Hay que pulsar en agenda, porque lo cierto es que no he encontrado la forma de que salga por defecto. Es igual, he marcado el 12 de febrero como fecha-apuesta para las pantallas pixel chi. Si arrieritos 2.0 funciona como debe, me marcaré un WIN o un FAIL.
En fin, a lo que voy. Las pantallas pixel chi van a ofrecer a los usuarios una experiencia de lectura comparable (aunque inferior) a los dispositivos dedicados, y a cambio podrán anotar, comentar... ver vídeos, escribir, mandar mail, navegar, etc. Para algunos, compensará el sólo hecho de poder llevar encima un cacharro en vez de dos.
En cualquier caso, aún es mejorable. Pensad que los lectores de ebooks modernos permiten una autonomía de días, y eso no es una ventaja despreciable. Estaría muy bien poder leer aunque fuera el día entero, o un viaje largo en avión. Sí, ya se puede hacer si te compras una monstruo-batería para tu portátil (como la batería-patata de mi EEE, que pronto os enseñaré), o un cargador externo.
Pero aún sería mejor si se lograra esa autonomía sin tener que hacer del portátil un artefacto auténticamente tridimensional, como podéis ver en la foto

Pues bien, en la feria computex de taiwan se han presentado los primeros prototipos de SmartBooks (cacharros que van a estar a medio camino entre los netbooks y los smartphones) que funcionan con núcleos SnapDragon de QualComm. Máquinas que pueden aguantar todo un día, y que tienen integrados en el núcleo no sólo el procesador, sino el video y toda la conectividad inalámbrica (wifi, bt, gps, 3g). Son una apuesta muy a tener en cuenta para hacer la competencia a los ubicuos netbooks, algo menos potente dado que están basados en arquitectura ARM y no en x86, pero que consume mucho menos. Para que os hagáis una idea, son los procesadores que van a llevar los smartphones más punteros del segundo semestre de 2009, teléfonos que sólo su forma física les separa de un ordenador.

En cualquier caso, la característica que más me llama la atención de los smartbooks se llama instant-ON, y funciona como suena: los smartbooks, igual que las PDAs de antes ("antes", hace taaaanto tiempo, ¿eh?), no se apagan realmente a menos que lo fuerces o se queden sin batería. En su lugar, se quedan en un estado de muy bajo consumo, y encenderlos es cuestión de un segundo o menos.
Autonomía, tamaño reducido, precio reducido, instant-ON. Si le meten una pantalla pixel chi, las ventajas serían como para pensárselo.
Tanto, que hasta me da que no es fácil que salga. Sería demasiado bueno, demasiado bonito y demasiado barato.
Os dejo con una interesantísima entrevista con el responsable de esas creaturas.