En la
versión impresa de público de ayer me he encontrado una bonita carta (p.12) con respuesta:
Comprad, malditos
Leo en un periódico el siguiente titular: “El libro digital ganará al papel en 10 años”. Ante una estupidez tan sorprendente como publicitaria no puedo evitar pensar cuánto ganaríamos todos si estos tristes mercachifles de la electrónica dejaran de preocuparse tan desesperadamente por colocarnos sus inútiles cachivaches de diseño y se pusieran a leer esos libros que tratan tan virulentamente de sustituir con sus absurdas pantallitas de colores. Por favor, ¡déjennos en paz! MARIO DEL ROSA L CRESPO MADRID
Cuánta razón tiene. Con la industria del libro se gana dinero, pero debieron de pensar: ¿no ganaríamos el triple con libros electrónicos? De eso se trata. Es una necesidad que nadie había sentido jamás. Cualquiera que haya trabajado en una oficina sabe de sobra que, cuando alguien quiere leer algo, lo imprime en papel. Umberto Eco decía que los ordenadores eran una catástrofe ecológica, porque la gente no hacía más que imprimir como descosidos: toneladas de papel, bosques enteros sacrificados. A mí el libro me basta: es portátil, barato, no necesita pilas, se puede usar en hasta en la cama, hay bibliotecas, se subraya, se puede volver a leer dentro de veinte o de mil años… me parece la tecnología punta para almacenar y transmitir conocimiento. El que haya leído libros, jamás los cambiaría por un chirimbolo, salvo a la fuerza. Sin embargo, si se empeñan, pronto habrá gente que nunca haya leído libros y ya solo lea en pantallas. Y, como ha sucedido con los ordenadores, cada dos años cambiarán el sistema operativo, les añadirán algo, introducirán una supuesta mejora que será incompatible con lo anterior, etc. Nos obligarán a consumir más y a mayor ritmo. Con (pocas) dificultades todavía se puede leer un libro de la Edad Media: un archivo de texto de hace diez años jamás se puede ni abrir. Con libros electrónicos tendrán a todo el mundo comprando como botarates, cambiando de trasto cada tres años, como de coche, televisión, DVD, etc. Yo aún leo de vez en cuando las novelas de Salgari o de Los Cinco que fueron las primeras que leí. En cambio, todo lo que escribí en mi primer ordenador, un Commodore 64, sería irrecuperable por completo si no lo hubiera impreso en papel. Para satisfacer la avaricia capitalista hay que mantener un consumo en constante crecimiento. De ahí la obsolescencia programada en todo: se fabrican las cosas para que no duren, de forma que haya que seguir comprando. El diseño y la innovación tecnológica aumentan cada año los beneficios. Los libros en papel son demasiado baratos, demasiado duraderos, útiles y fáciles de compartir. Son un verdadero peligro. Por eso nos meterán el e-libro por las narices, ya lo verá. Como de costumbre.
Es tan espectacular que os pido paciencia por un post que va a ser más largo de lo habitual porque, como Warren Sánchez, voy a ir por partes. De hecho, me parece un buen spárring contra el que pegarme para clarificar el estado de la cuestión de los ebooks en españa. A ello:
- Estupidez sorprendente y publicitaria. Bueno, es estúpido para este lector de público que el libro abandone el único vector que tenía hasta ahora disponible. En otras palabras, porque identifica libro con el conjunto de páginas de papel encuadernadas, continente con contenido. Ni por un momento se ha parado a pensar que las obras cumbre de la historia fueron unas resmas de papel escritas a mano, y antes de ello un sueño. Es sorprendente porque lo es para casi todo el mundo, los lectores de ebooks siguen siendo grandes desconocidos. Y es publicitario... porque lo que aparece en un medio de comunicación es visible, y los ebooks es algo que ambos (lector y columnista) no quieren ver. Precisamente el artículo al que hacen referencia (y que yo también comenté) no anuncia con fanfarrias la llegada masiva del ebook
- se pusieran a leer esos libro Evidentemente se trata de una guerra o, cuanto menos, de una amenaza de ellos, "esos del libro electrónico" contra los que amamos el libro "de verdad". Claro, al enemigo se le opone a nosotros, y si yo defiendo al libro de papel y, por lo tanto, leo, esos del ebook seguro que no leen y ponen todos sus ebooks, lado a lado, llenando estanterías
- Con la industria del libro se gana dinero, pero debieron de pensar: ¿no ganaríamos el triple con libros electrónicos? Bonito punto de partida por parte del columnista. En otras palabras, ahora no se ganan cantidades obscenas con el libro. No por nada lo que en 2002 se vendía por 750pts, ahora se vende por 1500 y gracias, y el libro que nos parecía caro en esas fechas por 2000pts ahora se vende a 20 ó 30 euros. La pregunta que no hace es ¿Quién gana dinero con los libros?. Porque se puede hablar del autor, del editor... o del distribuidor, y del valor que cada uno aporta al proceso de comercialización del libro.
- Cualquiera que haya trabajado en una oficina sabe de sobra que, cuando alguien quiere leer algo, lo imprime en papel Cualquiera que no tenga ni la más remota idea de lo que está hablando, y le dé valor su ignorancia, dirá algo así. Claro, cualquier usuario que tome los ordenadores como males necesarios, o que le traiga al pairo el medioambiente, imprimirá sus email. Los que no nos sentimos incómodos con los ordenadores y/o nos preocupa el medio ambiente no lo hacemos. Y cuando se necesita imprimir de verdad, porque te vas a dejar la vista en la pantalla con un documento de 200 pp., entonces es cuando a algunos nos viene una idea a la cabeza: ¿Y no habría una alternativa para leer descansadamente y sin tirar tanto papel?
- A mí el libro me basta: es portátil, barato, no necesita pilas, se puede usar en hasta en la cama, hay bibliotecas, se subraya, se puede volver a leer dentro de veinte o de mil años… me parece la tecnología punta para almacenar y transmitir conocimiento. Yo conecto emocionalmente con el libro de papel. Hay objetos, libros de papel, esenciales para momentos de mi vida. Ni por lo más remoto voy a desprenderme de ellos. Pero terminan por llenar cada casa en la que estoy, y lo de portátil es cierto si sólo tienes que llevar uno encima y es de bolsillo. Si los libros son para tí herramientas y los necesitas como referencia, la portabilidad no es posible si se trata de p-books. Lo de leer dentro de mil años, o de 50 siquiera, se lo dices a los que compramos libros de bolsillo con un papel barato, y por lo tanto ácido, que se va a volver quebradizo en poco tiempo. Lo de subrayar y anotar es un problema que los diferentes fabricantes abordan de diferente manera, pero es un problema fundamental. Ahora, que el papel sea la tecnología punta...
- Para satisfacer la avaricia capitalista hay que mantener un consumo en constante crecimiento Y vuelta la burra a construir al Otro, al enemigo. El ebook es algo capitalista (aunque una e-editorial diminuta, o la propia e-autoedición, son mucho más sencillos que con p-book y, por lo tanto, menos corporativos). Como yo tengo que ir de anticapitalista por escribir en ese periódico, pongo a los e-books como el producto de las malvadas corporaciones. Claro. Las grandes editoriales tradicionales son hermanitas de la caridad. Y los fenómenos de márketing de los p-book (como el espectáculo bochornoso de la campaña de harry potter, con profecías autocumplidas incluidas) son menos reprobables por centrarse en el papel, o algo así. Ni por un momento se para a considerar que los excesos corporativos se dan con books, con insecticidas, con hamburguesas de soja o con el ordenador con el que escribió ese artículo.
- como ha sucedido con los ordenadores, cada dos años cambiarán el sistema operativo, les añadirán algo, introducirán una supuesta mejora que será incompatible con lo anterior, etc Más rondas de prejuicios - lo analógico (el pbook) es lo fetén, y el ebook va a tener garantizada la obsolescencia. Tanto da que haya esfuerzos encaminados a crear estándares abiertos de ebooks, o que Amazon, por ejemplo, independice el lector de ebooks de los libros que hayas adquirido. Lo que importa es transmitir la imagen de ebook como último monstruo de consumo capitalista. Para satisfacer la avaricia capitalista hay que mantener un consumo en constante crecimiento
- Los libros en papel son demasiado baratos, demasiado duraderos, útiles y fáciles de compartir s No creo que muchos padres de familia piensen que los p-books son demasiado baratos, por poner un sólo ejemplo ampliable a estudiantes universitarios, profesionales con necesidad de recurrir a referencias documentales, etc. La utilidad incluye, supongo, el transporte... pero también la referencia, y aquí es donde puede entrar el futuro del lector de e-books, cuando se decidan de una vez a implementar búsquedas de palabras o etiquetados decentes, por poner sólo dos ejemplos.
Sólo una cosa más: el columnista pertenece a un grupo mediático que incluye editoriales. Nada malo en eso. Las editoriales compran derechos de autor y los transforman en libros que acaban en librerías... o en almacenes. Dependiendo de distintos factores (uso del libro, calidad de impresión, etc.) con los años un número nada despreciable de libros acaba inútil por ilocalizado y olvidado en un estante, o directamente en la basura. Nada hay que discutir sobre ésto según el columnista, que a la vez hace un fetiche del p-book y lo eleva a icono de defensa contra el capitalismo.