lunes, agosto 29, 2011

El País cae en la broma del Post PC

Tengo buena imagen de Rosa Jiménez Cano como profesional. Sobre todo, porque sigue en nómina de El País, periódico que en los últimos años nos ha regalado toda una galería de los horrores al hablar de ordenadores, Internet y ebooks. Hay veces que sospecho que les hacen una prueba inversa a los redactores en tecnología - algo así como un examen de conocimientos del que se selecciona sólo a los que más fallan. Y no hablo de la piratería y cómo la menciona El País por no liarla más.

Hay que añadir que, en general, las afirmaciones indocumentadas y los errores gruesos son el pan nuestro de cada día en las cabeceras españolas, pero El País llega a veces -cual batiscafo- a simas de la irrealidad más profundas que las anteriormente alcanzadas.

Pues bien, en ese medio Rosa Jiménez Cano destaca por describir con solvencia sobre tecnología. De ahí mi sorpresa cuando ha publicado un artículo bastante tremendo: las tabletas amenazan al PC. Francamente, lo atribuyo cuando menos en parte a la imparable decadencia del análisis tecnológico.

Del Post PC acabo de hablar hace una semana, por lo que no me voy a repetir. Bastará, espero, con mencionar que lo creo un modelo de negocio de una empresa que algunos confunden con la realidad inevitable, que diría Darth Vader. Pero vamos al artículo:

Lo primero que me llama la atención es que califica al iPad como revolución editorial. No sólo porque los planes de los grandes grupos (básicamente, que los lectores volvamos a comprar periódicos y revistas como antes) hayan fracasado estrepitosamente. Esa revolución multimédica y animatrónica de las publicaciones ha fracasado como todos sus precedentes multimediales, no sólo porque los aaaaah, ooooh de ver a Alicia a través del espejo animada no tienen como consecuencia las ventas récord, sino porque no responden a la demanda del público: el público no quiere animaciones coloradas, sino información de alta calidad a un precio que pueda competir con la información gratuita. En otras palabras, información cuya calidad sea tan superior a la que pueden obtener de forma gratuita que les compense pagarla... a bajo precio. Porque, lo miremos como lo miremos, con lo gratis es difícil competir, sobre todo cuando se ha adquirido la costumbre de no pagar por la información.

Pero no sólo, digo. Apple está siendo demandada estos días por el acuerdo con las editoriales para fijar los precios. El modelo de agencia en Estados Unidos no se da por supuesto, y que los vendedores no puedan hacer descuentos en el precio de los títulos es algo bastante anti-americano.

En cualquier caso, lo sorprendente es que todavía se sigue insistiendo en que los usuarios vamos a abandonar nuestra terquedad y acabaremos pagando por contenidos para los tablets, salvando las cifras de ventas:
¿Qué puede hacer que, en tiempos de crisis, los usuarios estén dispuestos a esperar varios días por tener entre sus manos un aparato que cuesta entre 479 y 799 euros? Yago Castillo, director general de Antevenio, una empresa de publicidad online, celebra su llegada al mundo: "Las tabletas han logrado incrementar el tiempo que el usuario pasa frente a la pantalla por su ubicuidad y la grata experiencia. Son una oportunidad para ofrecer contenido de valor añadido al consumidor, por el que está dispuesto a pagar, frente al contenido web, gratuito en su mayoría". GigaOm, medidora de audiencias, indica que se usan para leer noticias, jugar y escuchar música.
Vaya, digo yo que año y medio es un plazo razonable para asumir que esta receta no va a funcionar.

En cualquier caso, lo que más me ha llamado la atención es que cita la broma de Jobs sobre los coches y los camiones en serio, incluso con un suave deje de inevitabilidad
Meses después de convertir el cuaderno digital en el objeto más deseado, Jobs desvelaba sus intenciones. En su opinión, los ordenadores serán artilugios del pasado. Piensa que al igual que las ciudades se fueron llenando de coches en detrimiento de los vehículos de carga, más propio del mundo agrario, las tabletas triunfarán. "Los ordenadores seguirán teniendo mucho valor, pero solo para ciertos trabajos", insistía. No bromeaba. La consultora Nielsen indica que ya son el regalo favorito de los niños estadounidenses.
Ya expliqué mi opinión sobre esta bonita metáfora en Post PC, modelos de negocio y software libre. Lo que me ha sorprendido más es que mencionen a renglón seguido a GigaOm COMO MEDIDORA DE AUDIENCIAS.
Penitenziagite!!!

Dejando aparte que GigaOM es una red de blogs tecnológicos, lo cierto es que les cita afirmando que los usuarios usan los tablets para jugar, escuchar música y leer noticias. Dejando aparte a los que pueden hacer eso todo el día en su puesto de trabajo (que haberlos, haylos), lo cierto es que sigo sin saber como vamos a dejar el PC. A menos... a menos que llegue la Jerusalén Celestial y el Massiaj, el león descanse junto al cordero y podamos dedicarnos todos a leer noticias, escuchar música y jugar a juegos. Y, claro, supongo que los ángeles escribirán las noticias, compondrán e interpretarán la música (con lo que el death metal estará excluido, supongo) y programarán los juegos, porque menudo cachondeo si aún en la Jerusalén Celestial los desarrolladores tienen que echarle 60 horas al día picando código. Y no creo que la autora esté por la labor de seguir escribiendo noticias cuando el resto hemos trascendido.

Y claro, tampoco tiene mucho sentido si se supone que tenemos que pagar por contenidos y software en la tableta en la Jerusalén Celestial. Si el león no se zampa al cordero, parece obvio que todo va a ser gratis e ilimitado. Caramba, como la información a la que todavía podemos acceder en Internet.

¿En qué quedamos?

¿El tablet es la señal del Massiaj?

¿O vivimos en la Jerusalén Celestial, al menos en lo que a la información se refiere?

A lo mejor el fallo es que el continente - ya sea PC, ya sea postPC - está ofuscando a muchos y les impide apreciar la verdadera maravilla: que el contenido, la información que millones generamos en Internet, es gratuita y de acceso universal (excepción hecha de los problemas por solucionar de accesibilidad). Estoy convencido de que lo gratis no se valora, y que por lo tanto es inevitable que se valore más el cacharrito que vale 500 euros que la fuente ilimitada de información sobre temas que nos interesan.

Pero vaya, volvamos al artículo:
La consultora In-Stat considera que en 2017 habrá 250 millones de tabletas. El 90% del pastel se lo repartirán Apple y Google. El tercer jugador será Microsoft, que tendrá el reto de ir más allá del 10% restante, demasiado poco para un titán. La muerte del ordenador, en todo caso, será lenta. En 2012 se venderán todavía 120 millones de unidades, mientras que las tabletas se repartirán entre 55 millones de iPad y 45 aparatos con Android.
Me resulta sorprendente que nadie esté mencionando estos días lo que implica una curva de adopción

El PC lleva casi 30 años con nosotros. En los países desarrollados ha completado su curva de adopción, y además el desarrollo de los SSOO y software no demanda la renovación de equipos cada par de años, sino que se puede trabajar perfectamente con equipos de hace 4, 5, 6 e incluso más años. Es normal que las ventas de PC se haya estancado, y también es normal que las ventas de tabletos aumenten tan rápido: estamos al principio de su curva de adopción. Los 30 millones de iPads vendidos parecen algo asombroso, hasta que los comparamos con las ventas totales de PC.

Pero vaya, la muerte del ordenador, en todo caso, será lenta. Asombroso. La Jerusalén Celestial vendrá, pero tardará tiempo. Antes que después, se terminará por cumplir la profecía de Jobael el profeta pomárico y sólo los camioneros - en román paladino, los pringaos que sigan currando más allá del Día de la Redención - seguirán encadenados a los aburridos PC.

Y visto que la Jerusalén Celestial tiene problemas con los tabletos, como hemos visto, ¿no será que los camioneros no serán pringaos, sino los afortunados que conserven su trabajo?. Quizás la era PostPC sea menos halagueña

Si no lo conocíais, no os perdáis el cómic sobre productos Apple de Matthew Inman en TheOatMeal, de donde he sacado la viñeta. Grandioso, como todo lo que publica :)
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