La presión mediática de los tabletos, que si ahora el iPad, que si ahora el Kindle fire, debe ser demasiado fuerte de soportar para muchos de los que escriben sobre tecnología. Si no, no se entiende la sarta de estupideces que estoy leyendo estos días sobre el primer Señor Tablet basado en una pantalla mirasol: que si por ese precio de 300$ te puedes comprar un kindle fire y un kindle normal, que si el tamaño, que si el lucero del alba.
Y ojo, que tampoco digo que me vaya a comprar uno de inmediato. Digo, simplemente, que no lo entienden.
Anmaso y Ana González me avisaron hace unos días de esta tremenda novedad: la cadena de librerías Kyobo saca su Kyobo reader basado en Mirasol. Hay que empezar recordando que el CEO de Qualcomm se fundió lo que iba a ser el primer ereader basado en mirasol, a salir este año, porque no estaba del todo satisfecho con los resultados. Esto puede tener muchas lecturas, y la mía es que el tipo quería una pantalla que pudieran comprar uno de los grandes fabricantes con la seguridad de dar la campanada y dejar a la competencia muy atrás. Ese no fue el caso, y podría ser que las pantallas fabricadas hayan acabado en manos coreanas para minimizar las pérdidas provocadas por la inversión. O también podría ser que estamos ante una versión intermedia entre la descartada y la versión final que veamos el año que viene, y que sea la primera prueba de concepto con un procesador decente (un snapdragon a 1Ghz de hace un año) y Android.
Sea como fuere, es muy probable que en el próximo CES de enero en las vegas veamos dispositivos como éste, posiblemente antecedentes del desembarco que Qualcomm planea para meses después. Mientras tanto, lo que más me ha interesado del dispositivo es el uso principal con el que lo presentan: para niños. Para esos pequeños coreanos que tienen que estudiar como bestias, dada la altísima competitividad de Corea casi desde la cuna, o sin el casi.
El KR va a ser un dispositivo orientado hacia el estudio: color, interactividad... y descanso visual. No se puede decir todavía que la experiencia para la vista sea la misma que la de la tinta electrónica, pero cuanto menos se vende indirectamente (y yo me lo creo, oiga) como un adelanto sobre el actual estado de cosas, en el que se pretende que los niños estudien con pantallas retroiluminadas y se tuesten la vista a modo.
Por eso digo que muchos de los comentaristas no lo han entendido en absoluto. ¿Caro? ¿Han oído hablar de la curva de adopción? ¿Batería insuficiente, comparada con un ereader basado en tinta-e?
Tengo la impresión de que clamo en el desierto pero, si me callo, exploto: un señor tablet es como denomino a un dispositivo que combina las ventajas del LCD (fluidez, velocidad de refresco, color) con las de la tinta-e (autonomía, descanso visual), sin más inconvenientes temporales que el precio inicial, que no va a ser barato. No se trata de un tableto, basado en tecnologías de 20 años, ni un ereader, fabuloso para leer pero para nada más, o casi. No, se trata de una auténtica revolución, de una respuesta a necesidades reales mucho más óptima que las preexistentes.
Tal y como están las cosas, creo que la mejor solución para los estudiantes, sobre todo si son niños, es un ereader. Antes que la interacción está su descanso visual, y os recuerdo que estudiar es ante todo leer, hora tras hora, amén de hacer esquemas y ejercicios. Pero vaya, si además de ese descanso visual el estudiante puede llevar a cabo más operaciones, mejor que mejor. Mejor, sobre todo, si se puede configurar el dispositivo para que se centre en las operaciones de estudio y dificulte, o al menos obstaculice, volar con webs o con apps fuera del estudio.
Evidentemente, 300$ no son una broma excepto para muy pocos. Pero cómo será la presión mediática, que 150$ más parecen menos cuando se comprueba lo poco que se cuestiona el uso del iPad para el estudio. El precio, una vez más, se nos demuestra como un elemento intersubjetivo, un símbolo con el que se expresan los valores culturales asociados al producto.
El Kyobo Reader, al final, es para mí una llamada a la reflexión antes que nada. Las reacciones que ha despertado demuestran que la presión mediática y social hacia algunos tabletos influyen de manera muy considerable y negativa en la percepción del sector entero de las tecnologías personales y en las decisiones de compra e implementación. Pertenece a la misma categoría que la compra de iPads para los nuevos congresistas que acaban de ser elegidos, y demuestra como la moda está provocando percepciones y decisiones subóptimas a diestro y siniestro.

Cada día me doy unas vueltas por la blogosfera tecnológica y comento lo que me llama la atención con los colegas. Aquí pretendo hacer otro tanto. Algunos de los temas reincidentes serán Tablet PC y e-ink, y ya de antemano espero que los espíritus sensibles no se lleven las manos a la cabeza si con peor o mejor fortuna explico de forma llana algunos de los temas que trate, porque lo que pretendo es que esto no lo lean sólo los frikis, geeks y demás gentuza como yo.
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