jueves, enero 12, 2012

La máquina de escribir digital de AlphaSmart, por Ricardo Villalba (II y final)

Mi modus operandi con el dana es como sigue: utilizo una tarjeta de expansión (SD) para guardar los documentos en .doc y en .txt, básicamente, y los abro y edito en el Documents to go. La tarjeta de memoria la utilizo con un adaptador y la conecto al pc como un pendrive. De esta manera la transferencia de datos entre el pc y el dana ocurre de un modo similar a la de una notebook y una pc con un pendrive de intermediario. El dana también posee wifi y las veces que lo he precisado ha conectado sin problemas. Pero no he explorado mucho por esa dirección porque la sincronización con el pc "vía pendrive" me es suficiente por ahora. También suelo hacer lo siguiente: cuando voy a empezar la redacción de un texto en el dana utilizo el alphaword y luego envío el texto (una función muy curiosa) a cualquier campo abierto en la computadora (documento de texto, email, etc.). Aunque algunos caracteres no son reconocidos por la pc.

La cuestión de cómo un aparato como el dana llegó a mis manos también puede servir para entender el valor del mismo.

En un comienzo, me dediqué a leer libros digitales y a editar mis documentos de textos en la computadora como todo el mundo. Posteriormente, me di cuenta que la portabilidad a la hora de realizar esas actividades era un aspecto deseable y me empecé a rebuscar por los modelos de celulares que más se adaptasen a cumplir con esas tareas: aquellos que posean una pantalla lo más amplia posible y con un teclado qwerty. Adicionalmente, era muy de desear que haya posibilidad de navegar cómodamente en internet a fin de buscar información de manera ágil. Posteriormente, adquirí un Ipaq con window mobile y, luego también un palm, el cual utilizaba con el teclado externo. Portabilidad, posibilidad de acceso a internet, tarjetas de memoria para espacio de almacenamiento suficiente, lector y editor de documentos de textos, teclado externo: todas estas necesidades estaban coherentemente satisfechas. Pero faltaba una característica fundamental que sólo eché en falta cuando tuve las demás y me dediqué a utilizarlas: faltaba una pantalla adecuada que no dañase la vista y que permitiese trabajar tan cómodo como si de papel se tratase. Aunque mucha gente parece no entender esto y considera que se trata de un capricho o de una búsqueda de sofisticación o de exquisitez, en realidad es un hecho incontestable para quienes han ya dedicado gran parte de su tiempo a utilizar las pantallas retroiluminadas como si de papel se tratase que las pantallas con retroiluminación no sirven para trabajar con la lectura y edición de textos de manera constante y prolongada sin dañar la vista.

Ahora bien, cuando los lectores de libros electrónicos empezaron a formar parte más o menos cotidiana de la realidad tecnológica parecía que la solución al problema de la pantalla se encaminaba a una solución satisfactoria. Parcialmente, fue así. Digo parcialmente porque es evidente que un lector de libros de electrónicos, aun en un modelo con pantalla de tinta electrónica no pearl, como es el caso del sony ereader pocket edition prs 300 (mi primera adquisición en el campo de la tinta electrónica) sirve para consumir textos pero en el sentido más básico de la cuestión. Un lector como el citado, permite hojear información sin dañar la vista. Por supuesto que no soporta muchos formatos y que es lento, y un largo etc.: pero a pesar de ello, con sus limitaciones, el aparato permite la lectura no nociva para los ojos de una manera aceptable. La gama kindle, en sus diversas evoluciones, no hace sino mejorar esa experiencia de ususario. Adquirí un kindle de 3a generación para mejorar la velocidad y el contraste de la pantalla respecto al modelo de sony, y finalmente adquirí un kindle dx porque la pantalla del mismo era más adecuada para leer pdfs.

La historia podría terminar aquí pero no es así porque además de consumir la información (leer libros), necesito analizarla y procesarla (resúmenes, fichas, paráfrasis, comentarios, comparar textos, etc.) y es aquí donde, en contra de mi voluntad, tenía que terminar frente a la pantalla del ordenador para esa labor. De manera que los lectores satisfacen aceptablemente la función de lectura (naturalmente, para eso están diseñados, si bien la función de navegar por internet o escuchar música en el kindle amplían las posibilidades) pero aún es necesario un dispositivo para seguir trabajando con los textos. Si bien algunos ereaders poseen un teclado y partir de ciertos artilugios uno puede terminar insertando texto en el aparato e incluso editando, a través de internet, el teclado qwerty pequeño no ofrece la misma eficiencia que un teclado qwerty de tamaño completo. La otra gran alternativa que he barajado pero que no depende de mi por los requerimientos de programación que supone es conectar un teclado externo al kindle a través de un pc con sistema linux. Es decir, conectar el kindle a una pc o a una notebook y desde ahí utilizar el teclado con la pantalla del kindle. Naturalmente, es una solución que deja la portabilidad en lugar dudoso. Si se pudiese hacer con un teléfono que corra linux (como el motorola a1200 o algún android) sería una alternativa más convincente. Pero hay muchos detalles que considerar. Aún así, si alguien me ofreciese la posibilidad de utilizar mi kindle como segunda pantalla de la pc y usar el teclado externo real para escribir en el kindle estaría más que contento. Por lo que me han dicho, la cuestión de hacer el software adecuado no es tarea imposible y no hay que perder de vista que los kindle ya han sido hackeados. Sin embargo, no es algo a lo que me pueda dedicar por mis propias fuerzas.  El día que Amazon (o cualquier otra empresa con un dispositivo de tinta electrónica) decida hacer una modificación del sistema operativo del kindle y permita que, a través del mismo se pueda insertar texto por un teclado conectado vía usb ya para realizar notas en los libros o para, lisa y llanamente crear o editar un documento al menos en formato rtf y lanzarlo a la red o al ordenador, va a haber una auténtica revolución cultural de unas dimensiones inimaginables.

Un día leí en el foro mobileread a alguien que mencionaba la alternativa del dana de pasada y como no sabía nada al respecto investigué sobre el aparato y me di cuenta que era lo más cercano a mis necesidades que ofrecía el mercado. Así es como hoy estoy escribiendo esto desde un teclado portable que posee una pantalla que, si bien posee reflejos y hay que escoger un buen ángulo de trabajo, permite trabajar al aire libre y no posee retroiluminación, con el descanso para la vista que esto supone amén de la portabilidad y el bajo precio.

Pienso que el dana es una solución de gama baja para soportar o aguantar hasta que salga el gadget definitivo, que debería ser simplemente como un tablet android con teclado externo via usb y, por supuesto, pantalla e ink pearl o similar. A pesar de todos los defectos del dana, lo prefiero infinitamente a una notebook. Por ejemplo, cuando uno trabaja en el dana, simplemente presiona la tecla de apagado y el aparato queda como en una especie de hibernación. Cuando se desea volver a trabajar presiona de vuelta el botón y ya está nuevamente frente al documento. Hay ocho "espacios de trabajo abiertos" (documentos abiertos) que se intercambian con sólo presionar una tecla. No hay tiempos de espera. Con el dana los problemas de carga son mínimos pues el mismo funciona con pilas (y también con batería recargable vía usb con el pc pero el mío no ha venido, como que es de segunda mano, sino con las pilas) y el rendimiento de las mismas es bastante aceptable. Así también, tener una notebook es una adquisición más costosa mientras que el dana, por su bajo precio, se presta a que uno piense que tiene derecho a llevarlo a donde sea. Quizás sea una paranoia mía pero siempre me he sentido incómodo transportando de aquí para allá la notebook. Y también es la razón por la cual no suelo sacar mi kindle dx de casa y sólo suelo cargar con el modelo de 6¨. En cambio, transportar el dana no me supone ningún problema de orden psíquico además de que cuando uno va a al parque o a cualquier espacio abierto es el dana y no la notebook lo que uno necesita.

En feliz desorden, he narrado brevemente algunas de mis experiencias con mi dana. Insisto por última vez en decir que es un producto que ha sido injustamente ignorado pues constituye una alternativa que si bien no será la mejor es una alternativa aceptable para cualquiera que haya empezado a sufrir en los ojos con las pantallas retroiluminadas. Es por eso que he querido compartir esto.
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