domingo, abril 04, 2010

Tres tazas

Por si se quería caldo.



Pie de foto, de publico.es: Varios empleados de Apple aplauden a uno de los compradores en la tienda de la 5ª Avenida de Nueva York. - EFE

O ésta:
Pie de foto: Los empleados de una tienda dan la bienvenida a los compradores. - REUTERS

En mi entrada anterior me cuestionaba la curiosa trayectoria del iPad, de un hype que se desinfla en enero al ser presentado a un nuevo momento de enorme excitación ante la llegada al mercado del iPod de Bilbao. Hablé de bienpagados, de plumíferos mercenarios sin problemas para decir que lo blanco es negro a cambio de estipendio, y de usuarios mesmerizados. Lo mismo el dispositivo, con todas sus carencias, realmente es la respuesta objetiva a algunas necesidades, pero sacrifica mucho a cambio de algo que no acabo de ver.

Obsérvese la estupenda instantánea, que resume mucho mejor que yo todo lo dicho. El consumidor exultante con su trofeo y los empleados de Apple haciendo la ola y jaleándolo. O los curris de azul, ovacionándonos al entrar.

Esteeeeee... ¿os parece normal? ¿Os imagináis que os pasara eso al entrar en cualquier tienda para comprar un producto el primer día que sale a la venta? ¿Cómo os sentiríais?

Para gustos colores, pero mi nivel de alerta ante timo o tomadura de pelo se me iría a DEFCON 1. No sé vosotros, pero yo entiendo que una ovación es el resultado de haber hecho algo mínimamente memorable, no de comprar un producto. Vamos, saldría de najas con toda probabilidad, porque sobre todo la segunda foto me ha traido recuerdos de la invasión de los ultracuerpos, o algo igual de alienígena.

P.S.: ésta es la entrada de Doctorow a la que hacía referencia en mis comentarios del post anterior.
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