domingo, octubre 03, 2010

Don't fear the Ripper

Originalmente iba a titular el post non habete paura, gracias a mi empanada mental habitual. Yo pensaba que era algo que había dicho Juan XXIII, que no por papa dejaba de ser un buen tipo. Pero no, resulta que lo dijo Wojtyła, y yo del santo subito, lejos, que aún recuerdo su imagen reprendiendo a Ernesto Cardenal o en el balcón saludando junto a Pinochet. Si meterme con el iPad me produjo un descenso de lecturas, posiblemente ocurra otro tanto, tanto por meterme con Wojtyła como por comparar eso con meterme con el iPad. Y no comparo a Wojtyła con el iPad por no liarla más, que estas cosas se sabe como empiezan pero no como acaban y lo mismo genero un verdadero monstruo multitouch.



Como no podía entitular "non habete paura", me vino a lo que me queda de cabeza la referencia a The Blue Öyster Cult, Don't fear the ripper. Y no por la banda, que molan pero tampoco es de mis preferidas de su época y estilo (prefiero a Boston y Jefferson Airplane, p.e.), sino porque es la canción del final de Agárrame ese fantasma, tanto porque la peli me hizo gracia como por reivindicar a Michael J. Fox, cuyo paso de estrella eternamente joven al olvido por el Parkinson me parece un símbolo de nuestra época. Y no, en eso no estoy de coña.

A lo que iba. Si podéis soportar la cara de panoli de Eric Bloom le dais una oportunidad al tema, probablemente os mole (si no soportáis a Eric, aquí teneis el audio en Spotify: Blue Oyster Cult – (Don't Fear) The Reaper). La letra no es para tirar cohetes, pero el título es tremendamente apropiado para este post, y de ahí toda la chapa preliminar.

Este post es la digestión a la charla que di a una reunión de editores y libreros en Barcelona este sábado pasado, ellos en el Ateneu la Torna y yo en mi casita, por skype y luego por teléfono móvil. Mi mensaje básico es éste: editores y libreros, no tengáis miedo al segador, básicamente porque el ebook no tiene por qué ser el segador.

La cosa salió de una propuesta de Blas Garzón de Traficante de sueños, que por twitter me hizo la propuesta de intervenir en la reunión con una charla sobre el libro electrónico y la lectura digital. Nunca había dado una conferencia de verdad por Skype, y por dificultades técnicas no tuvimos video de respuesta, con lo que me sentí un poco como la voz de los super-tacañones, pero el tema me resulta tan familiar y motivador a la vez que la dificultad no fue tal. Aquí tenéis el esquema de la charla:


Tras un repaso técnico a la historia reciente de los ebooks y a la guerra de formatos, pasé a lo que le mola más a un antropólogo: las personas. Pensaba provocar y hacer soltar alguna chispa hablando de las comunidades P2P dedicadas a los ebooks, pero resulta que quedé hasta como moderado al respecto comparado con alguno de los reunidos. De todas maneras, no hubo problema alguno para dinamizar a los allí reunidos, porque tras 20 minutos de conferencia, el turno de preguntas duró más de hora y media, y porque había que cortar, que mis leones tenían hambre y yo estaba ocupando nuestro salón.

Completé la charla con un repaso a algunos elementos de interés de la actualidad y el futuro cercano del ebook. La idea central es que considero que entramos en el inicio de la mayoría temprana, que el ebook es un tren cogiendo velocidad en la vía, recto a la cúspide de la mayoría temprana, y que exige a todas las partes adaptación. Me permito utopía de pedir que el ebook no sea protagonista de una distopía, sino que beneficie a todos.


La reunión fue de editores y libreros, y en un primer vistazo sólo se podría pensar que los ebooks son un torpedo contra la línea de flotación del librero. Recordad que allá por abril, en lo medios de desinformación de masas, hubo quien con cara de cemento afirmó que Libranda venía para proteger al librero, y que los ebooks se tendrían que comprar en librerías adquiriendo un código. En fin, semejante despropósito no duró mucho, tanto por la esencia concentrada de imbecilidad que suponía como porque esa "protección al librero" realmente apuntaba a proteger a ciertas grandes superficies que se llevaron por delante a buena parte de los libreros y pequeñas librerías.

Como ya he dicho en otras ocasiones, yo me he criado en un barrio de libreros y he sido testigo del cierre de muchas de las librerías de mi niñez, que no podían competir con el combo ECI/FNAC+Casa del Libro. Lo mismo soy rústico y anticuado por considerar que el librero es un profesional apasionado por el libro, que sabe de lo que está vendiendo un establecimiento no muy grande, donde no caben ni masas de clientes ni tampoco prisas. Al menos hay que agradecer que las inserciones en medios de Libranda hayan dejado de lado la pamplina indecente e hipócrita de proteger al librero. Que ya está bien de oxígeno activo, oiga.

Pues bien, creo que la librería puede reivindicarse y adaptarse al ebook. Los libreros que han sobrevivido a la gran superficie aplastante pueden apoyarse en su factor de supervivencia: la especialización y la profesionalidad, saber responder al cliente como no lo hace un chaval de veintipocos con chaleco verde y vaqueros y ayudarle a buscar a partir de datos incompletos. Precisamente, si no fuera porque Libranda está montada por lo que está montada y para lo que está montada, el ebook sería una amenaza mucho mayor para la gran superficie que para el pequeño establecimiento profesional y especializado.

A partir de ese punto que comento, creo que se puede escarmentar en cabeza ajena y salvar a las librerías enriqueciendo la experiencia del cliente. A las librerías de verdad, claro. No hablo de la esquinita con gradas en la FNAC donde habitan los gafapastas, sino al modelo de librería americana donde o se puede tomar café, o se organizan tertulias, talleres literarios, conferencias u otras actividades que deriven de disfrutar juntos del libro. Soy consciente de que no en todas las librerías se cuenta con espacio como para hacer esto en condiciones, pero ya que estoy corriendo el riesgo de decir paridas, me permito sugerir que, precisamente, espacio para reunión no falta en españa: cafés y bares. Si hay buena relación con el bar que, seguro, está a menos de 20 metros de la librería, se puede llegar a acuerdos que beneficien a ambos. Y ya que estamos, como tanto el que lee libros-p como el que lee libros-e como el que lee ambos, lo que le mueve es el libro sin sufijos, la librería podría acoger eventos para ambos tipos de libros y salir ganando.

Después vienen los pequeños editores. Don't fear the ripper. Si las cosas se hacen bien, el pequeño editor puede salir ganando con el ebook. Y me explico: el ebook no es sólo un nuevo canal de ventas, sino que le permite liberarse del distribuidor canibal, en feliz expresión de uno de los reunidos en la mesa redonda: de ese distribuidor que impone su ley en la piel de toro y en buena medida en hispanoamérica, que obliga a pasar por muy estrechos aros y que no duda en perjudicar a la obra minoritaria en los espacios visibles de venta con tal de maximizar las ventas de los bestsellers de turno.

La transición es dura, sobre todo porque hay inercias culturales muy rígidas asociadas al papel. Pero si el editor 2.0 tiene muchas vías de actuación analizadas en ediciona, yo me quedo al menos con uno de ellos: el trabajo fino, de complicidad y discusión con el autor, para terminar de apuntar la obra en la dirección adecuada. Esto que os digo es problemático en España, pero en USA no se cuestiona, y a la edición le siguen, sin solución de continuidad, la promoción adecuada de la obra. Si ese trabajo se hace bien, el editor será demandado por el autor, pero no por necesidad, sino por conveniencia.

Esto es bonito, diría yo. Mucho más prometedor que la amenaza del ebook como el segador de las editoriales. Pero diría que funcionaría si las editoriales pequeñas y medianas no firman acuerdos de exclusividad. Puede resultar tentador que te digan: "esto del ebook es una confusión tremenda y tiene muchos peligros. Si quieres, yo me encargo de todo y tu recibes los beneficios". Pero la exclusividad sólo se justifica si los beneficios son igual de drásticos, y no es el caso. No tiene sentido que el editor, aún el pequeño editor, no aproveche las facilidades que ofrece el entorno altamente competitivo de los ebooks y conecte por sí mismo con los canales principales, que aumenten las ventas sin añadir el sobrecoste de una injustificable etapa intermedia.

A partir de aquí, dos sugerencias más:
  • Si alguien es competencia de una editorial, es otra editorial, sobre todo una editorial más grande. No es por nada, pero estamos a tiempo de que un número de editoriales pequeñas unan fuerzas para generar canales de venta más ventajosos para ellos (para empezar, sin exclusividades). No es algo marciano en absoluto porque, señores, en Internet se lleva vendiendo todo tipo de productos 15 años y hay empresas a patadas que se ocuparían con gusto de gestionar un fondo de contenidos así en las condiciones que le pidieran.
  • Apoyaos en vuestros clientes, en los lectores. Buscad la complicidad de las comunidades preexistentes, compuestas por gente muy motivada y activa, y alimentad comunidades nuevas cuando sea preciso. En la era de la economía de la atención, el boca a boca no tiene sustituto. Y si dialogas con tu cliente, si tu disposición es de toda la apertura y transparencia que te puedas permitir de forma solvente, te vas a distanciar de los que están comunicando con el culo.
Lo dicho: no temáis al segador, porque el ebook amenaza a otros. Adivinad a quien :).

Estaba redactando este post después de un finde tranquilito y nada bloguero cuando recibo la respuesta de Jaume Balmes a una entrevista que le propuse a partir de los comentarios que ambos hicimos a un post de Kindleman. Cuál no será mi sorpresa cuando en la respuesta me comenta que había estado en la reunión, que la ronda de preguntas se llevó a cabo con su teléfono puesto en manos libres. Como me dijo
Y otra cosa (y el mundo es un pañuelo), que fui invitado a una primera reunión entre editores pequeños, minúsculos y nanométricos de toda España, que estaban en Barcelona por el Liber, para afrontar “esto del libro electrónico”. Digo lo del mundo y el pañuelo porque te escuché a través de skype dar una buena charla a todos y todas los que estábamos allí, y el teléfono que te llamó (el segundo y definitivo) para que nos oyeras era el mío. No me pude quedar por la tarde, donde se supone que se empezaban a tomar decisiones, y aún no sé el resultado, pero tengo que decir que tu intervención hizo que la gente pensara mucho (se saturaron un poco, normal, por otro lado, si no se han interesado por el tema hasta ahora) y pude ampliar ciertos aspectos que habías introducido tú mismo y explicar de nuevo algunos que no habian acabado de entender, o sea que el tándem funcionó muy bien. Y te doy las gracias por haber querido colaborar, porque la verdad es que me interesa (llámale militancia literaria) mucho más ayudar a que los pequeños editores del país puedan subirse al carro y aprovechar la oportunidad de hacerlo bien y que gane en calidad este mundo del libro-e, que eternamente seguir viviendo exclusivamente de los redactores de los macro-editoriales que están hasta los @@ de que las empresas de “conversión” hagan libros-e como churros (y les salgan como un churro), y valoren mi trabajo por su calidad (y no por su precio).
Conste que he filtrado un elogio a mi papel porque, aunque soy candidato al suicidio argentino (tirándome desde mi ego), no he sido capaz de reproducir el elogio por un poco de verwenza. Esto es tinta-e, no un blog estrella de un bloguero gurú.

En los próximos días tenéis las respuestas de Jaume a mi entrevista.

P.S.: por cierto, editores y libreros reunidos: dejo los comentarios a vuestra disposición para que maticéis o enriquezcáis lo que consideréis oportuno de lo dicho.

6 comentarios:

  1. Resulta que las grandes superficies iban a ser (y en muchos casos efectivamente lo fueron) los verdugos de la pequeña librería vocacional y especializada y al final resulta que los que van a ser borrados del mapa son los "hipermercados del libro" dando una nueva oportunidad a un montón de librerias pequeñas que venderán, ahora ya sin sonrojos, su "expertise" cómo valor añadido y que pueden tener en el ebook un buen aliado. Las actividades culturales y lúdicas alrededor de los libros pueden ser un buen recurso para este tipo de establecimientos y una muy buena noticia para los lectores. El otro día asistí a una sesión de "maridaje vino-tebeos" en 85 cómics, en Barcelona y sólo había que ver las cara de satisfacción de la gente para comprender que esta vía es la adecuada para potenciar este tipo de negocios y la lectura en general.

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  2. El libro electrónico es imparable. Casi todos mis amigos ya tienen un lector.

    Y, además, menos parable con Internet por medio y gracias a bitácoras como ésta.

    El libro electrónico salva millones de árboles -y más que salvará- y evita la contaminación de la tinta.

    Gracias por explicar.

    Saludos.

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  3. @El dibujante: Quiza es un poco pronto para afirmar eso, pero desde luego, la oportunidad la pintan calva. Si el librero experto, que no todos lo son, tiene un poco de criterio y algo de voluntad puede potenciar su negocio desde la simple supervivencia hasta limites imposibles.
    Pero claro, en mi opinion, hay una serie de procondiciones, el e-book no es algo magico que va a resolver todos los problemas. Se necesita una combinacion de factores que inevitablemente se llevaran algunas (muchas) librerias pequeñas por delante.

    @Chulilla: Me encanta el termino de militancia literaria

    Un saludo

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  4. Me alegro de compartir el optimismo paradójico acerca de las librerías.

    El término militancia literaria no es mío, ojo, es de Jaume Balmes

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  5. Pues sí que el mundo es un pañuelo... yo leí los comentarios de Jaume y tuyos en el post de Kindleman y me quedé pensando que sería fantástico poder hablar con el tal Jaume (y esperaba/espero tu entrevista). Y unos días después, se me ocurre ir al Liber y vía twitter contacto con @bcned, quedo con uno de ellos -majísimo- en la cafetería, nos pasamos de charleta un buen rato, el primer paso de lo que creo que será una colaboración fructífera e interesante... Y ahora llego aquí, vuelves a hablar de Jaume Balmes y me digo a mí misma: "ostras, espera, el chaval majísimo de @bcned se llama Jaume... ¿no será el mismo?" Y sí, efectivamente lo es... ;)

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  6. Soy ajena a este mundo de ebooks, pero no a la librería de toda la vida. Me alegra ver un poco de luz en la tarea de adaptar la experiencia y el buen hacer de muchos a la tecnología del soporte. !Que los hados les sean propicios!

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