domingo, noviembre 20, 2011

Es necesario recordar la diferencia entre WYSIWYG y WYSIWYM

Corren los felices años 90. La década anterior, la del final de la movida madrileña, el apoteosis del Metal y del jaco, ha marcado la entrada del ordenador personal en algunas empresas y domicilios. ¿Y cómo logró entrar el ordenador en las empresas? Pues gracias a tres utilidades principales: el procesador de textos (WordStar y Wordperfect, en aquellos años), la hoja de cálculo (Lotus 1-2-3) y la base de datos (dBase III y clipper. ¿Os acordáis, carrozas?). Los dos últimos eran innovaciones netas, mientras que el primero ofrecía unas ventajas tremendas que hoy damos por supuesto: editar, borrar y modificar un texto de forma ilimitada, y almacenarlo en un medio que permite recuperarlo posteriormente.


Aún con estas revolucionarias ventajas, el procesador de textos no pudo sustituir a la máquina de escribir durante los años 80. Hubo un período de transición en el que las ventajas de los primero procesadores de textos eran suficientes para algunos usuarios, pero otros no acababan de sentirse cómodos con interfaces como la de arriba. El abandono de la máquina de escribir por el procesador de textos se debió, entre otros, a dos factores:
  1. El procesador de textos se integró dentro de una Suite Ofimática. La integración de interfaz y de datos entre sus componentes permitía que la curva de aprendizaje se combinara y fuera más sencillo aprender el uso de los productos, dado que los atajos de teclado, la posición de los menús, y la propia interfaz a base de menú principal + menú contextual + atajos era común. Y sí, aunque no os lo creáis, en algún momento tuvisteis que aprender a utilizar Office. Y también, Spain is different: nuestros atajos de teclado son los únicos en todo occidente que se saltan las convenciones (control+a, control+i, control+b...)
  2. La metáfora visual WYSIWYG alcanzó su primera madurez. What You See Is What You Get, lo que ves (en pantalla) es lo que obtienes (en papel). Esto es sólo parcialmente cierto, porque la impresión en papel no siempre queda exactamente igual a como aparece en pantalla, pero es suficientemente cierto: el último obstáculo para los usuarios recalcitrantes de la máquina de escribir desaparecía, al ver en sus pantallas "lo mismo" que veían cuando daban a Archivo, Imprimir.

El problema de WYSIWYG no fue inmediato de ver. Todo lo contrario, fue un avance decisivo, y no estoy siendo irónico. Fue decisivo por lo que aportó a que los PCs entraran en empresas y domicilios, antes de la penetración de Internet y el navegador. El problema es obvio ahora, entrado el siglo XXI: WYSIWYG nos sigue atando a la forma de trabajar con las máquinas de escribir. Sí, a esos aparatos que ya no se fabrican en ninguna parte del mundo, que no permitían editar, borrar y almacenar los textos.

Lo más curioso e irónico es que la respuesta a este problema nació el mismo año del lanzamiento de Office 95. En ese año, Matthias Ettrich a sus tiernos 23 añitos lanza la primera versión de LyX, lo que sería la base para lanzar KDE y Qt para Linux un año después. En el caso improbable de que el eloi-gurú leyera este párrafo, es evidente que me volvería a tachar de friki, porque mentar a KDE o LyX (o siquiera Linux) te contamina y te hace merecedor de esa etiqueta.

A lo que voy, LyX fue el primer procesador de documentos que evitó por completo la metáfora WYSIWYG, rompió sus cadenas digitales con la máquina de escribir y ofreció una respuesta lógica al problema de representar visualmente un texto mientras lo estás produciendo y editando.

La primera impresión que produce LyX cuando lo empiezas a usar (lo que es altísimamente recomendable) es de limpieza: la interfaz es muy espartana, aparentemente con pocos elementos de trabajo. Al empezar a trabajar con él es cuando surgen las sorpresas: si pulsas más de una vez seguida a Intro o la barra espaciadora no sucede nada, no es obvio cómo cambiar las fuentes...

No es un bug, sino una feature: se trata de que rompas con el uso de la máquina de escribir y te concentres en la creación del texto. No es la primera vez que lo digo, pero lo cierto es que WYSIWYG trajo un efecto espantoso para la creatividad y el uso del tiempo de muchos de los usuarios de este tipo de procesadores de texto, Word incluido - fomentan dos tipos de operaciones que colisionan sin remedio, las del escritor y las del tipógrafo. A la vez que estás creando tu texto, existe la tentación constante de llevar a cabo distintas operaciones tipográficas, y tanto es así que el procesamiento de texto se lleva a cabo de forma completamente manual, a menos que se conozca mínimamente bien el producto: los títulos de sección, por ejemplo, se generan aumentando el tamaño de la fuente en vez de emplear estilos.

LyX le da la vuelta al concepto. Por una parte, privilegia por completo la redacción sobre la preparación del documento, porque después de definir inicialmente qué tipo de documento se pretende crear (un artículo, un informe, un libro) y se toman algunas decisiones sobre su formato, la interfaz de LyX te permite concentrarte en escribir, al no ser inmediatas las operaciones tipográficas y al resaltar, por lo aisladas que están de la interfaz principal, la forma en la que colisionan con la escritura.

Por otra parte, el elemento al que se da más valor después del texto "puro" es su estructura: su organización en partes, capítulos, secciones, subsecciones, subsubsecciones y párrafos. No sólo importa lo que se dice, sino cómo se organiza lo que se dice. De esta manera, se fuerza al autor a pensar en una organización de las ideas que ayude a su transmisión eficaz, a que el futuro lector no se pierda (o se pierda menos) y le sea más sencillo usar el documento como herramienta.

Esto se puede hacer en Word, OpenOffice o LibreOffice (o abiword, pongamos). Pero su tentadora metáfora WYSIWYG provoca que muchas veces la forma, el continente del texto, nos distraiga del contenido y de su estructura. De cara tanto a la productividad como a su resultado final, un procesador de documentos basado en WYSIWYG es decisivamente superior comparado con los productos que siguen encadenados metafóricamente a la máquina de escribir.

Lo triste del caso es que WYSIWYM ya no puede alcanzar el éxito. Estos productos estaban centrados en romper con la metáfora de la máquina de escribir para producir mejores y más hermosos textos destinados al papel o a PDF, que viene a ser lo mismo. Pero esta segunda década del siglo XXI es un tiempo en el que el papel está tomando el camino de la máquina de escribir, lo que es una buena cosa. Aún si se descubre a LyX y sus bondades, producir textos en papel no es ni remotamente tan importante como antes.

Pero es triste hasta cierto punto, porque sus lecciones principales permanecen. Yo manejo LyX con mucha menos frecuencia que antes. De hecho, lo manejo en los momentos previos a un entregable o al informe final o equivalente: para producir de forma rápida el resultado final que va a llegar a manos del cliente en papel y en PDF. Antes de esto, las más de las veces he trabajado en editores más simples: sobre todo VIM, pero también Jota en Android, o editando directamente en dokuwiki, que es el producto que empleo para documentar mis proyectos.

Decía que las lecciones principales de LyX y WYSIWYM permanecen. Para mí han sido dos: por una parte, la importancia de escribir a partir de la estructura. En muchas ocasiones defino una estructura esquelética, sin poblar con texto, y desarrollo a partir de ahí. En todos los casos, escribo con el flujo de las ideas convenientemente atado a la estructura, pensando todo el tiempo en que sea inmediato y cómodo de seguir. Por otra, después de sufrir como un perro en mi punto álgido de uso de procesadores WYSIWYG que fue mi tesis doctoral (defendida en 2004), la inmensa cantidad de tiempo que perdí innecesariamente en su redacción me llevaron a un convencimiento que he mantenido hasta hoy: si se quiere ser productivo al escribir, hay que trabajar con la herramienta más limpia que te puedas permitir. Un editor de texto plano, si se puede. Aquí dokuwiki colabora dado que los elementos tipográficos y estructurales se introducen mediante sencillas convenciones de texto, tales como **negrita** y ====subsección====. En cualquier caso, eliminar todo lo que te pueda distraer y que no sea esencial para el trabajo.

En cualquier caso, no se puede ser optimista: los productos WYSIWYG han alcanzado tal implantación durante tantos años que han generado fortísimas inercias de uso y es complicado que ni siquiera una minoría de usuarios vaya más allá de ellos. Tanto es así, que la innovación más reciente, los procesadores de texto online, continúan con esta metáfora. En este sentido, la evolución de Google Docs me resultó deprimente, porque su renovación se concentró en buena medida en la intensificación del uso de la metáfora WYSIWYG, conectando el uso de un editor online con el de la máquina de escribir, que ya hemos abandonado hace 20 años.

11 comentarios:

  1. "Spain is different: nuestros atajos de teclado son los únicos en todo occidente que se saltan las convenciones"
    No es exacto, te recomiendo que mires la interfaz italiana de Office: es aún más diabólica que la española, casi al nivel de eMacs. Aunque sí, reconozco que la mayoría de interfaces de Office no tienen los atajos de teclado localizados del inglés.
    Porque solo es eso, un localizador con exceso de celo que en su día dijo si "Open" es "Abrir" y el atajo de "Open" es "Ctrl+O", entonces "Abrir" es "Ctr+A". Pues no, Ctrl+A es "Seleccionar todo", de toda la vida de dios. Es lo que pasa cuando la supuesta lógica se pone por delante de la tradición y de la reutilización. Si tienes que aprenderte atajos de teclado que desconoces, te da igual que tengan sentido o no, te los tienes que aprender; y si puedes reutilizarlos en otro software, mejor que mejor. Hoy ya es demasiado tarde para rectificar esta situación, pero estaría bien que dejaran editar los atajos de teclado al gusto o, mejor aun, habilitar una opción "Utilizar los atajos de teclado del inglés".

    Personalmente, cuando tengo que escribir, prefiero usar Notepad++ para, al igual que tú, concentrarme en escribir. Luego, cuando tengo que dar formato a lo que escrito, ya uso Word. Y sí, señor, aprovecho los estilos, aunque no tanto como debería. Me está llamando la atención LyX, voy a darle una oportunidad o dos. Creo que para dar formato a ebooks tiene que ir de lujo: me recuerda a BookDesigner, pero bien hecho.

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  2. Los estilos de las suites ofimáticas son un gran desconocido. Yo no lo conocí hasta que me topé con un libro llamado Writer para escritores, que enseña a usar Open/LibreOffice como dices, centrándote en el texto. Y es a partir de entonces cuando estoy trabajando cómodamente.

    Es una calamidad encontrar párrafos separados por una línea en blanco, o un título hecho sólo poniendo la letra más grande. Formatear un documento con más de 10 páginas se convierte en un trabajo titánico. Yo por suerte he aprendido antes de meterme a hacer trabajos serios.

    Estoy de acuerdo contigo con respecto a LyX. Hace poco lo he estado usando, junto a LaTeX. Con LibreOffice puedo exportar a EPUB con buenos resultados. Pero es bueno conocerlos por lo que comentas: aprendes la lección de centrarte en la estructura.

    No sé si ya has escrito sobre DocuWiki, pero es un tema que me interesa. Me lo han recomendado para tomar apuntes en clase, aunque yo sigo un método parecido: texto plano con sintaxis Markdown y luego paso un conversor para tener mi trabajo centralizado en LibreOffice Writer.

    Aprovecho este comentario para felicitarte por tu blog. Lo sigo desde hace un tiempo y me resulta muy interesante.

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  3. Pepe Ariasdereyna3:01 p. m.

    l apego a la maquina de escribir y al teletipo siguen tan arraigada que resulta casi imposible inhibirse de su influencia. En los editores de texto mas básicos sigues utilizando los formatos de escritura de los teletipos, igual que el formato de impresora también pueden y deben ser superados.

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  4. Hace algún tiempo que no utilizo un editor WYSIWYG para "parir" cosas.
    Como después pierdo demasiado tiempo formatando, etc., estoy pensando intentarlo directamente com LaTeX. 
    Soy "de letras". No sé si será "mucha arena para mi camioneta" (como decimos em Portugal).
    Saludos
    Álvaro I.

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  5. +1000, jordi. Qué buen detalle, no tenía ni idea de los atajos italianos.

    LyX ahora no es un infierno para instalarlo, va todo como la seda y es una puerta muy buena para acercarte a LaTeX de forma indolora. En sí mismo es un producto muy maduro y acojonante para preparar libros u otros documentos en PDF, y una y otra vez te acabas dando cuenta de que, a casi cada necesidad de proceso documental imaginable, algún morlock pensó en ella en los últimos 25 años (de existencia de LaTeX) y generó una solución libre :)

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  6. Gracias por tus felicitaciones :). Te diré que aún lamento no haber tenido suficiente nivel ni tiempo en 2004 para hacer mi tesis con LyX, porque habría quedado mucho más bonita y mejor acabada. Y eso que fue decente para haberla hecho con OpenOffice, pero OOO juega en otra división cuando te enfrentas a un texto largo y complejo, aún si se emplea bien y se usan estilos.

    Dokuwiki es tremendo también. Antes había más dudas, pero ahora doku ha quedado junto a mediawiki como los únicos motores wiki libres que merecen realmente la pena, sobre todo por su tremenda biblioteca de plugins. Por si fuera poco, tienes  dokuwiki on a stick, y puedes llevar un doku completo en un pendrive que se ejecuta en un entorno windows: http://www.splitbrain.org/blog/2008-05/16-dokuwiki_on_a_stick_2008-05-05

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  7. Cierto, Pepe, y para superarlo hay que pensar en lo que estás haciendo. También hay que estar motivado, y la única motivación que encuentro realista es creerte que vas a obtener más trabajando menos :)

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  8. Álvaro, yo soy en teoría de letras también :D

    tanto LyX como LaTeX puro son soluciones fabulosas para producir textos de aspecto impecable y que te permitan centrarte en lo que escribes y no en su forma. Te aconsejaría LyX porque, una vez que te pasas sus tutoriales, empezar a trabajar con él es bastante sencillo.

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  9. Néstor C.10:05 p. m.

    Yo llevo tiempo usando texmaker, facilita las cosas trabajando con LaTeX y es multiplataforma.

    Por otro lado, lo que más uso es vim, hasta el punto que en otros editores de texto tengo que ir con cuidado para no ir dejando por ahí :w y demás.

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  10. texmaker mola. Por cierto, sabes cómo hacer para que nuestros caracteres aparezcan bien y no como folloncitos UTF en pantalla?

    Puestos, yo prefiero texnikcenter, que aunque está viejales sigue sacando del apuro si no te acuerdas de alguna instrucción LaTeX. Eso, o LaTeXVIM, que es uno de los plugins más conseguidos de cara a productividad con VIM

    Pero hay que reconocer que LateX es un poco arisco para quienes no lo han empleado. LyX es también un buen paso intermedio: en lugar de tirarte a la piscina siberiana, te mojas primero en agua templada

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  11. JohanSolo12:37 p. m.

    Muy interesantes esta entrada y la anterior de la "magia".

    Yo la verdad no fui consciente del problema del WYSIWYG hasta que no me puse a hacer libros electrónicos en fb2. (Como algunos sabréis el fb2 es un simple fichero xml con etiquetas para los diferentes efectos (negritas, cursivas, etc...) que se puede editar con cualquier editor de textos.)

    El caso es que al ponerme a trastear y dejarlo bonito me di cuenta de la porquería que dejan el Word y demás editores WYSISYG en las tripas del texto para codificar los estilos que se reflejan en pantalla. Como tengas mala suerte es una pesadilla.

    Como bonus al ponerme a hacer fb2 con OOO y las OOOFBtools aprendí a usar los estilos (necesario para que se refleje todo bien en el fb2 final) y ahora hago  absolutamente todo con estilos. Y también he aprendido a dejar la parte "no escritor" para después de escribir, pero la tentación de toquetear con el aspecto siempre es muy fuerte.

    Ahora me acuerdo del sitio donde di un cursillo de Office hace años y los maldigo por no habernos enseñado a usar estilos de texto. 

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