.

La verdad sea dicha, el caso del PocketBook 902 me resulta misterioso: tiene Bluetooth, un linux debajo que se podría adaptar perfectamente, incluso anuncian que se puede conectar a un teclado. Pero luego no se puede, y al parecer no hay software que lo permita. ¿Cómo quieren competir?

Amigos del club de Ciudadanos que Anhelan una Máquina de Escribir Digital (CAMED): esperen sentados.

miércoles, abril 06, 2011

El futuro de los dispositivos móviles es múltiple

Al menos, es lo que se plantea Hugo Ortega, un veterano de los tablet PC y dispositivos comparables. Al loro de cómo empieza el post.
There are some people who think we’re entering a tablet bubble – that analysts are pushing growth too hard and that people don’t yet know what they will do with their tablets. And to be honest, I’m still someone who needs three devices to get my work done and most people when surveyed admit they use their tablet primarily for entertainment.Part of that is the fact that the majority of new tablet owners have iPads and Android tablets, designed for entertainment before productivity. Another part is that the tablet platform has not fully defined itself yet – it’s so new that manufacturers are eager just to get into the market. They haven’t actually figured out how they will specialize and provide solutions to their customers
No tengo claro si soy una de esas personas que empiezan a temerse que hay un entusiasmo excesivo por los tabletos, sobre todo en las web tecnológicas. La definición más feliz que he encontrado de los tabletos es ésta: "no lo necesito, pero lo quiero". Salvo quienes se toman en serio la estupenda boutade del PostPC, diría que hay un perfil amplio de propietarios de tabletos que los usan para infotainment antes que para otra cosa, para lo que han sido diseñados.

El otro día tuve una reunión de la que no daré más detalles ;). Uno de los asistentes sacó un iPad y empezó a tomar notas. Si el reojímetro funcionó bien, diría que activó el sonido del teclado virtual. Y así transcurrió la reunión, con los asistentes exponiendo y un suave clic-clic-clic de fondo. Como no me gusta nada usar un portátil en una reunión - creo que ni presto atención suficiente y creo que distraigo más de la cuenta - y como me había dejado en el despacho el SmartPen que uso para esos menesteres y para grupos de discusión, entrevistas en profundidad, etc., saqué el móvil (un HTC desire) y abrí un editor de textos. Para mi sorpresa, tomé unas notas razonablemente completas utilizando swype como teclado virtual, y me di cuenta de que no sólo es útil, sino que es menos intrusivo (el dedo dibuja las palabras sin hacer ruido) que un tableto.

Evidentemente, hablo sólo a partir de mi experiencia y es mi criterio nada más. Pero me pareció que el iPad no daba la talla en la sala de reuniones. Estábamos en un círculo de sillas y su dueño lo apoyó en los muslos, adoptando una postura encorvada, recogida, casi como una gárgola. Tampoco he usado demasiado tiempo el teclado virtual del ipad o de otros dispositivos comparables, pero diría que no se alcanza la velocidad y eficiencia que se puede tener con un teclado físico y, además, hay que prestar más atención al proceso de escritura: hay que mirar tanto a la línea de texto como al teclado, dado que no hay feedback táctil.

Hugo es más optimista que yo, lo cual no es nada extraño dado que está profesionalmente centrado en los dispositivos de movilidad, y puede y debe probar más dispositivos a lo largo del día. Asume que esta primera generación de tabletos se basa en un formato común con el que responder a un abanico de necesidades amplio, y que eso va a cambiar. Con o sin polvo de hada, un mismo dispositivo táctil no puede servir con eficiencia a tareas de productividad profesional, a tareas de infotainment y a tareas relacionadas con la educación. El escenario que nos dibuja es el de una generación siguiente de tabletos menos generalistas, usando el que corresponda a cada momento según necesidades (y posibilidades económicas).

Tiene sentido, si lo miramos desde cierto punto de vista: los smartphones centrados en Internet (Android, iphone, win7phone, cojones (digo, webos), la siguiente generación de blackberry, ¿meego?) son tabletos pequeñitos conectados autónomamente a Internet (o, a la inversa, los tabletos son smartphones enormes, con o sin servicio de voz y/o conexión autónoma a Internet). Diría que han entrado en nuestros bolsillos para quedarse.

Después, tenemos los ereaders, cuya pantalla y precio actual les han granjeado cierta popularidad y sirven con eficiencia a un propósito: leer. Como quiera que los tabletos actuales son menos eficientes para la lectura prolongada y concentrada, esa necesidad seguirá necesitando una respuesta.

Tenemos también el tableto centrado en el infotainment, con dos ventajas básicas: peso y tamaño, por un lado, y autonomía de las baterías, por otro. Ambos son factores dignos de consideración porque, como decía el padre de un compañero de trabajo, "no entiendo como tantos currantes cargáis arriba y abajo con vuestros portátiles para llegar a oficinas donde tenéis máquinas de sobremesa". Y si bien es cierto que hay currantes como el que firma este post, que trabajan en la oficina sólo una parte del día y de la semana, teniendo que trabajar en movilidad el resto del tiempo, lo cierto es que muchos portátiles se han cargado, día a día, por falta de alternativas.

También asoman por el horizonte las alternativas a los netbook, tanto smartbook (netbooks con ARM, con su correspondiente autonomía, y Linux o Android) como tabletos como el ASUS transformer, diseñados desde el principio para trabajar bien con un teclado al que se enganchan. En este caso, si (¿cuando?) el software acompañe, se podrán llevar a cabo más tareas relacionadas con la productividad.



En resumen, el futuro puede ser tan o más múltiple que el presente. Yo ahora suelo llevar mi portátil principal (Hp Envy 13), el smartphone y un kindle 3. Cada uno cumple una función que no pueden cumplir los demás. Si Amazon u otro acaba ofreciendo un Señor Tablet con pantalla mirasol, liquavista, (¿Pixel Qi?), sustituirá al kindle 3 pero no en principio ni al móvil ni al portátil en la mayoría de las ocasiones. De la misma manera, mis necesidades no van a ser las mismas que las de los estudiantes, que tendrán que priorizar otras funciones, o las de otros profesionales que trabajan con herramientas distintas a las mías.



En cualquier caso, bajar el peso, el volumen y la autonomía de los dispositivos que llevas encima es un objetivo significativo, siempre y cuando esté conectado con necesidades y tareas reales a cumplimentar con uno o varios dispositivos que las pueden resolver con eficacia. Diría que el futuro no apunta a dispositivos de convergencia, y que la respuesta actual a los iPad se debe a la falta (hasta hace poco) de alternativas: sencillamente, me resulta difícil de aceptar que el mismo tamaño, peso y otras consideraciones de formato resuelvan un abanico extraordinariamente amplio de necesidades.

Pero puede haber una alternativa: si cunde el ejemplo del motorola Atrix y los fabricantes toman medidas (definiendo interfaces con las que los smartphones se puedan conectar), un smartphone podría ser el núcleo central al que añadirle una pantalla más grande (introduciendo el smartphone en un zócalo, por ejemplo), un teclado, etc.



Con todo, y pese a que esta posibilidad es indudablemente atractiva, no creo que acabara desplazando por completo a los dispositivos múltiples que solucionen con eficiencia necesidades muy específicas. Estoy convencido de que tabletos de diferentes formatos y, muy probablemente, Señores Tablet, serán los que dominen el mercado de 2012.
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