Sí, amigos. El primer ereader basado en la fabulosa tecnología de pantalla de LG con sustrato plástico y que se puede doblar. Tres meses después del anuncio de The Verge, lo que resulta toda una raya en el agua respecto al triste panorama habitual en nuestro sector de la tinta electrónica, donde los que más atención obtienen de los medios especializados (como pixel qi) van rellenando los semestres con sucesivas y cansinas variaciones respecto al "esta vez sí que vamos a sacar un producto rompedor".
Para empezar, la capacidad de doblarlo. Eso nos habla a todos de la posibilidad de llevar en la mochila, bolsa, bolso o incluso bolsillo grande el dispositivo sin protección, y sin miedo a que casque con gran dolor para el bolsillo (o con mucho menos miedo). Para continuar, precisamente por no necesitar funda nos baja el peso a menos que el de muchos móviles, 110 gramos.
La verdad es que el autor del post es bastante llorón. Que si no llega a los meses de autonomía del último kindle, que si no implementa Adobe Digital Editions ni ningún otro DRM... personalmente, encuentro que no emplear Android es un acierto. Se puede generar una interfaz mínima directamente encima de un kernel y gestor de ventanas ultraligero de Linux, sin necesidad de cargar con el muerto de Dalvik. ¿Que es muy limitado y vale sólo para leer?
Vale. "Sólo".
Efectivamente, el comprador de este dispositivo se va a comprar una pantalla para leer. No un medio para comprar ebooks. Que cada uno saque sus conclusiones.
Yo me siento como un colchonero (seguidor del atlético de Madrid) y no como el merengue (seguidor del Real Madrid) descreído que soy, si me pienso respecto a los ereaders. Lo de ser del madrí me viene de lejos y me resulta inevitable, por más que abomine de forma creciente del fútbol. Pero respecto a los ereaders, he venido al mundo a sufrir cual colchonero de pro.
El Flex One es tan, tan, tan ligero que la batería no da para sostener un USB host. No hay forma de conectarle un teclado. Imaginaos un teclado ultrarresistente (fácil de hacer) y algo como el flex one, con batería y circuitería que soporten USB host. Podríamos escribir en cualquier parte, sin miedo a que se rompiese. Sería la herramienta de escritura definitiva.
Ayyyyyy...