viernes, febrero 27, 2009

e-Libraries, un sorprendente apoyo para la comercialización de ebooks

Paul viejo me ha puesto sobre la pista de una iniciativa extremadamente interesante por parte de la New York Public Library: la eNYPL o e-library.

Precisamente en días anteriores comentábamos la imposibilidad de traducir literalmente el concepto de biblioteca a los ebooks, que una e-library no podía ser literalmente igual que una p-library porque los ebooks no se prestan.Como nos puso sobre la pista Paul:
Mira, en el momento de escribir esto, la consulta sobre 'A Feast for Crows' me lanza los siguientes resultados:

Que "poseen" una copia en pdf, que está prestada y una persona esperando. Ahí mismo puedes agregarla a tu wishlist.
Y que tienen otra copia en mobipocket, disponible, y que te la prestan durante 21 días (que parece el tiempo estándar de préstamo).No sé, aun ya digo sin haberlo podido probar, aunque sólo fuera para imitar el modelo de biblioteca de nuestra infancia que tanto bien nos hizo, ¿no?
Pues bien, lo que hace la eNYPL es, precisamente, traducir correctamente el concepto de préstamos a una e-library.

En otras palabras, lo que hace el usuario de la biblioteca es pedir un e-book. Si hay e-books disponibles (se les ha impuesto una limitación de n ejemplares, siendo n un número muy bajo), descarga el e-book y lo puede leer a lo largo de dos semanas. Después, el DRM del ebook se encarga de impedir que vuelva a poder ser leído.

Bueno, literalmente hablando funciona.

Ahora bien, siguen existiendo las diferencias: si no tengo que desplazarme a la biblioteca, si desde cualquier parte con conexión a Internet puedo "descargaprestar" el e-book, el incentivo para usar este servicio es muy fuerte e iría en perjuicio de editoriales y autores, sobre todo teniendo en cuenta que, en España, la ley dice que las editoriales están obligadas a depositar una serie de ejemplares de cada edición para surtir a las bibliotecas, porque de lo que van estas instituciones es de ser puertas libres y gratuitas de acceso al conocimiento. El límite artificial cobra sentido: si no hubiera límite al número de e-books que pudieran estar "prestadescargados" a la vez, el desincentivo para la compra sería extremadamente peligroso.

Una vuelta de tuerca al tema le da, de hecho, la vuelta a la cuestión. Cuando el número de e-books "prestadescargables" es tan bajo y el volumen es mínimamente popular, la cola de espera se puede prolongar más incluso que en el caso de los p-books. Como quiera que tienes a tu disposición una wishlist donde registras los libros que quieres descargar y te apuntas a una cola, a pocos usuarios que tenga la biblioteca la espera puede prolongarse meses fácilmente. Si el libro te interesa, esa espera es de hecho un incentivo para la compra del e-book, sobre todo si le acompaña un precio atractivo.

Así las cosas, la e-library podría llegar a ser una magnífica plataforma de popularización de e-books, sobre todo si, además, ofrece sin restricciones e-books que estén bajo dominio público, copyleft o creative commons. Incluso aunque se acabe logrando lo que parece un triunfo, ser de los primeros en la lista de espera, "descargaprestar" y leer, si el libro gusta lo suficiente (o es lo suficientemente útil) y el precio acompaña, puede empujar a la compra tras la lectura para poder conservarlo. En ese caso sería muy útil algún sistema para exportar las anotaciones, aunque de momento sólo kindle y el reader 700 de sony implementan dicha funcionalidad.

De hecho, las e-libraries resaltan aún más si cabe la importancia de la funcionalidad de comentario y anotación de un e-book, tan descuidada en algunos de los lectores de e-books. En otras palabras, si leo un e-book "descargaprestado", en muchos casos sólo tendré dos opciones: o apunto de forma externa (en papel, en un editor de textos) mis anotaciones y las mantengo por separado, lo que sería todo un engorro, o paso de anotar nada, lo cual es una pérdida en muchos casos. Si estuviera implementada una funcionalidad de anotación decente (preferiblemente como el kindle, con teclado mecánico, o bien con teclado externo conectable vía USB/BT) y si pudiera exportar mis anotaciones, el e-book ganaría sustancialmente.

es más: si el e-book "descargaprestado" pudiera recibir las anotaciones de los anteriores lectores y los siguientes pudieran leerlas de la forma que prefirieran (filtrada por autor, fecha, tag, etc.), el e-book se enriquecería sin remedio. No sería como la falta de respeto que implica subrayar y anotar un p-book prestado de biblioteca, sino un artefacto de generación de cultura y diálogo
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4 comentarios:

  1. Me parece simplemente genial! Más y más veo que el haberme comprado un lector de ebooks ha sido la decisión más sabia que he tomado en los últimos 20 años!

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  2. Frank, ten en cuenta que con tu kindle, en teoría, no vas a poder leer los libros tal y como los ofrece Amazon (ni en mobipocket ni en adobe con DRM, que yo sepa).

    La excesiva fragmentación del panorama hardware y software de los ebooks, sin que acabe de cuajar un estándar, es un freno decisivo para su avance.

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  3. Hola Jose Luís.

    ¿Has visto esto(http://online.wsj.com/article/SB123741774747277821.html)?

    Si llega a formalizarse la unión de Sony con Google, el panorama del libro electrónico podría cambiar, aunque sólo sea por la aceptación masiva.

    ¡Enhorabuena por el blog!

    Saludos.

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  4. @Ángel: gracias por los ánimos.

    Me has pillado justo redactando un post al respecto. Adelanto que es una noticia muy positiva, en mi opinión

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