Como decían Les Luthiers, "¡Qué coinsidensia!"
Al poco de salir noticias sobre el fusion writer, me empezásteis a mandar información sobre el Hemingwrite, otro proyecto de e-writer mucho más sólido que el fusión writer... pero que me provoca reacciones encontradas
La primera noticia que me mandaron
fue de Xataka, que lo llama "una máquina de escribir diferente", y la verdad es que es una buena descripción.
Los que me leéis desde hace tiempo, sabéis que lo que ando buscando es "una máquina de escribir". Una máquina que no desgaste mi vista (más de lo que ya está fastidiada), y que me permita escribir sin distracciones. Parecería que el Hemingway cumple con esas premisas, pero...
... pero lo cierto es que no soporto el hipsterismo. No soporto cuando el diseño se antepone a la función, para empezar porque la función en un dispositivo es la que define su belleza ante mis ojos. Por ejemplo, un teclado IBM serie M es bello por lo que es, el culmen de la perfección de los teclados.
Y lo que vemos aquí es diseño anteponiéndose a la función. Los creadores hablan de un entorno libre de distracciones, pero para eso basta y sobra con un editor de texto como el que uso para escribir este post (en este caso, como es Android, un clon de ed llamado Jota que creó un japonés muy amable). Para ese viaje, no hacen falta esas alforjas, esas palancas steampunk, neogóticas o como las querramos llamar. Aumentan el coste de manera absurda, y de hecho se coloca parte de la carcasa tapando la pantalla e-ink para que simule ser una segunda pantalla elíptica.
De acuerdo, es su invento y hacen lo que quieren. Si veo algo de sentido a mi crítica, es exponer otra forma de hacer las cosas, anteponer la función a la forma y optimizarla para que sea un verdadero placer escribir en cualquier parte.
Hay un ejemplo previo. Un ejemplo que funcionaba magníficamente bien, pero que es tan antiguo que presenta serios problemas de compatibilidad
Os invito a que repaséis tanto el magnífico trabajo de Ricardo Villalba como mis propias experiencias con el Dana.
Efectivamente, el Dana es un producto del pasado. Se nota por usar Palm OS 4.1, así como por el diseño del teclado. El primero es problemático por lo que implica ponerlo a trabajar con PC modernos. Lo segundo... es una ventaja. El tacto es realmente bueno y cómodo para trabajar. En mi opinión, muchísimo más adecuado que los teclados de chiclet modernosos.
Y lo cierto es que Palm OS acaba siendo también una ventaja, porque su software es tan limitado hoy en día que te fuerza básicamente a escribir y ya está :).
En otras palabras, se tiene lo mismo con el AlphaSmart Dana que con el HemingWrite, pero es "anticuado" en lugar de "vintage", lo que nos habla mucho del daño que las modas y el diseño hacen a la tecnología funcional para quien no se protege.
En teoría, ofrecerá seis semanas de baterías (en semejante carcasa cabe un peaso de batería, aunque por otra parte nos va a dar un interesante problema de peso). Sincroniza con evernote y google docs, lo cual está bien pero no es óptimo: si no quieres distracciones y eres un talibán, lo suyo es emplear un editor de texto simple y lo demás vendrá por añadidura. La pantalla no está claro de qué generación de e-ink es, pero por otra parte tiene iluminación para currar por la noche.
Por cierto, ya que nos ponemos vintage y tal, lo suyo habría sido que pudiera funcionar con pilas. Pilas como las que se compran en medio mundo, y que podrían darle una autonomía básicamente ilimitada. Y como es vintage, nada de mencionar alimentación solar, que le iría al pelo. Aunque, por otra parte, el efecto fotovoltaico fue la razón por la que le dieron el Nobel de física a Einstein en 1924
Una cosa que me encanta del hemingwrite es que usa un teclado mecánico con actuadores Cherry MX, aunque no dice de qué color (qué resistencia y tacto). Quienes usamos teclados mecánicos con actuadores Cherry sabemos que no hay nada que se pueda comparar. Pero, por otra parte, lo cierto es que se puede comprar un teclado bluetooth mecánico y conectarlo a un dispositivo como el Onyx T68 que
os comenté hace poco.
¿Problema? Ya no sería vintage. Sería más barato - ¿os pensáis que semejante carcasa va a salir barata? Es para hipsters a los que les quema el dinero en el bolsillo - y sería más funcional. Pero no sería de diseño, quedaría hasta "de pobres" colocar el ereader y un teclado dentro de una carcasa en la que fuera cómodo escribir encima de las piernas.
El diseño, como digo, está haciendo mucho daño. El metal es in, el plástico es out, pese a que tenga mucho más sentido emplear policarbonato que aluminio para carcasas (a menos que nos pongamos serios, como con los equipos panasonic Toughbook o los Getac, pero entonces no hay esbeltez ni diseño hipstérico, sino mazacote postsoviético. El que repaso es un caso extremo de diseño anteponiéndose a la función, y lo peor es que se olvida de la función:
un eWriter es un dispositivo destinado a escribir.
Sin distracciones, vale, pero sobre todo en cualquier espacio, al aire libre o en edificios, y sobre todo sin cansar la vista. La tecnología empleada le permite una autonomía enorme, vale, pero ante todo de lo que hablamos es de descansar la vista y, por ello, poder estar más horas escribiendo.
Ojalá que les salga bien. No seré uno de sus clientes, pero es perfectamente adecuado que los que anteponen forma a función dispongan de un ereader. Pero sigue siendo un completo desastre que todos los demás no podamos disponer de un dispositivo ligero, resistente, centrado en una pantalla e-ink de alto contraste y con un buen teclado.