domingo, octubre 31, 2010

Quejas editoriales porque los usuarios se saltan las protecciones regionales

Leo en The Book Seller que las protecciones regionales en Amazon se saltan con facilidad.
Publishers have called territoriality on Amazon "on the verge of non-existent" following an exclusive Bookseller investigation into territory rights and e-book downloads.

The Bookseller was able to crack Amazon's territorial controls, buying 10 US Kindle editions, all of which have different UK publishers, with different rights deals in place. The purchases were made by inputting a valid US address, but with a credit card linked to a UK address.

[...]

A digital director of a UK/US publisher claimed to have broken territoriality for the same title 25 times. The digital director added: "Amazon aren't inclined to do anything about this. It's not really in their interest to aggressively go after their customers. Amazon makes money, after all, no matter where they are downloading from. I think they largely work on a 'don't ask, don't tell' basis," they concluded.

A spokesman for Amazon UK responded: "Each customer has a content catalogue associated with their region or country, and we display the appropriate catalogue for each country."
Yo diría que Amazon cumple con su obligación al poner en marcha un sistema que mantiene la protección regional. Si los usuarios se la saltan, es la responsabilidad de los usuarios. Hablo de la letra de la ley. El espíritu sería distinto, claro: exigiría a Amazon que, una vez conocida la incidencia, le pusiera remedio. Pero eso afectaría negativamente a sus ventas.

Por una parte, las protecciones regionales para el inglés son un residuo injustificable de la época previa. Internet no conoce las fronteras, y estoy convencido de que los usuarios lo perciben así y no acaban de estar a gusto con que se mantenga la protección regional en los ebooks.

En el caso del español, las cosas cambian por completo: si se quieren vender ebooks en hispanoamérica, los precios tendrán que bajar tremendamente para adecuarse a la renta per cápita de las naciones del hemisferio occidental que hablan y leen en español. Si/cuando esto se produzca, los españoles europeos podríamos pagar precios hispanoamericanos en vez de nuestros, si se mantiene el truquillo de situar la residencia de tu usuario en el país conveniente.

El problema de las protecciones regionales es fascinante: pone sobre la mesa, blanco sobre negro, la enorme contradicción del ebook como vehículo de transmisión y construcción cultural. Las diferencias de precios y catálogos por regiones nos muestran la artificialidad de la situación del ebook y su disonancia actual respecto al beneficio que podrían aportar a las sociedades

14 comentarios:

  1. Lo de las restricciones geográficas es personalmente lo que más me irrita de todos los problemas de las editoriales. Es como si te pasaran un caramelo por la cara y te dijeran "¿te gusta? pues no lo puedes tener". No quieren nuestro dinero.
    Afortunadamente, con mayor o menor complejidad según la tienda, hay formas de saltarse estas protecciones.

    Si los ebooks españoles salen más baratos en Latinoamérica, lo justo sería que los españolitos nos fuéramos allí (virtualmente) a comprarlos. Si las empresas españolas prefieren deslocalizar sus empleos a Latinoamérica ("le llamo de vodafone, tenemos la mejor oferta del mercado"), no sé por qué los usuarios españoles no vamos a poder deslocalizar nuestras compras. Aquí, o mojamos todos, o tiramos la señora de vida alegre al río.

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  2. Pues yo creo que la política de cobrar distinto por lo mismo dependiendo de quién seas o de donde seas no se sostiene de ninguna manera... Estamos en un mundo globalizado y cada vez más obtendremos productos globales a precios globales..

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  3. Es todo un tema: ¿Todavía seguís pensando que la globalización es para beneficiar a todo el Mundo? Para funcionar, el concepto ha de ser antisimétrico y beneficiar al menor número de personas posible, ya sean físicas y, sobre todo, jurídicas.

    El ebook que pase por el DRM actual, o se vende en España y se piratea de forma generalizada en hispanoamérica, o se vende en hispanoamérica a precios aceptables para allá y los compradores españoles se buscan la vida para comprarlos allá.

    No se me ocurren más escenarios

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  4. Otra razón más para no comprar libros-e... y buscarlos pirata.

    Lo siento, pero me toca mucho los cojones el estúpido tema, sólo porque algunas empresas quieran abusar de su posición de dominio.

    ¡¡¡¡LA CULTURA ES LIBRE Y DEBE CIRCULAR!!! Si alguna empresa se beneficia de ello, mejor para ella, pero quien realmente debe beneficiarse de ello es el autor, y a este, salvo excepciones, seguro que se la trae floja todo ese mangoneo que se llevan las editoriales...

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  5. Creo que es un asunto puramente generacional, que se ira resolviendo por el mero relevo de unos actores por otros.

    Los nuevos editores seran algo parecido a lo que es hoy un agente literario, como es el caso de la famosa Carmen Balcells y los nuevos autores ya no sentiran que tienen un libro de verdad solo si está impreso y encuadernado.

    Amazon ya se postula como una "editorial"

    http://www.error500.net/articulo/kindle-singles-cerca-amazon-ser-una-editorial

    Asi pues, a medida que prolifere la lectura en pantallas, los autores publicaran directamente en Amazon, o su equivalente, puesto que acudir a un editor tradicional tendra progresivamente menos sentido.

    Lo puñetero es que ya no se compraran lecturas, sino que estas se proveeran y "consumiran" al modo propio de los videojuegos, el video y musicas a la carta via streaming y el papel de los escritores se parecerá al de los periodistas, con la sola diferencia de que escribirian aticulos peculiarmente largos.

    No me gusta la idea de los contenidos residenciados en la nube, exclusivamente en la nube, ya que es facil imaginar lo sencillo que resultaria escamotear y manipular contenidos, pero puede que los majisimos nuevos aparatitos, por el estilo del iPad, desplacen al ordenador de proposito general e incorporen en sus tripas un chip gestor DRM, esto es que solo pemitiria gestionar contenidos firmados, entre ellos los nuestros, pues todo requeriria ostentar firma de su procedencia.

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  6. Hola, Juan:
    Escribo desde Hispanoamérica y puedo decirte que eso de que los libros sean más baratos por aquí para adaptarse a la renta per capita de la región es una fantasía de los lectores españoles.
    Como bien sabes, la industria editorial casi no existe por estos pagos. Los 90 contribuyeron a un final glamoroso de lo que las dictaduras de los 70 y 80 ya habían desmantelado. Así, aunque tengamos cámaras del libro locales y regionales, ferias con mucho nombre y voluntarismo, lo que leemos, aunque se imprima aquí, se edita en España. Y lo pagamos a los mismos precios que vosotros. Los 20 euritos de cualquiera de las novelas de Stieg Larsson, son 20 euritos aquí y allá. Lo mismo pasa con cualquier otro libro cuya casa matriz esté en Madrid o Barcelona, aunque los costes de imprimir allende el charco sean mucho menores.
    Ergo, pienso que cuando llegue el momento de los ebooks en español (que tardará muchísimo en presentarse), la política de precios será similar.

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  7. No tiene sentido. En nuestra legislación está la figura del agravio comparativo: dado el principio de igualdad ante la ley, no me puedes obligar a cumplir con una norma si se demuestra que otros no la cumplen sistemáticamente. E.g., compras por ebay internacional.

    Creo que la figura del agravio comparativo está generalizada en muchas legislaciones. O los organismos tributarios ponen los medios para tasar todas las transacciones internacionales por Internet, o no pueden aplicarlo arbitrariamente.

    Lo mismo me equivoco, pero diría que es así.

    Por otra parte, lo de los autores no lo entiendo, Julieta: cada barrera que se elimina para una venta es un aumento de ventas y de ganancias para el autor.

    No sé, lo mismo es que me he levantado optimista :)

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  8. Lo peor de esto es el incentivo a la copia no autorizada: si la diferencia de precios regional es injustificada y clamorosa o, peor, si por región un usuario no puede comprar un ebook y quiere leerlo, adivinad, qué va a hacer.

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  9. es salirse un poco del tema del post, pero no te falta la razón. Está en línea con mi preocupación principal: el equilibrio del beneficio a productores y consumidores de ebooks. Si los libros en la nube o DRMizados no aseguran un disfrute indefinido por parte del comprador, no puede haber tal equilibrio.

    El día de mañana yo voy a heredar los libros de mis padres. Si mis hijos no heredan mis ebooks, o la autorización de acceso a los mismos, es una aberración.

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  10. ¿Cuánto es el sueldo mínimo en Argentina? En Ecuador creo que son 150$, y en Brasil es menos aún, aunque se suele cobrar más de un sueldo mínimo (creo, hablo de hace 6 años).

    En esas condiciones, un ordenador que no valoramos en España (400 euros) es un señor dinero para muchísimas familias hispanoamericanas. De la misma manera, si un ebook cuesta 18 euros en España y en Ecuador, lo que para nosotros es molesto resulta para la mayoría de ecuatorianos insufrible.

    En la postguerra española, casi nadie se podía permitir tener libros. Para un país en la pobreza más absoluta, los límites físicos del libro en papel eran los que eran.

    Pero es aberrante que eso ocurra con ebooks y en el siglo XXI. De acuerdo, si alguien quiere una novedad rabiosa de consumo, que lo pague. Pero tendría que haber fondo de catálogo a precio reducido, herramientas de estudio accesibles para los estudiantes y libros que se hayan vendido sobradamente a precios "populares" también para hispanoamérica.

    Si se mantiene esta política de precios, la copia no autorizada me parece una respuesta cívica. La cultura debe fluir y llegar a la población, de un modo u otro.

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  11. Esto es algo pasajero... en parte. Y en parte, es una grave amenaza para el acervo cultural de la humanidad.

    Cuando los ebooks sean más importantes que los pbooks, es probable que los derechos de distribución se dividan más por idioma que por países. Lo que pasa es que los autores consiguen mejores condiciones económicas si dividen sus derechos por zonas. Por ejemplo, y en el caso del inglés, les sale más a cuenta darle los derechos de distribución americana a una editorial americana y los derechos de distribución británica a una editorial británica. Esto lo detalló Charles Stross en su muy recomendable serie CMAP: http://goo.gl/jSJH

    Si los derechos no pasan a ser exclusivamente por idioma, todavía pueden darse derechos lingüísticos por territorios. En el caso del inglés, los europeos quedaríamos bajo el amparo de la editorial británica, los sudamericanos de la editorial estadounidense y así sucesivamente. Esto creo que más o menos ya se está haciendo.

    Pero aquí veo un gran problema que sólo un acuerdo (bueno, más bien un "impuesto") tipo Google Books puede resolver. El "backlist" o libros que quedan bajo el amparo de contratos anteriores a la era ebook. Si no se actualizan estos contratos con derechos para la era ebook, resulta que NADIE tiene derecho a publicar un ebook, ni siquiera la editorial que publica el pbook. Hace algunos meses una editorial intentó unilateralmente (sin pedir permiso a sus autores) publicar ebooks y le cayó encima una horda de abogados, con lo que tuvo que recular y llegar a acuerdos puntuales. O igual sí que tienen derecho a publicar ebooks, pero sólo en según qué territorios. Pueden quedar zonas "de sombra" donde nadie puede distribuir un ebook.

    Todo esto es muy grave. Con la caducidad de los pbooks (que en algún momento ocurrirá) pueden quedar cientos de miles (¿millones?) de libros que no pueden publicarse como ebooks porque nadie tiene los derechos. Tocaría esperar a que estas obras pasen al dominio público para que puedan reeditarse como ebooks. Y para entonces, ¿cuántas se habrán perdido para siempre?

    Por esto es tan importante la labor de escaneo de Google Books y la posterior distribución vía Google Editions. Hace accesibles muchos ebooks que de otra forma se perderían para siempre.

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  12. Jordi, tu post es un buen ejemplo de la neutralidad tecnológica del ebook. El ebook podría superar límites logísticos del pbook: no hay límite de tirada, no hay gastos ni límites de almacenaje, no hay ebooks descatalogados, no hay limitaciones de acceso naturales y objetivas para los ebooks.

    El ebook podría revolucionar al libro como vector de transmisión cultural, y todos los inconvenientes quedarían eclipsados por esa explosión.

    Pero de momento es un problemón, claro. Google ha llegado a un acuerdo con las asociaciones de editores norteamericanas para los libros huérfanos: esos títulos que están en el interregno entre el dominio público y el título con autor y/o agente que cuida de él. El coste de dar con la persona que hay detrás del copyright es superior en muchos casos a lo que se podría obtener como beneficio.

    Pero, por otra parte, los beneficios de parcelización de los títulos por regiones palidecen comparado con lo que el autor puede sacar de la revolución logística del ebook: si el autor puede superar con holgura el 10% que obtiene de beneficios con el pbook, por narices tiene que multiplicar el rendimiento.

    Empiezo a pensar que Google Editions corre el peligro de convertirse en monopolio del libro en la Nube. Creo que la Unión Europea debería buscar una solución para ofrecer una alternativa, no necesariamente competitiva: p.e., llegando a un acuerdo económico para redistribuir los libros escaneados por Google.

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  13. Como fan de Terry Pratchett, no paro de escuchar quejas de fans latinoamericanos que no pueden acceder a su obra porque las importaciones son muy difíciles. Parece que el poco material que llega a las librerías vuela de las estanterías bastante rápido. Los gastos de envío (e importación, si los hay) seguro que ayudan a subir los precios.

    Creo que un ebook editado en España y disponible en Latinoamérica a golpe de ratón por el mismo precio que pagamos en España sería una mejora comparado con la situación que sufren allí ahora mismo. Tendría que ser más barato, pero ya sería algo.

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  14. El salario mínimo es de unos 400 dólares y el salario medio ronda los 1000 dólares en la Argentina, que es el país de Hispanoamérica con menos desigualdad social. Sin embargo, no hay que olvidar que este subcontinente es donde se dan las mayores inequidades del planeta en cuanto a redistribución de la renta. Naciones Unidas dixit. La digitalización, per se, no lo cambiará.

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