Esto me lleva a tres consideraciones:
- ¿Cómo explicamos que no se extinga la fauna tertuliana en nuestros medios?
- Un problema para la web 2.0 es que la brecha digital, como diría warshauer, no es un único abismo entre el que tiene el acceso a internet y el que no lo tiene, sino que hay múltiples barreras que separan a grandes masas de población (incluidos políticos y gestores de empresa), de un uso y disfrute plenos de Internet y las TIC en general.
- La evolución de los buscadores puede ser una buena analogía del posible tránsito de web 1.0 a 2.0, si es que se da tal cosa
- Los primeros buscadores evolucionan a partir de listas creadas manualmente. Jerry Chang y David Filo crean así Yahoo.
- El crecimiento de Internet obliga a los buscadores a crecer a su vez y, durante un tiempo, conviven automatismos crecientes en la captura de información con trabajo manual remunerado.
- Google lo pone todo patas arriba, dejando atrás el factor humano directo, rastreando la red automáticamente y priorizando las entradas para cada búsqueda con su algoritmo pagerank, que mide la frecuencia con la que una página que va a aparecer en el resultado de la búsqueda es enlazada por otras páginas.
- Aún siendo automático, en realidad es un salto atrás, hacia el usuario, porque lo que mide pagerank es la decisión individual de cientos de millones de contribuyentes a páginas y webmasters de vincular sus contenidos a unas páginas y no a otras.
- Del.icio.us ofrece una plataforma elegante y versátil para volver, en cierto sentido, al punto de partida: los usuarios son los que clasifican la Red. En vez de cientos de empleados de una empresa, son millones de usuarios que trabajan tanto en su propio beneficio como en el de la comunidad y, en general, todos los que consultan el servicio. En vez de una estructura jerárquica como los buscadores clásicos, tenemos multitud de folksonomías diferentes a través de las cuales alcanzar información que otros usuarios han considerado valiosa. En vez del hipervínculo anterior, obtenido buscando folksonomy en Google y A9, 1239 usuarios escogieron esta entrada como referencia más compartida entre ellos al respecto.

De momento, y posiblemente para siempre, no se puede comparar las dimensiones de del.icio.us con las de Google: para empezar, los usuarios del primero no van a dejar de usar el segundo. Sin embargo, la evolución de los sistemas de búsqueda y clasificación de webs sigue una trayectoria de incremento constante del poder y las posibilidades de los usuarios: primero un par de usuarios deciden qué y en qué puesto; luego lo hacen unos cientos de empleados; luego, un algoritmo mide cómo los usuarios vinculan entre sí sus páginas; finalmente, una plataforma da plenos poderes a los usuarios para que clasifiquen las páginas y, además, digan por qué. Para esto, y para que ellos mismos puedan observar cómo otros usuarios clasifican y por qué, y para monitorizar ellos mismos la evolución de las clasificaciones.
... y por cierto, buena parte de este post lo he producido a partir de otra plataforma definible como web 2.0 (o que, al menos, cosecha la inteligencia colectiva con eficacia): wikipedia.