Con cierta frecuencia surge una cuestión entre los que se acercan a los ebooks. Recordemos la terminología que empleo en tinta-e al respecto:
- book: libro en un sentido abstracto y absoluto, el puro contenido de una historia, informe, etc. Uso el inglés para hacer más sencilla la discusión de unos conceptos que no tienen nada de sencillo, precisamente porque, al llevar tanto tiempo conviviendo con ellos, estamos demasiado acostumbrados a concebirlos de una manera inamovible.
- p-book: el continente del book que hemos manejado toda nuestra vida, esa maravilla de la tecnología que ha sido el "libro de papel". La única forma de materializar los books hasta hace muy poco, se trata de una tecnología completamente esencial, no sólo vector principal de la transmisión de conocimiento sino herramienta activa de aprendizaje, al poder anotar, subrayar, referenciar, etc.
- e-book: el nuevo continente del book. En lugar de papel impreso, el ebook se basa en datos digitales conformados según alguno de los muchos formatos disponibles. Al contrario que el p-book, por sí mismo no se puede utilizar (leer), de manera que necesita un software que corra en un dispositivo determinado.
- lector de ebooks: hasta hace 5 años, el software para leer e-books corría sobre alguna variante de ordenador, ya fuera de sobremesa, portátil o de mano. La gran innovación, por supuesto, ha sido la tecnología e-ink, que ha posibilitado la creación de dispositivos dedicados a la lectura de e-books, los lectores de ebooks, que presentan una ventaja decisiva respecto a un ordenador estándar - la experiencia de lectura es mucho más cómoda y, por lo tanto, puede ser más prolongada y productiva.
Este concepto es, como tantos otros de la cuestión e-book, una traducción directa y literal desde el p-book. Se puede prestar un p-book, lo mismo que puedes prestar cualquier otro objeto de tu propiedad. Cuando lo haces, tienes que atenerte a las consecuencias: mientras lo tienes prestado, no puedes disponer de él, y es posible que que no vuelva - a todos nos ha pasado que un libro que apreciábamos especialmente lo prestamos un día a alguien, no sabemos a quién, y nunca más se supo. De hecho, entre mis amigos hay un bonito deporte/ritual, las sesiones de "quién tiene mi..." donde por puro deporte y sin esperanza de resultados se lanzan al éter preguntas acerca de tal libro, cual comic o ese dvd.
Una idea no se puede prestar, porque es reproducible. Presto aquello bajo mi control que no puedo reproducir y que no necesito temporalmente. Puedo tener una idea - casi todos las tenemos, excepto ciertos "administradores" demasiado cercanos al Real Madrid ;) - y, si es oportuno, transmitirla las veces que quiera o me dejen. Si algún oyente la acepta, se la quedará pero yo no la habré perdido. Así funciona el mundo, sobre todo desde que alguien le robó la idea de fundir hierro a los hititas y se declaró festival del humor permanente.
Cualquier archivo informático puede reproducirse un número potencialmente ilimitado de veces. Siempre que no haya tecnología por medio para impedirlo, puedes copiar un archivo tuyo y pegarlo en el ordenador de un amigo. No estás obligado a cortarlo y pegarlo, como en el caso de los p-books. Y no tienes límites para ello.
Por lo tanto, la queja de que "no puedo prestar mis e-books como hago con mis p-books" n0 tiene sentido en sí misma, porque los e-books no se pueden prestar. Si nadie paga por un e-book del que el autor esperaba obtener un rendimiento a cambio de su esfuerzo, es un desincentivo magnífico. Más allá de la diferencia esencial entre pbook y ebook, entre continente no reproducible y reproducible, está la diferencia social: prestar un libro tiene muchos significados. Circulan entre las redes de amigos y familiares, se usan para transmitir ideas, se busca que el libro reproduzca las sensaciones que nos provocó su lectura en los que apreciamos.
Tiene mucho más miga de lo que parece eso de que los ebooks no se puedan prestar.
¿No se puede? Bueno, algunos modelos de DRM social contemplan precisamente lo contrario. De esos sistemas hablaré (espero) en breve, que mirad qué hora es y no he acabado de currar.
P.S.: la diferencia entre pbooks y ebooks se aplica con la misma intensidad al concepto de biblioteca. Pero aquí puede entrar en juego el lector de ebooks y otras variables que cubriré también en próximos días.
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