En la primera parte de la review del Alex, comenté el contexto en el que va a aparecer. Me centré en los maŕgenes de precios, porque los considero esenciales de cara a su impacto en el público. El hecho de costar lo que un iPad básico, y más que un Kindle DX, lo deja en una situación delicada, teniendo que demostrar mucho para justificar ese precio. Veámoslo
Hecho diferencial nº1: la conexión a Internet.
El kindle ofrece acceso gratis (de momento a Internet), y el iPad ofrece un acceso CASI comparable al de PC (si dejamos a un lado algunas naderías como Flash). Pues bien, por una parte hay que tener en cuenta que, por más que la gratuidad del acceso a Internet del Kindle sea todo un puntazo, es lenta (sobre todo, debido al navegador y al procesador del aparato, que es un poco anémico) e incompleta: sólo se pueden usar las páginas más sencillas, al descuadrar todas las demás. Por otra parte, el iPad ofrece algo menos que el netbook con el que escribo este post. Exactamente eso, navegar en una pantalla retroiluminada es lo que llevamos haciendo casi 20 años, pero leer textos largos siempre ha sido un ejercicio duro, que se solía aligerar imprimiendo las páginas realmente largas. Leer de forma continuada en la pantalla del iPad va a cansar bastante más que en una pantalla de tinta-e.
Estas semanas he leido el periódico y los sites y feeds con textos largos en el Alex. Para los que tengáis un teléfono Android (y para los que os lo pueda enseñar un colega o un familiar), la experiencia de navegación es la misma. Bueno, con una diferencia: si pulsamos en el botón de sincronizar, lo que aparezca en la pantalla LCD se sincronizará con la pantalla e-ink. Una vez sincronizado, se puede apagar la pantalla LCD y leer sólo en la principal. Desgraciadamente, la infancia de los ereaders los ha identificado de forma excesivamente estrecha con los ebooks, con el resultado de que no se conectan generalmente con la lectura de otros textos largos. Por ejemplo, yo documento mis proyectos usando dokuwiki. Cuando quiero repasar el estado de la memoria, la paso a un ereader, lo que implica que tengo que grabar, convertir y subir al ereader: tres pasos que debería ahorrarme, y que puedo hacerlo con un ereader con conexión a Internet. Ya que me pongo, estaría bien anotar y corregir los textos, lo que no puedo hacer con un kindle debido a las limitaciones de su navegador y sí puedo hacer con el Alex. Eso sí, la edición con el teclado virtual es bastante lenta, con lo que no es realista pensar en editar más que un par de líneas.
La lectura de textos web largos es el gran salto que les espera a los ereaders, donde pueden brillar mucho más allá de la lectura de ebooks (que ya es). Yo uso para eso Readitlaterlist: la mencioné en el post anterior, y no puedo exagerar al hablar de sus virtudes. No del producto en sí, sino del tipo de producto: un servicio sencillo que permite guardar limpios los artículos y posts encontrados mientras navegamos para poder leerlos con tranquilidad cuando tengamos tiempo. Si no los hemos leido en el momento, es porque tienen más de 500 palabras, pongamos. Y si tienen más de 500 palabras, una pantalla LCD no es lo más adecuado para leerlos. En resumen, el combo ideal para los contenidos mínimamente largos de una web (las más de las veces, los contenidos trabajados, que merecen la pena) es un ereader con conexión a Internet; si no es posible, un ereader al que actualizar los contenidos de readitlaterlist mediante calibre, aunque eso no es igual de ágil (necesitas un PC) y está más limitado (sólo puedes leer los 10 artículos más recientes).
El kindle ofrece acceso gratis (de momento a Internet), y el iPad ofrece un acceso CASI comparable al de PC (si dejamos a un lado algunas naderías como Flash). Pues bien, por una parte hay que tener en cuenta que, por más que la gratuidad del acceso a Internet del Kindle sea todo un puntazo, es lenta (sobre todo, debido al navegador y al procesador del aparato, que es un poco anémico) e incompleta: sólo se pueden usar las páginas más sencillas, al descuadrar todas las demás. Por otra parte, el iPad ofrece algo menos que el netbook con el que escribo este post. Exactamente eso, navegar en una pantalla retroiluminada es lo que llevamos haciendo casi 20 años, pero leer textos largos siempre ha sido un ejercicio duro, que se solía aligerar imprimiendo las páginas realmente largas. Leer de forma continuada en la pantalla del iPad va a cansar bastante más que en una pantalla de tinta-e.
Estas semanas he leido el periódico y los sites y feeds con textos largos en el Alex. Para los que tengáis un teléfono Android (y para los que os lo pueda enseñar un colega o un familiar), la experiencia de navegación es la misma. Bueno, con una diferencia: si pulsamos en el botón de sincronizar, lo que aparezca en la pantalla LCD se sincronizará con la pantalla e-ink. Una vez sincronizado, se puede apagar la pantalla LCD y leer sólo en la principal. Desgraciadamente, la infancia de los ereaders los ha identificado de forma excesivamente estrecha con los ebooks, con el resultado de que no se conectan generalmente con la lectura de otros textos largos. Por ejemplo, yo documento mis proyectos usando dokuwiki. Cuando quiero repasar el estado de la memoria, la paso a un ereader, lo que implica que tengo que grabar, convertir y subir al ereader: tres pasos que debería ahorrarme, y que puedo hacerlo con un ereader con conexión a Internet. Ya que me pongo, estaría bien anotar y corregir los textos, lo que no puedo hacer con un kindle debido a las limitaciones de su navegador y sí puedo hacer con el Alex. Eso sí, la edición con el teclado virtual es bastante lenta, con lo que no es realista pensar en editar más que un par de líneas.
La lectura de textos web largos es el gran salto que les espera a los ereaders, donde pueden brillar mucho más allá de la lectura de ebooks (que ya es). Yo uso para eso Readitlaterlist: la mencioné en el post anterior, y no puedo exagerar al hablar de sus virtudes. No del producto en sí, sino del tipo de producto: un servicio sencillo que permite guardar limpios los artículos y posts encontrados mientras navegamos para poder leerlos con tranquilidad cuando tengamos tiempo. Si no los hemos leido en el momento, es porque tienen más de 500 palabras, pongamos. Y si tienen más de 500 palabras, una pantalla LCD no es lo más adecuado para leerlos. En resumen, el combo ideal para los contenidos mínimamente largos de una web (las más de las veces, los contenidos trabajados, que merecen la pena) es un ereader con conexión a Internet; si no es posible, un ereader al que actualizar los contenidos de readitlaterlist mediante calibre, aunque eso no es igual de ágil (necesitas un PC) y está más limitado (sólo puedes leer los 10 artículos más recientes).
Se puede consultar readitlaterlist con kindle, pero es su tope: su velocidad y agilidad no le permiten navegar de forma realista entre un conjunto mínimamente grande de sites. Y, la verdad, al leer páginas largas de forma intensiva, he llegado a la conclusión de que son un recurso por aprovechar.
Hecho diferencial nº2: Google editions
En algún momento de este año, Google sacará al mercado su servicio de ebooks de pago, en principio como ampliación directa de google books. Amazon no va a acceder (creo!) a los fondos de su competencia (para empezar, el kindle tendría que poder leer epub), y la conexión a Internet facilita al máximo acceder a Google Editions: en lugar de depender de un PC para subir los libros al ereader, el Alex es independiente. No parece una diferencia esencial, pero mi experiencia me invita a pensar que lo acaba siendo. Es más, no tengo claro que Google Editions sea amistoso con los ereaders sin conexión a Internet, porque en teoría la protección de los libros se basa en que se accede a ellos como servicio y nunca se descargan.
De momento, el nuevo firmware del Alex da un acceso directo a Google Books. No es rocket science, que dicen los gringos, pero lo cierto es que facilita las cosas: han adaptado la interfaz de Android para que acceda directamente a google books, y la descarga del millón y pico de libros de dominio público (gratis, por lo tanto) están a un par de clic de distancia. Si bien de momento es una medida de emergencia para dotar de ebooks de acceso cómodo al Alex, en menos de un año se tratará de la puerta de acceso al que puede ser uno de los proveedores de ebooks más importantes del mundo. A este respecto, tiro a ciegas y me mojo: los editores españoles no están trabajando con Amazon hasta saber qué es lo que pasa con Google Editions. Sí, ya sé que el desencuentro (por denominarlo suavemente) de los editores españoles con Amazon viene de antes, y que influyen más factores (como el peligro que la distribución directa de Amazon supone para las "librerías" como el ECI), pero con todo creo que el desencuentro con Amazon, que en teoría tiene menos y menos sentido en términos comerciales, se mantiene a expensas de saber qué pasa con Google Editions.
Sea como fuere, prescindir del PC para acceder a los libros de Google Editions sería nada más y nada menos que replicar la experiencia de independencia que el Kindle ofrece para el catálogo de Amazon. Si los editores españoles se decantaran por Google, el Alex subiría de valor para el público de habla hispana. Aunque tampoco me extrañaría que tampoco apostaran por Google y siguieran esperando alguna señal mesiánica, como poco, para añadir sus títulos a una plataforma de ebooks destinada AL PÚBLICO.
Por cierto, el nuevo firmware ofrece el mismo acceso simplificado al proyecto Gutenberg. No es una revolución, porque sólo te ahorra unos pasos, pero es cierto que es muy cómodo prescindir del PC para conseguir libros de gutenberg o de google books.
Me tengo que ir a recorrer pueblos, que estamos de vacaciones. Lo antes posible sigo con la review.
De momento, el nuevo firmware del Alex da un acceso directo a Google Books. No es rocket science, que dicen los gringos, pero lo cierto es que facilita las cosas: han adaptado la interfaz de Android para que acceda directamente a google books, y la descarga del millón y pico de libros de dominio público (gratis, por lo tanto) están a un par de clic de distancia. Si bien de momento es una medida de emergencia para dotar de ebooks de acceso cómodo al Alex, en menos de un año se tratará de la puerta de acceso al que puede ser uno de los proveedores de ebooks más importantes del mundo. A este respecto, tiro a ciegas y me mojo: los editores españoles no están trabajando con Amazon hasta saber qué es lo que pasa con Google Editions. Sí, ya sé que el desencuentro (por denominarlo suavemente) de los editores españoles con Amazon viene de antes, y que influyen más factores (como el peligro que la distribución directa de Amazon supone para las "librerías" como el ECI), pero con todo creo que el desencuentro con Amazon, que en teoría tiene menos y menos sentido en términos comerciales, se mantiene a expensas de saber qué pasa con Google Editions.
Sea como fuere, prescindir del PC para acceder a los libros de Google Editions sería nada más y nada menos que replicar la experiencia de independencia que el Kindle ofrece para el catálogo de Amazon. Si los editores españoles se decantaran por Google, el Alex subiría de valor para el público de habla hispana. Aunque tampoco me extrañaría que tampoco apostaran por Google y siguieran esperando alguna señal mesiánica, como poco, para añadir sus títulos a una plataforma de ebooks destinada AL PÚBLICO.
Por cierto, el nuevo firmware ofrece el mismo acceso simplificado al proyecto Gutenberg. No es una revolución, porque sólo te ahorra unos pasos, pero es cierto que es muy cómodo prescindir del PC para conseguir libros de gutenberg o de google books.
Me tengo que ir a recorrer pueblos, que estamos de vacaciones. Lo antes posible sigo con la review.