No tengo tan clara la cuestión cuando se trata de introducir PCs en el aula, y me da un poco igual que sean portátiles que ordenadores fijos conectados al pupitre. No lo rechazo, pero me atrevo a cuestionar si es deseable por sí mismo.
Si vuestro hábitat laboral no es el aula, pensad en lo que implica la presencia de portátiles conectados a Internet en vuestras reuniones de trabajo: a menos que haya algún mecanismo de control (ya sea la presión de los resultados, la mirada del jefe o incluso el qué dirán), la tentación de evadirse desde la reunión a una web gráficamente discreta es constante, sobre todo si se está llevando a cabo una presentación de algunos minutos. No sé vosotros, pero yo creo que la presencia de portátiles en la mesa de reuniones tiene que justificarse objetivamente en cada caso: ya sea aportar datos, ya sea acceder a información necesaria en ese momento, ya sea poner en común los avances que hemos llevado a cabo desde la reunión anterior. Pero no acaba de quedarme claro, incluso, que el portátil sea la solución óptima para la toma de notas en una reunión, tanto por el ruidillo del tecleo como por el hecho de que el teclado, al ser un instrumento de input que necesita de ambas manos, requiere de nosotros más concentración... que se la detraemos a la atención que prestamos sobre lo que sucede.
Sed honestos con vosotros mismos al pensaros en esas situaciones. Y ojo, como en todo tinta-e, no estoy en posesión de la verdad sino que reflexiono desde la experiencia acumulada.
Ahora trasladad vuestra experiencia a un aula, a los espacios de vuestra infancia y juventud. Pensad en:
- Que a la fuerza es menos participativa que una sala de reuniones
- En una sala de reuniones no hay profesor
- En un aula hay decenas de alumnos
- La dinámica de una clase es mucho más lineal que una reunión, porque hay que transmitir conocimientos de un extremo del aula (profesor) al otro (alumnos)
- Que exige una atención constante de los que están en ella
- Que es muy difícil de mantener, por puro agotamiento
- Que es repetitiva, y hace al exilio muy tentador... sobre todo "si no se nota"
- Que Internet "está ahí fuera", con su tuenti y su forocoches
Por lo tanto, mi conclusión es que el PC debe justificarse, y bien. Debe servir al propósito formativo e integrarse en las dinámicas docentes.
Y es algo que ni mucho menos se está cumpliendo. Ha venido la venda antes que la herida, el futuro ha venido cabalgando a lomos de portátil en lugar de priorizar metodología primero y formación del profesorado después.
Si esto es así con los portátiles, se puede decir otro tanto respecto al futuro que viene. Sin que hayan acabado de justificarse los portátiles, pueden verse expulsados del aula... por el tsunami tableto. Ya ha pasado: los sobremesa que se compraron para ciertos programas han sido relegados a sótanos ante la llegada de los portátiles de aula 2.0. Y sigo sin conocer la justificación ni de lo uno ni de lo otro.
Sin que se parta de la justificación e integración de los portátiles, se va a saltar a los tabletos. No ahora mismo, porque la crisis teóricamente impide un gasto tan tremendo. Pero es factible que ocurra, y a la presión de meter ordenadores en las aulas se suma la presión de la moda tableto, de la superioridad indiscutida del nuevo formato. Indiscutida, claro está, en el sentido literal del término.
Hace unos días leí una interesante entrada en el blog de Nate el grande: ¿El mejor argumento de los tablets como libros de texto?
En muchas ocasiones hemos leído acerca de las indiscutibles virtudes del libro enriquecido con animaciones. Empiezo a sospechar que en estos días hay una superpoblación de hechos indiscutibles. Y no sólo parece indiscutible que la animación interactiva aporta per se una ventaja educacional en todos los casos, sino que debe disputar espacio al texto en el entorno individual de aprendizaje.
Ahora, mi pregunta es: ¿Por qué dichas animaciones tienen que tener lugar en el equipo de cada alumno? ¿Por qué no basta con el proyector?
diréis "por la interactividad"
Una vez más, lo que me atrevo a cuestionar es la ventaja indiscutible de la animación interactiva. No digo que no valga, pero que tenga ganada la batalla contra el texto didacto es absurdo. Sobre todo por la conformación y estructuración de la mente de los alumnos: lo esencial de cada unidad de aprendizaje es que el alumno adquiera una estructura de ideas, un cuerpo elemental de datos que la llene de hojas y, si cabe, herramientas para poner esto en movimiento.
Llevamos más tiempo del que parece con esto del gráfico interactivo. Dejando aparte la diferencia bestial de capacidades gráficas, se lleva intentando dar salida a la imagen interactiva desde los años 90, desde el CD interactivo, la encarta y productos comparables.
¿Cómo es que un tableto va a triunfar donde no lo ha hecho un CD? ¿La diferencia estriba en el multisobo? ¿Es la pantalla capacitiva garantía de éxito?
Una vez puesta la animación en su sitio (aceptable, no dominante), la segunda pregunta relevante es el orden de prioridades. Como dice Nate el Grande, hay un problema de costos nada despreciable. Dichas animaciones, a día de hoy, son tremendamente costosas. Y cabe preguntarse por el coste de oportunidad de dichas animaciones: ¿Qué es lo que el alumno, el centro o el sistema educativo podrían adquirir con ese dinero?
Veámoslo de otra manera: ¿Han recurrido a alguna de estas maravillas interactivas los programas de excelencia que han demostrado que funcionan? ¿India? ¿Japón? ¿China, desde hace poco?
Claro que no. La excelencia no es otra cosa que potenciar la excepción estadística por medio de filtros de rendimiento. En cada etapa se exige a cotas inimaginables para nosotros, se filtra sin piedad, siguiente etapa. Claro está, la pregunta es si esto es deseable, y mi respuesta sería un rotundo no. Lo siento por los niños japoneses o chinos, pero quiero que mis hijos tengan infancia y que potencien en lo que puedan la cooperación sobre la competición. Deseo que reciban su herencia humanística y científica y que apuesten por su futuro de forma sana.
Que no se nos olvide, cabalgamos sobre hombros de gigantes. Esta obsesión contemporánea por reinventar la educación obvia por completo que con los sistemas anticuados nació el Círculo de Viena, la Residencia de Estudiantes o, en general, la producción académica del siglo XX. Igualmente, la fascinación por esta ruptura educacional deja a un lado con ignorancia culpable todos los avances previos en educación, rompiendo con modelos que, siendo como eran previos a la digitalización del aula, apostaban más por el ser humano y el grupo cooperativo.
Sea como fuere, me parece que el texto, su estructura y contenidos, no han encontrado sustituto real para la parte del león del aprendizaje. Tampoco se inventa nada nuevo al sugerir que los textos nazcan en el centro y con participación de los alumnos. Lo único que aportan a este respecto las tecnologías digitales es el coste cero y herramientas de colaboración sin precendentes. Lo "único", que siendo muchísimo, sigue bebiendo del arte previo tanto si se sabe como si no.
Por lo tanto, un dispositivo digital al servicio del aprendizaje debería estar centrado en el trabajo óptimo y productivo con textos. Como ya se puede hacer con esfuerzos nativos como Libertexto, la idea feliz que ofrece nuevas posibilidades para el texto bien enraizadas en lo bueno precedente. De libertexto hablaré más detenidamente en breve, cuando sea el momento.
Si nos centramos en los dispositivos, todo el texto precedente (del que no pienso "pedir disculpas" porque, si has llegado hasta aquí, es porque te interesa por algún motivo) me lleva a un dispositivo que se centre en optimizar el trabajo con textos. Que aligere mi espalda, que en cualquier parte me permita tener una biblioteca a mano, que me permita reutilizar con más eficiencia que el precedente analógico las notas y citas. Y, puestos a pedir, que no contribuya a distraerme, que mientras lo tenga en la mano refuerce en lo posible mi concentración en la tarea de leer y trabajar una serie de textos.
Eso ya existe, y ha alcanzado la primera madurez. Son los ereaders, los dispositivos lectores de libros electrónicos. Los dispositivos que deberían llevar los estudiantes cada día, trabajar con ellos en clase y en su casa. Los salvadores de bosques enteros, y los medios con potencial de compartir contenidos educativos sin coste entre quienes los produzcan.
Huy, lo que he dicho :)
Lo de la distracción no es pecata minuta ni mucho menos. Mientras escribía este post, Antonio Gallego marcó en su Google Reader este estupendo artículo del NYT, Growing Up Digital, Wired for Distraction. Estamos en un momento crítico en el que, pese a que detectamos que los jóvenes tienen un problema con la multitarea descontrolada y un déficit preocupante de atención
But even as some parents and educators express unease about students’ digital diets, they are intensifying efforts to use technology in the classroom, seeing it as a way to connect with students and give them essential skills. Across the country, schools are equipping themselves with computers, Internet access and mobile devices so they can teach on the students’ technological territory.Lo único que me parece relevante es si seguimos dejando hacer, si dejamos que una miopía asombrosa hacia las implicaciones reales de la digitalización del aula anule toda posibilidad de que rinda su potencial a la siguiente generación, o si tomamos cartas en el asunto.
De acuerdo con tu conclusión. En mi opinión, la clave está en abrir la mente a experimentar con la tecnología en el aula, con el objetivo de conectar más eficazmente con el alumno. Es terreno del profesor.
ResponderEliminarLlevo un tiempo trabajando con libros interactivos en formato epub. La idea base es que el texto sea el hilo conductor, añadiendo funciones que el lector activa a voluntad: acceso a notas y citas, referencias, imágenes, audio, video... Todas estas funciones interactivas están ahí, pero no molestan y no son aplicaciones informáticas costosas. Se incorporan al formato epub a través de CSS y Javascript, por lo que los propios profesores y alumnos podrían crear y/o compartir sus libros epub. Ahora estoy aplicando estas ideas a libros de enseñanza y me gustaría experimentarlo junto con alguien interesado. Podéis ver algunos ejemplos en mi página web: www.spanishclassicsbooks.com
Para combatir la distracción siempre se pueden usar equipos (sobremesa, portátiles o tabletos) controlados a distancia por el profesor. Ahora te bloqueo todos los programas y todo el acceso a Internet excepto el procesador de textos y la Intranet, o las URLs que me interesan. Premio para el alumno que consiga saltarse las bloqueos por encontrar fallos Y comunicarlos.
ResponderEliminarDe todas formas, tienes razón. En una clase normal no tiene mucho sentido que cada alumno tenga un equipo. Cuando hace falta hacer algo especial, se va al laboratorio y punto. Eso sí, debe haber suficientes equipos en el laboratorio para que los alumnos del centro no tengan que pelearse por uno.
Para la educación superior, como ya son mayorcitos, entiendo que no hace falta todo este paripé del bloqueo. Allá cada uno con cómo aprovecha el tiempo de su formación.
Curioso lo de "la parte del león", por cierto. Creía que era un calco del inglés, pero parece que la cosa ya viene de Esopo.
Trabajo en Extremadura en el proyecto de los ordenadores en el aula.
ResponderEliminarAún cuando puedo estar de acuerdo en los primeros puntos de la discusión, la metodología de trabajo se ha modificado a lo largo de 7 años para evitar todos esos problemas que tu comentas. Enumero:
* Los PC's se están quitando de las mesas y sustituyendo por portátiles. Estos están en un armario en el aula y cuando el profesor desea usarlos se sacan del armario y se enchufan a una toma de red de la mesa. De momento funcionan con baterías que cargan dentro del armario fuera del horario escolar. Ya te diré si hay que cambiarlas mucho en unos años.
Con esto se logra que los equipos sólo se saquen cuando realmente se necesiten, de modo que si no se va a dar un uso activo a los mismos no sean un elemento de distracción.
* Tuenti y Forocoches están cortados. Así como el Facebook, y todo lo que se pide. Tenemos herramientas estadísticas que nos muestran los porcentajes de uso de la red para cortar aquellas webs que destaquen en exceso y no tengan un caracter educativo. Además hay un doble filtro. Uno en la central de Mérida que corta por temática (pornografia, juegos, etc) y otro en cada centro educativo por urls. Los profesores pueden pedir la apertura de webs tanto en uno como en otro filtro.
* Los profesores tienen herramienta de control en su propio ordenador del aula. Pueden ver las pantallas de los alumnos desde su propia pantalla, emitir su pantalla a los monitores de los alumnos, bloquear ratón y teclado, permitir la impresión, emitir video y audio, etc...
* Todas las herramientas son SL y están subidas al repositorio de Debian. Se ha hecho un gran esfuerzo por integrar todo el contenido deLines Educación y todas las maquinas tienen instaladas Debian Edu o Debian modificado. Aunque aún siguen existiendo otras variantes de Linex en otras consejerías.
Que no todo es perfecto, con la instalación de PCs en la mesa el cableado fallaba a menudo y muchas veces internet no da la velocidad que con 500 o más maquinas compartiendo la conexión, pero poco a poco se va a mejor. La situación que tu comentas no debería darse en ningún aula porque se disponen herramientas para evitarlo.
Respecto a los tabletos. Yo tampoco los veo.
Errata:
ResponderEliminarEvidentemente es Linex educación, no Lines Educación, no se a que genio se le ocurrió poner juntas la S y la X, asi como la B y la V en los teclados...