domingo, marzo 11, 2012

Qué hacía el 11-M de 2004

Acabo de leer un post que me ha revuelto un poco: 11 de Marzo, de Mahjong. Pensaba contestarle en comentarios, hasta que la digestión de su post me ha hecho cambiar de opinión y contestarle en tinta-e.

Como sabéis, la temática de este blog es la que es. Por más que haga excursiones, desde 2005 trato la tinta electrónica en sus versiones de Microsoft (tablet PC) y física (pantallas electroforéticas). La primera la desarrollo más en wintablet.info, y la segunda está en horas bajas. Pero me sigue ilusionando.

A lo que voy: el 11-M es una fecha crucial en la historia de mi país, España. Una fecha en la que mis paisanos madrileños estuvieron a la altura de las circunstancias y nuestros políticos no. Es una fecha que nos tendría que haber unido y que sólo sirvió para sacar nuestras vergüenzas a pasear. Mientras el resto del mundo miraba horrorizado cómo un grupo islámico había vuelto a actuar (llámese al-Qaida por comodidad, por más que no exista formalmente hablando), aquí se lanzaban con creciente desesperación especies sobre ETA, que con el tiempo degeneraron en la conspiranoia más demente que hemos vivido en un siglo.

Ese 11-M desperté con el rumor de las sirenas. Vivimos a unos kilómetros de Atocha, y el ruido era sólo un poco mayor de lo habitual, en el borde de la audición. Al poco de ocurrir el atentado, me llamaron de Israel. "Juan, ¿estás bien? ¿Cómo están los tuyos?"

Al par de horas, fuera ya se sabía la autoría básica. De hecho, el gobierno de entonces negó después el apoyo de los especialistas israelíes en atentados masivos. Mientras en mi trabajo de entonces seguían encolerizados por "lo que había hecho ETA", lo que contaban desde fuera, unido a que el gobierno no había declarado el Estado de Excepción y había hecho intervenir al ejército (como sin duda habrían hecho si ETA hubiera hecho algo así), me dejaban claro que era imposible que hubiera sido ETA. Días después, se escucharían "explicaciones" tan racistas como ridículas: "es imposible que unos moritos hayan organizado algo así".

En esos días estaba desquiciado acabando mi tesis. Se me acababan los plazos (el 15M) y no podría defender los 7 años de trabajo. Os podéis imaginar lo que eran esos días, a base de café y poco más mientras repasaba arriba y abajo el ejemplar casi final, cortaba los últimos cabos sueltos que no tuve tiempo de desarrollar, me aseguraba de cazar errores de todo tipo y culminaba una migración de urgencia de Word a OpenOffice, porque Word 2003 tuvo una corrupción de hoja de estilos que dejó mi texto imposibilitado de arreglo. Ahora habría sido distinto con Word 2007-2010, o con LaTeX, pero en aquellos días no disponía de esas opciones.

El año anterior, en Jerusalén, notaba cómo los árabes eran menos calurosos y amables con los españoles que en los años 90. En los cafés me decían una y otra vez, "sabemos distinguir, sabemos que no es lo mismo el pueblo español que los gobernantes, pero lo que ha hecho vuestro gobierno es algo muy malo". Ni por lo más remoto me podía imaginar que esa tensión que palpaba en 2003 se iba a traducir en el espanto de 2004.

Mientras los políticos demostraban su talla en los meses posteriores, en las estaciones el pueblo reaccionó de forma ejemplar levantando unos santuarios populares improvisados que, contrariamente a mi previsión, eran positivos, unidos donde nuestras "élites" sólo demostraban que no estaban a la altura del pueblo al que mandan. La solidaridad estaba en todas partes, los mensajes de odio al Islam eran muy minoritarios y también rechazados, y se demostraba todo lo que los madrileños sentimos por todas las víctimas de ese día.

Como demostración final de lo mucho que le importa el pueblo y la nación a nuestros políticos, tres meses después del 11-M se clausuraron a las malas los santuarios populares. La expresión de la nación "deprimía a los trabajadores de RENFE", excusándose en ellos para zanjar algo que estaba fuera del control de los políticos y que, sobre todo, mostraba unidad y solidaridad donde ellos sólo mostraban inquina, mezquindad y falta de valía. Los santuarios populares del 11-M eran el espejo en el que nuestros políticos no se querían reflejar. Además de un ridículo kiosko web en el que los visitantes "podían lanzar mensajes al ciberespacio", años después se erigió un monolito de cristal que a nadie le importa ni le dice nada.

Vergüenza, en suma. La reacción al 11-M es un símbolo perfecto de la España de este siglo: una patria que duele, como siempre, y sobre la que es muy duro conservar esperanzas.

Os dejo con dos muestras de lo que fueron los santuarios populares del 11-M y que creo que reflejan muy bien todo esto






Fijaos en el mensaje en letra más pequeña


Edito: las imágenes las obtuve cuando estaban "en pie" los santuarios populares, y están sujetas a la misma licencia que el resto del blog: CC-NC-By-SA

8 comentarios:

  1. Urbanowl8:54 a. m.

    Te equivocas. Según la sentencia del juicio, quedó probado que no fue un grupo islámico el causante de la masacre. Todavía hoy no se sabe públicamente quiénes fueron los autores (según sentencia). Por eso hay que seguir investigando y por eso es tan importante el hecho de haber descubierto hace unos días los restos de uno de los trenes que no fueron desguazados (noticia tristemente ocultada por las televisiones) y que fueron ocultados en el juicio y que el juez instructor y policía conocían de su existencia. Todavía hay muchas lagunas en el caso. No existen conspiraciones en este caso, sino el ansia de conocer la verdad caiga quien caiga. Siento que no lo veas de esta forma. Por lo demás también coincido contigo en que casi todos los políticos no estuvieron a la altura como siempre.

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  2. Está claro que pensamos de forma diferente. Pero vaya, no pretendo discutir eso: si te fijas, me centro en hablar de la reacción de los madrileños ante el atentado y la falta de talla de los políticos, en mi opinión sin excepción

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  3. No quiero entrar en polémicas sobre el tema, porque no creo que fuésemos a añadir nada nuevo que no se haya ducho ya, y también porque no sé si este blog es el medio más oportuno para ello.

    Solo quiero comentarte que la lectura del primer párrafo del post me hizo interpretar inicialmente que tu postura era radicalmente crítica hacia lo que comenta Mahjong en su blog, cosa que he podido descartar una vez leídas ambas entradas. Yo creo que la mención a la revoltura de estómago y tu decisión de contestarle desde tu propio blog y no desde el suyo apoyan esta interpretación. Simplemente te lo comento como observación, porque otros lectores han podido sentirse tan sorprendidos como yo ante esa situación.

    Por otro lado, me parece que los comentarios que he enviado a otras entradas de este blog no se pueden ver desde la versión web del mismo (yo por lo menos no los veo desde Firefox 10), aunque en la versión móvil sí que me salen. Otra observación (no exenta de algo de crítica en este caso).

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  4. Pues te habrá pasado como a mahjong: que habrás comentado por móvil sin entrar en disqus. Después del follón que tuve hace meses con el sistema de comentarios de blogger, no vuelvo a el ni de broma.

    En cuanto a la polémica, para mí no la hay: están mis conciudadanos, paisanos o no, y están los políticos al otro lado. A mí lo único que me importó y me afectó es la reacción de mi gente, tanto en el momento como en los meses que siguieron.

    Lo demás, el viejo dolor de España, que no tiene cura presente ni previsible

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  5. (Aviso a otros lectores: sigo insistiendo en el offtopic).

    Ya, pero es que cuando entras en la versión móvil, el disqus no se carga solo y nada te avisa de que tus comentarios no van a ser visibles para el resto de los lectores. Es un poquito frustrante, compréndelo. Y por favor no me digas eso que ya me han venido a decir en otros blogs: "si no te gusta lo que hay, no entres a leer o a comentar aquí".

    Alguna solución habrá, digo yo, desde mi profunda ignorancia en gestión de blogs. Y si no la hay, pienso que deberías desactivar la vista móvil del blog.

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  6. No ha sido ni ETA ni Al Qaeda... Julio Anguita dixit. Creo que puede tener razón.

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  7. Bernat Ruiz9:44 a. m.

    Juan Luis, gracias por decir las cosas de forma tan clara y concisa. Hay una falta cósmica de sentido común en todo esto. Bueno, en todo el país, de hecho.

    Así nos va...

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