Primeras impresiones de uso de mi AlphaSmart Dana

Hace medio año, Ricardo Villalba se puso en contacto conmigo para darme a conocer el AlphaSmart Dana. Más aún, tuvo la amabilidad de escribir una serie de post para tinta-e (1, 2, 3, 4) y de responder a las preguntas que sus post despertaron en los lectores.

Ricardo contactó conmigo porque tengo una misión: como sabéis, llevo tiempo buscando una solución eficaz para la máquina de escribir digital, un dispositivo

• al menos tan cómodo para leer y escribir como un ereader actual
• portable y razonablemente resistente
• de larga autonomía, superior a un día

Mis ideas se centraban en hacks de distinto tipo, en conectar un ereader o un señor tablet (un tablet con pantalla no retroiluminada, que básicamente nadie ha tenido cojones de sacar al mercado) a un teclado por USB OTG o por bluetooth. Lo de máquina de escribir digital refleja mi idea de centrarme en escribir y leer, pasando muy mucho de todo lo demás. Tanto para parir proyectos como, sobre todo, para escribir mis paridas, necesito con urgencia creciente pausas y espacios que me aislen y desconecten, y la carne es débil. Ya sabéis a lo que me refiero. 

En escasos pero existentes sites se habla de un ewriter, en oposición terminológica a un ereader: un dispositivo que se base en tinta-e, en ese papel digital tan amable para nuestros ojos. Después, hay una división fundamental en el reducido campo que nos ocupa: los puritanos, que queremos escribir y leer, y los que también les gustaría hacer más cosas con los ojos descansados, como navegar, leer el correo, etc. Pa gustos, colores, y hay gente pa tó. Incluso hay privilegiados que leen hora tras hora en pantallas retroiluminadas sin que se les canse la vista.

En cuanto lei los extensos y ricos posts de Ricardo, lo tuve claro: quería un alphasmart. Tanto un alphasmart dana como un alphasmart neo, lo que pillara. Lo malo es que tampoco manejo tanto presupuesto como para zumbarme 150 euros comprándolo al importador, así que recurrí a un plan B que correos y el gobierno están poniendo en cuestión. Más acerca de eso enseguida.

El plan B era comprarlo por ebay. El problema es que, en este caso, no es algo trivial: los productos alphasmart tuvieron cierto predicamento en torno al cambio de siglo en escuelas americanas, pero están de capa caída y no son fáciles de encontrar. O peor y más frustrante: son fáciles de encontrar pero el particular gringo, o el gringo particular, no vende fuera de USA.

Sólo me quedaba una alternativa: suscribirme a los anuncios de gente que vende productos alphasmart en ebay. Por si alguno no lo sabe, puedes guardar una búsqueda en ebay y suscribirte por email a los anuncios nuevos que coincidan con esa búsqueda. Y ahí empezó la caza del neutrino.

Talmente como la caza de esa escurridiza partícula, ha llevado su tiempo. Concretamente, hasta hace casi un mes, diría que 4 meses. 4 meses en los que todos los días he recibido un resumen con los nuevos anuncios de venta de un producto alphasmart, que o no se enviaba a España o se enviaba a piezas canibalizadas, o costaba casi lo que nuevo.

Como estoy en una misión, no fue tan dura la espera. Finalmente, 50 euros me separaban de adquirir el dana con el que estoy escribiendo este post. Cuando llegó a mi casa, me esperaba el último obstáculo: correos se han puesto duros con el tema aduanas y el cartero me entregó una orden de pago por 24 euros de derechos de aduana. Al loro, que comprar en USA por ebay puede dejar de ser lo que era.

Y aquí estoy. No es perfecto. En posteriores posts redundaré en lo dicho por Ricardo: el ángulo de visión de la pantalla no es perfecto y hay que buscarse la vida con los reflejos. Pero es maravilloso: tres pilas AA te permiten escribir con toda comodidad para tus ojos durante días, y sólo puedes escribir. Cuando quieres hacer algo con el texto, lo pasas por medio de una tarjeta SD o, mi método preferido por su überfrikismo, conectando el dana por USB y dejando que el dispositivo simule pulsaciones del teclado real del PC, pasando los caracteres con frenesí de los 90.

Además de lo dicho, y de lo que me queda por decir, me hace volver a mi pasado. Me hace volver al 98, cuando este dispositivo con Palm OS 4 no era obsoleto (mucho menos, deliciosamente obsoleto) y me habría sido brutalmente útil tanto haciendo trabajo de campo en Jerusalén como escribiendo mis papers de postgrado. Porque, amigos, en 1998 yo no tenía portátil y tuve la suerte de que pude rescatar de la basura un PC XT y escribir mis papers con edit.

Otro momento aún más tremendo fue cuando me pegué un viaje de un verano entero a Jerusalén, en 2003, para reencontrarme a mí mismo después de una ordalía particularmente dura. Caminaba sin cesar, todo el día, y cuando no podía más sacaba una palm V con un teclado extensible para escribir lo que me había pasado y me había pasado por la cabeza ese día. Funcionaba, vale, pero el dana es mucho más cómodo y completo para escribir. Y, como en aquel entonces, yo sólo quería escribir.