jueves, agosto 26, 2010

Leyendo en el río, como hace dos años

Hace dos años os conté cómo pasé el verano con el ereader que usaba en 2008. Fue un magnífico compañero que me sirvió bien, y que ahora usa mi suegra, lectora compulsiva a la que el tamaño de fuentes de un ereader le ha devuelto uno de sus placeres más importantes

A muy pocos metros de donde saqué esa foto, la he repetido dos años después. Juguemos a las diferencias



  • El bañador es rosa y estoy igual de gordo
  • Leer con las patas en remojo es exactamente igual de placentero
  • Estoy leyendo en un kindle 2. La experiencia de lectura es básicamente equivalente...
  • ... aunque permite usar instapaper como no permiten otros lectores, dado que te puedes descargar un "periódico" compuesto por clipping web indizado y bien formateado
  • ... por ejemplo
  • y he gozado de la tranquilidad de tener una funda waterproof como D*s manda, que no sólo me ha quitado el miedo al salpicón sino que, más importante, ha impedido los efectos adversos del barro y arena mojada lanzada por manos, pies y otras partes de cuerpos infantiles, además de llevarlo colgando de forma cómoda. De hecho, no tengo prueba gráfica de leer haciendo el muerto pero lo hice, oigan. Altamente recomendable con independencia del ereader que se trate.
Si un ereader es una magnífica inversión para los que amamos la lectura durante el año, en vacaciones trasciende, llega al paroxismo, lo que queráis: los ereaders son para el verano, para cuando hay tiempo para zumbarte libro tras libro.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...