domingo, mayo 09, 2010

Porta Portadas, menudo invento.

Una colega de dubitador se ha currado una idea realmente interesante. Comienzo indicando que este post está abierto a incluir la información personal que la creadora cree conveniente, porque soy un talibán de la autoría. A cada uno lo suyo.

La verdad es que es un hack... cultural, y tremendo. Es un buen ejemplo de pensamiento lateral, y es algo en lo que no habíamos pensado casi nadie. De hecho, me parece mucho más importante que el razonamiento espúreo del tacto y el olor del papel respecto al ebook. Os dejo, sin más, con el tutorial... y lo dicho, gracias por mandármelo y compartirlo con todos.


Porta portada para ereader 

Cuando comencé a leer en el ereader, noté que tenía dificultades para recordar los libros leídos, su nombre y autor, algo que nunca me había sucedido antes. Asumiendo que la visión permanente de la información en la tapa de los libros de papel sirve de refuerzo para la memoria, hice una prueba tratando de reproducirlo en el ereader. 



Porta Portada Sony reader PRS 505

Es una funda para la tapa delantera, realizada en plástico transparente. El material usado fue un sobre de los que se usan para proteger láminas, cortado a la medida del ereader, dejando abajo el borde sellado y el corte en el borde superior. Está pegado con cinta transparente a lo largo del lomo, por fuera y por dentro.  (Obviamente por ser transparente no se ve en la foto). Lo ideal sería que el cobertor que trae el ereader tuviera un bolsillo para ese fin.




 Aquí se muestra cómo se introduce una portada encontrada en la web, e impresa con impresora casera, deslizándola entre la tapa y la hoja transparente, por la abertura de arriba, hasta llegar al fondo sellado.




 

Lo mismo se hizo con la cara interna de la tapa, para tener la imagen siempre a la vista.
El resultado es una mejora notable en la memorización del libro leído, su título y autor.


DETALLE DE CONFECCIÓN

Indudablemente es un producto provisional casero con lo que tenía a mano.
Si tuviera que hacerlo definitivo lo diseñaría de otra manera.
Materiales:
·       un sobre plástico de los que se usan para proteger hojas tamaño carta.
·       cinta transparente tipo Scotch



               



              
     Procedimiento                               
1.    Se corta el sobre a la medida del ereader (la línea de corte en rojo)
2.    Queda una especie de esquinero con dos hojas que tienen:
a.    el borde derecho y el inferior cerrados
b.    el borde izquierdo y superior cortados.
3.    Se encaja en la tapa superior de la cubierta del ereader, estirando bien.
4.    Se pegan con cinta transparente los dos bordes izquierdos:
a.    el superior al lomo de la cubierta
b.    el inferior al centro interno de la cubierta (hay que quitar el ereader)
5.    Se vuelve a colocar el ereader en el soporte de la cubierta.
6.    Queda la cubierta del ereader forrada con el sobre plástico, con una abertura por arriba que permite deslizar una hoja impresa recortada. Tanto del lado externo como del interno.

6 comentarios:

  1. Efectivamente, yo suelo recordar los libros (incluso, alas, los que leí en la ya lejana infancia) por su portada.
    Idea interesante, pues.

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  2. Hola, soy Alba la dueña del ereader y la mano de las fotos. Gracias por mostrar una idea de las tantas que se le ocurren a cualquiera a cada rato, para solucionar cosas pequeñas del diario vivir. Es la maravilla de Internet lo que le otorga una nueva dimensión, pues salir del aislamiento, compartir y multiplicar, nos vuelve ricos y sabios en conjunto.

    En este caso la idea surgió de una molestia que sentí desde que comencé a utilizar el ereader: la neutralidad del artefacto, la misma aburrida tapa marrón que no me decía nada, aunque leyera libros apasionantes. Después de un tiempo descubrí que me costaba recordar lo leído. Podría haber achacado el problema a la edad, ya que tengo 66 años, pero quizás la resistencia a envejecer hizo que asociara aquella vaga sensación con el problema de memoria… estaba claro que tenía que romper la indefinición del ereader, para que mientras estuviera leyendo, dejara de ser un artefacto neutro y se transformara en “El Libro” asumiendo su personalidad y presencia.

    Lo demás fue solo un pequeña obra, que cualquier mano ligeramente diestra puede intentar y que los fabricantes de covers podrían ahorrarnos, agregándole un bolsillo transparente.

    Un abrazo
    Alba

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  3. Hola, Alba

    Gracias otra vez por tu estupendo práctico, manual o como lo quieras llamar.

    Hay que decir que la idea me entusiasmó desde el primer momento, por la carga humana que supone. Efectivamente, por más que los ereaders ofrezcan unas ventajas innegables, hay que pagar un precio. Y más que el cuestionable lugar común del olor y el tacto del papel (no somos invidentes, y por otra parte en ese olor nunca se cuenta con el papel barato, comido en 10 años por el ácido), el problema es la personalización, la conexión humana.

    Lo mismo has dado con una forma más operativa de responder al mismo problema que se critica con las figuras del tacto y del olor. Sin embargo, no sé yo si funcionaría igual de forma comercial. Lo que redondea tu idea es que es tuya y que la fabrica uno de principio a fin. Que no es el tacto, sino la conexión lo que importa. La conexión con una obra única, porque todas lo son.

    Espero verte más por aquí :)

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  4. Os vais a enfadar conmigo, pero a mi me parecen reminiscencias del pasado.

    Creo que es por no haberse acostumbrado totalmente al libro digital.

    Hace bastantes años yo me imprimía las carátulas de los CD que me bajaba de Internet. Ahora ni siquiera les pongo lector de DVD a los ordenadores que monto.

    Yo todavía le pongo las portadas a los libros que creo con el MobiPocket Creator, pero supongo que con el tiempo dejaré de hacerlo.

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  5. Enfadar para nada, pero también para gustos colores. A mí la idea me ha encantado, sobre todo por lo que implica de personalización y contacto humano, como dije.

    En cierto sentido es comparable a los fondos de escritorio. Muchos usuarios ponen fotos de familia, que les gustan, etc. ¿Aporta algo al uso diario de un PC? Objetivamente no, pero subjetivamente todo: la persona está presente.

    La tecnología es todo lo personal que la dejemos ser, y todo lo nuestra que nos dé la cabeza

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  6. No hay problemas Alfredo, que todavía conservo sin quejarme el apéndice, la uña del dedo chiquito de los pies y las muelas del juicio.

    Tal vez nuestros nietos consideren una reminiscencia del pasado nuestra arcaica costumbre de leer. Ya he visto gente trotando en la calle, con audiolibros enchufados a sus orejas.

    Un abrazo,

    Alba

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