martes, abril 26, 2011

Autoedición, de calvo a tres pelucas.

Hasta hace nada, la autoedición era para el perdedor: para aquél al que las editoriales no hacían ni caso y no se resignaba. Tenía facetas especialmente clamorosas, como la publicación de textos académicos. Recuerdo entrañablemente, o con las entrañas, a un simpático sinvergüenza y su pose de académico cool que, gracias a su editorialita-chanchullo, me ofrecía como amigo publicar mi tesis más barato que nadie... para mi bolsillo.


La impresión a la carta ha supuesto un cambio que, en su momento, parecía radical. Y lo era, comparado con la situación anterior. El autor ya no tenía que desembolsar una dolorosa cantidad ganada con el sudor de su frente para lograr que se imprimiera una tirada de 500, 1.000 o 2.000 ejemplares, y luego seguir sufriendo para que esa tirada se distribuyera por las librerías. No, el autor sólo tenía que correr con un moderado gasto de maquetación (o maquetar él mismo su libro usando productos adecuados, como LaTeX o LyX), poner un precio el libro a partir del mínimo que marcaba la empresa de edición bajo demanda y esperar, porque dicha empresa es la que pone en el domicilio del comprador cada ejemplar. Así pudo publicarse, por ejemplo, El recepcionista de cadáveres (Carontíada nicheana) de mi suegro.

Ahora viene el excusatio non petita: creo que las editoriales siguen teniendo un papel esencial. El editor puede apoyar al autor a la hora de transformar un libro con potencial en una obra maestra que logre el impacto deseado. Y por supuesto, las capacidades de márketing de una editorial siguen siendo esenciales a la hora de aumentar las ventas. Pero esto no quita para que las empresas de impresiona a la carta comenzaran el proceso que ha transformado a las editoriales de un cuello de botella inevitable a una buena opción.

Pues bien, leo en teleread un artículo acerca de una reacción que, si no fuera porque es americana, pensaría que es española, con nuestros habituales saltos de calvo a tres pelucas. ¿Firmar con una editorial importante es un error?

Como podréis comprobar, da cuenta de dos casos en los que se asume que los autores habrían obtenido mucho más éxito en ingresos si hubieran publicado por su cuenta en vez de recurrir a un sello editorial de éxito. Antes de seguir, hay que tener en cuenta que la autoedición de libro electrónico es una revolución respecto a la revolución precedente de la impresión a la carta. Los costes de distribución tienden a cero y otro tanto ocurre con los costes de impresión; más aún, desaparece el intermediario como figura obligatoria, y el autor puede distribuir su obra como le plazca. En lo que al precio se refiere, no tiene un precio mínimo como el caso de la impresión a la carta y puede jugar con precios muy bajos que disparan tanto las ventas como su visibilidad. Por otra parte, contar con el apoyo de una plataforma de alta visibilidad como es ya a día de hoy Kindle en Estados Unidos puede contribuir a disparar las ventas por el sistema de recomendaciones, a cambio de ceder una parte de los beneficios a la plataforma. En ese sentido, en Estados Unidos el autor ya se puede quedar con un 70% de los beneficios, aunque fuera de Estados Unidos todavía el autor se tiene conformar con un 30% de los beneficios, cantidad en cualquier caso muy superior al 10% al que podría aspirar en el mejor de los casos de una publicación tradicional.

Lo que critican los dos autores que se citan en Teleread es que, por una parte, un autor de títulos muy interesantes no aprovecha la ola de popularidad que tienen los autores autopublicados en Amazon. De manera arbitraria, se compara las ventas que tienen los autores independientes de más éxito en las listas de Amazon (ocupando ya un sorprendente 25% del total de la lista de los 100 libros más vendidos en Kindle), con las ventas que el autor ha obtenido por firmar con Macmillan. En vez de estar en los 100 primeros, este autor está en el extremo horizontal de la larga cola, en las posiciones 12.726 y 26.038 para dos de los títulos del autor que ha firmado con Macmillan.

Lo que el crítico se olvida de contabilizar son las ventas en papel. Incluso en Estados Unidos, con la explosión que está teniendo lugar con los ebooks, las ventas combinadas de papel sigue siendo más importantes. Si una editorial importante ha apostado por un autor, su potencia de fuego marketiniano le asegura ventas en papel y visibildad con ese público que prefiere el papel y que sigue siendo mayoritario.

Si este ejemplo lo es ya lo suficientemente ilustrativo del extremismo y miopía al que están llegando tan rápidamente algunos partidarios de los libros electrónicos, el segundo ejemplo va del mismo palo al tratar con displicencia tanto a la editorial tradicional como al papel
As I understand it, when you sign with Macmillan or Penguin or FSG to print your book, one of the things they do, and I’m no expert here, but one of the things they do is that they, under most circumstances, print your book. Which means people sell them in stores. And, again, I’m not an expert in anything but mediocre whiskey and quantum mechanics, this means that those sales do not count in your Kindle sales.
Dejando aparte la prepotencia con la que en este segundo ejemplo se trata a las editoriales y al papel, el gran olvidado es el lector que sigue enganchado al papel y que pasará mucho, muchísimo tiempo hasta que llegue a ser realmente minoritario. De ese lector cuya diferencia esencial respecto al lector de ebooks es su apego a un formato, apego que tiene como resultado el acceso a la mayoría del catálogo mundial actualmente disponible.

Al final, el bicho humano es el bicho humano, y no sólo en España se pasa de calvo a tres pelucas. Lo importante de estos dos ejemplos, bajo mi punto de vista, es que suponen una buena advertencia contra el exceso de entusiasmo respecto al ebook, sobre todo si implica una pérdida de perspectiva dramática. El libro sigue siendo papel, y el papel se sigue vendiendo desde la editorial al lector pasando por uno o varios intermediarios. Negar esta mayor es completamente absurdo y contraproducente. Lo que es aún peor, subordina y subyuga nuestro pensamiento y análisis a la moda del momento, que pasará en unos años y que nos dejará con cara de tonto si somos lo suficientemente honestos.

12 comentarios:

  1. Alfredo Novoa1:49 p. m.

    Depende del crecimiento de los ebooks. Si los ebooks barren a los libros de papel en 5 o 7 años entonces tendrán mucha razón.

    En Estados Unidos siempre nos llevan bastante ventaja con estas cosas.

    Está previsto que allí los ebooks superen el 50% del mercado este año. A este paso es probable que superen el 85% en menos de 5 años.

    Hace 3 años se preveía que los ebook dominarían absolutamente el mercado en unos 10 años y por el momento la previsión se va cumpliendo con creces.

    Yo creo que va a pasar algo muy parecido a lo que pasó con los CD de música.

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  2. Alfredo, ahora NO tienen razón y pecan de la soberbia con la que culpan a los editores.

    Un libro es un libro, independientemente del continente, y hay que tener en cuenta a todos los lectores.

    Finalmente, un libro es un tipo de contenido muy diferente a un LP de música moderna. Exige mucho más (tiempo, dedicación) que un LP. Se consume de manera diferente, y el perfil del lector compulsivo es diferente al del oyente de música moderna que compra(ba) LPs a saco y terminó saltando al P2P

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  3. Kovanschina4:46 p. m.

    En mi entorno profesional ( enseñanza) los devoradores de libros ( lector compulsivo) han pasado todos al ebook...por un simple problema económico: no hay economóa modesta que resista una o dos novelas semanales a 20/30 €.

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  4. Kovanchina4:47 p. m.

    ....no hay economóa modesta que resista una o dos novelas semanales a 20/30 €.

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  5. Alfredo Novoa4:54 p. m.

    Yo veo muchas similitudes entre la industria de los libros y de la música. Si cambias libros por discos y editores por productores tu entrada podría pasar perfectamente por un artículo sobre la industria de la música de hace 6 o 7 años.

    Y eso de que un libro exige más pues depende. Hay gente que se pasa años preparando un LP y gente que escribe una novela rosa o de vampiros por semana.

    Yo antes compraba bastantes libros y me he saltado al P2P, como la mayoría de poseedores de lectores electrónicos que conozco.

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  6. No sólo las industrias musical y del libro son diferentes, sino que las resistencias del lector a abandonar el papel no se han dado a esa escala con el vinilo o la radiocassete de las shangri-las o las ronettes. Piensa, para empezar, que un libro es contenido independiente, que no necesita de un aparato como un ebook.

    Yo llevo toda mi vida comprando libros y quiero seguir comprando ebooks

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  7. hombre, están las bibliotecas, las ediciones de bolsillo... pero sí, conforme se asiente el ebook y las ofertas a menos de 5 euros, la cosa cambiará drásticamente.

    Los ebooks más caros que la tapa dura van a ser un breve destello

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  8. Alfredo Novoa5:24 p. m.

    Pues esa resistencia no se ve mucho en las estadísticas. El declive del libro de papel no está siendo más lento que el de los CD y DVD.

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  9. Y una de los ejemplos de que a pesar de todo lo que anuncian a bombo y platillo de la supremacía de los ebooks, al libro en papel todavía le queda, es que Amanda Hocking, que se ha hecho famosa autoeditándose y alcanzando el número 1 en ventas en Kindle, hace un mes o así anunció que firmaba para editarse en papel con una gran editorial. Su principal motivo: quiere que la lean, y hay muchos lectores potenciales que no la conocen porque no publica en papel.

    Las ventajas del lector electrónico son claras si eres lector voraz de novela (poco espacio en tus estanterías, aparte del dinero que inviertas) en una gran ciudad (mucho tiempo en desplazamientos en transporte público que te permiten invertir tiempo en lectura), pero el perfil mayoritario de lectores es gente que lee principalmente en casa, con un ritmo de lectura de un libro cada 2-3 semanas o más. En este punto las ventajas del lector electrónico no son tan evidentes, la inversión en libros no es tan importante, sobre todo si te suministras también en la biblioteca o con intercambios con conocidos, con libros de bolsillo de los que te desprendes una vez has leído, el espacio no es tan problemático.

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  10. Totalmente de acuerdo que las editoriales buenas tienen buen marketing y ventas, y un buen marketing y ventas es esencial para conseguir vender un libro, a no ser que seas muy muy muy buen escritor(que la gente que empieza no suele ser, aunque hay gente muy buena). Un buen copywriter sabe como enganchar a quien anda buscando algo por Internet y venderle lo que sea.

    La diferencia es que ahora puedes subcontratar a un buen experto en marketing, al igual que puedes contratar a un buen fotógrafo para hacerte la portada y no tienes porqué ceder tus derechos a nadie. Es un coste fijo no muy grande, en lugar de variable.

    Ahora puedes además no incurrir en él, con una portada mediocre, y un marketing mediocre e ir empezando poco a poco.

    Por otra parte te ahorras los costes no monetarios ENORMES de tener que convencer a otras personas(de las editoriales) para que lean tu libro, esperar a que te den consentimiento(a veces meses), llamar, insistir, sentir como juegan contigo como una marioneta(ya que dependes de ellos ellos utilizan "games" para que bajes tus pretensiones),negociar un contrato e ir a firmarlo(leer las clausulas, consultar con alguien que sepa porque en eso estás verde y pueden querer engañarte). Ese tiempo lo puedes dedicar a tu libro.

    Es curioso que una de las cosas que aprendes en ventas es que la gente prefiere una portada mediocre y tolera bien que no seas un experto cuando empiezas, siempre y cuando no intentes ocultarlo. La gente odia por ejemplo que una persona o dos redacten en lenguaje "aburrido empresa" su página web cuando no son nadie y ellos pueden identificar que no son nadie. No es tanto que no seas nadie sino que intentes hacerte pasar por quien no eres.

    A la gente le encanta ayudar a los que empiezan, y el sentimiento de "haber encontrado" a alguien nuevo desde abajo.

    Por supuesto que empezar es lo más duro y no se lo regalan a nadie, pero ahora es más fácil que nunca.

    Datos en el mercado americano, ebooks son el 27% y subiendo:
    http://www.publishers.org/press/30/

    Mi madre y mi padre(que tienen muchos años) están empezando a usar un lector de libros electrónicos. Mi madre es el indicador que utilizo para saber cuando ha llegado algo a las masas . Hace un tiempo dijo: "en el metro vea a mucha gente usando ese cacharro, yo también quiero uno". Se lo compró sin que nadie la presionara.

    Mis padres se pueden representan como conservatives-laggards en cuanto a tecnología se refiere:

    http://blend.gatewaycc.edu/blogs/webteam/archive/2008/06/02/keeping-perspective-when-it-comes-to-quot-new-and-cool-quot.aspx

    No creo que exista razón para leer libros normales en el momento que los ebook muestren video y color en luz ambiental, aparte de que se vayan "descubriendo" nuevos usos de los ebooks, no sólo copia de papel sino que lo supere con mucho usando las capacidades de los ordenadores. En Internet se pueden ver las primeras películas, por ejemplo viaje a la luna : "Le Voyage dans la Lune" de los hermanos Méliès. En esencia eran teatro, con el tiempo crearon un nuevo género con nuevas capacidades(rodar en varios lugares,decorados reales, doblar sonidos, música sin músicos...). A los documentos electrónicos les pasará igual, no sólo añadiendo hiperlinks.

    La mayor parte de la gente se va a ver obligada a usarlos por trabajo porque sencillamente es mucho más práctico, y el resto no compran gran cantidad de libros.

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  11. http://vimeo.com/15112974

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