miércoles, diciembre 01, 2010

Numeración de páginas en los ebooks: ¿una solución?

Leo un artículo interesante en Techcrunch: why the kindle is losing me. El título ya promete, porque la autora (conocidísima en su casa a la hora de comer) afronta su relación con su ereader desde la perspectiva de lo que va a perder Amazon cuando ella deje de usarlo. Asín, sin complejos.

Lo flipante del caso es que la autora ha publicado un libro entitulado Once you are lucky, twice you are good: The rebirth of Silicon Valley and the rise of web 2.0. A la vista del post que comento, aceptaré que es una journalist en el mal sentido de la palabra.

Como decía en Buzz, esta chica no necesita un ereader sino un telesketch. Al loro con el motivo por el que Amazon la va a perder como usuaria:
So how the hell is it possible that the Kindle doesn’t have a feature as obvious as page numbers? You know what happens when you don’t have page numbers? You can’t do a basic footnote for anything you’ve read. Yeah, that’s going to be a slight problem for the college market.

[...]

Thank God I am such a dinosaur. Because footnotes from a Kindle edition have been a nightmare. I have had to either use Google books to find page numbers or, worse, repurchase them in hard cover just to do footnotes. I could have just camped out in a bookstore and jotted down page numbers, but most of these books were too obscure to be carried in an average Borders. This all sort of defeats the point of an ebook. Technology is about adding features and functionality to a thing that was limited before– not taking them away. The only way the Kindle survives in an iPad world is by appealing to hardcore readers and students. Amazon needs to fix this now.
Con un par.

En vez de contestarla yo, aprovecho un Buzz público para copiar y pegar la feliz respuesta de Jordi Balcells
Típico usuario (usuaria en este caso) que no tiene ni idea. Un ebook necesita reflow, por lo que los números de páginas pierden sentido. Es una edición distinta a la de bolsillo y tapa dura, por lo que es normal que las frases no estén en el mismo sitio.
¿Y cómo citas cualquier edición electrónica? Ebooks, URLs, entradas de blogs, hilos de foros, etc. Nada de esto tiene "páginas", ni falta que les hace.
Si tienes que citar frases exactas, las páginas no son necesarias. Para algo está la función de búsqueda en los ebooks.
Si tienes que parafrasear una idea (y en el libro de estilo de la universidad donde hice el máster no era necesario citar una página en este caso), usa las locations del Kindle o las falsas (porque son falsas) páginas del Adobe DE.
Por una parte, lo que más me gusta es que ha dado en el clavo: ¿Cuál se supone que es la función académica de la cita? Además del reconocimiento (y evitar el plagio, por tanto) de la autoría del texto de un tercero inserto en tu propio texto, estaría la de ayudar al lector a buscar la cita que has referenciado si le interesa. Y para ese caso, de lo que le estamos hablando es de un ebook: que busque la cita.

Con todo, esto plantea un problema: ¿Y si el lector sólo tiene acceso a la versión en papel? A día de hoy no es un problema baladí en absoluto, porque las bibliotecas siguen siendo en papel.

Este problema tendría fácil solución si colaborara el distribuidor de ebooks con la editorial. Pongo el caso de kindle, pero se aplica a cualquier otro ereader con formato reflowable y, por lo tanto, sin número de página.

Pongamos que selecciono una cita. En Kindle, dicha selección se almacena con metadatos básicos: dónde está en el texto, medido en las unidades propias llamadas locations. Nada complicado, porque como se conoce el número total de locations, se trata de un tanto por ciento sobre el total. Pero ya puestos, cabría un servicio sencillo, trivial si como kindle el ereader tiene conexión a Internet:

  • Se guarda la cita textual
  • Se hace una petición a Amazon para que busque la cita en el PDF original.
  • Amazon devuelve un número de página y una referencia bibliográfica completa: edición tal, año, hardcover o paperback, etc.
  • La cita queda referenciada tanto por locations como por número de página de la edición de papel.

Esta operación mejoraría la utilización académica de los ereaders, en tanto que se contaría con todas las ventajas de un formato nativo reflowable, y al tiempo se podría citar como hoy en día se sigue haciendo.

En cualquier caso, lo dicho: si el número de página física es más importante que el peso, la capacidad de llevar una biblioteca encima, la posibilidad de anotar y comentar y exportar de una tacada todas las citas para pegarlas en tu paper, lo que Sara Lacy necesita no es un ereader sino un telesketch


De hecho, creo que sería lógico que alguna/s editorial/es aprovecharan esta carencia actual y ofrecieran una solución mejorada a los estudiantes.
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