martes, agosto 23, 2011

¿Un Kindle con lápiz? Quo Vadis, Xataka?

gracias a Sergio Aguilar he dado con un inopinado post de Xataka: Kindle Scribe, ¿qué prepara Amazon?

El autor se lanza a la piscina para interpretar un posible nombre del próximo Kindle: Kindle Scribe. Después de todo, el sobo y el multisobo parece que son esenciales para la computación estos días, así que parte de la asunción de que el próximo Kindle será táctil. Esto, pese a que no hay precedentes de éxito... debido a que la respuesta de la tinta-e es tan lenta que, por mucho que lo sobes, va a tardar indecentes décimas de segundos en reaccionar.

Pero ahí no queda la cosa. El análisis de la tactilidad vs. el teclado físico actual del Kindle no tiene desperdicio:
Personalmente no le doy apenas uso, y me gustaría que esa zona del Kindle actual pudiera estar ocupada por más pantalla, obteniendo un dispositivo más pequeño con la misma pantalla o mejor, más pantalla con el mismo tamaño compacto del Kindle actual, una idea que encajaría muy bien en educación, donde el modelo de Amazon ofrece más pantalla pero con un tamaño desproporcionado.
Me resisto a creer que el poco uso que le da al teclado del Kindle es su naturaleza física. Más que nada, porque no menciona que, hoy en día, los Kindle son los únicos ereaders que tienen realmente bien implementada la función de anotado, gracias tanto al teclado como al formato .mobi. Lo siento, creo que si lo usa poco es porque tiene que anotar poco. Y si eso no es nada malo (claro que no), lo cierto es que no le deja en buena posición para evaluar la funcionalidad de anotado como los que usamos los textos como herramientas de trabajo. Pero lo mejor está aún por llegar

Me puedo equivocar y que Javier Penalva me haga un Owned legendario este otoño. Pero me mojo sin problemas: es absurdo. Por una parte, ya hay en el mercado un modelo de ereader, el Asus EEE Note EA800, que se ha lanzado sin pena ni gloria y no ha llegado con claridad ni a su nicho objetivo, los estudiantes.

Pero es un ereader muy particular, basado en LCD y orientado más a la toma de notas que a la lectura. Pero claro, hay un precedente más directo... el Irex Iliad, el primer ereader con tinta-e que salió al mercado en 2006 y con el que relancé tinta-e allá por 2007.

Y mira que tenía un montón de aspectos destacables... pero el lápiz no funcionó. No funcionó para subrayar ni para anotar, por la sencilla razón de que ambos eran bitmap, una metacapa de dibujo encima de los textos, y no eran reutilizables. Aún con todas las mejoras, la lentitud del refresco de la tinta-e actual impide que el lápiz, o aún la interfaz táctil, sean usables con precisión y comodidad para marcar un texto para subrayar. Aunque sea antiintuitivo, el cursor físico del kindle se ha revelado como especialmente cómodo, porque minimiza la incomodidad del retraso del refresco en la pantalla cuando se subraya.

El lápiz es justificable en tablet PC y en tabletos, por su velocidad (sobre todo en los primeros). Usar un lápiz es intuitivo para todos los que nos educamos con él, nos ayuda a pensar y a expresarnos. Pero hoy, con la tecnología que hay en el mercado, no funciona decentemente en una pantalla de tinta-e.

Pero hay otras acepciones posibles de scribe. Recordemos que Scribus es una aplicación libre para autoedición de textos.

Puestos, aunque no lo creo muy probable, prefiero pensar que alguien en Amazon (o en su empresa-laboratorio, parte de la cual trabaja en Israel) se ha percatado de la maravilla que sería conectar un Kindle a un teclado físico de tamaño real por USB y ofrecernos la máquina de escribir digital.

Puestos a especular, y a soñar...
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