
Un lector (humano) de ebooks nos muestra de manera ingeniosa la ventaja que tienen los lectores de ebooks en peligrosa proximidad con el agua respecto a los libros. Es antiintuitivo: de forma inmediata se diría que un dispositivo electrónico no preparado de fábrica corre más peligro cerca del agua que un p-book.
Si te da por tomar en serio la idea, una bolsa de plástico con cierre de presión puede hacer el mismo avío y ser mucho más cómoda de poner y quitar, además de más segura. Una simple bolsa de esas de meter carne o cualquier cosa con una cremallera de presión.
¿Qué sentido tendría tomarse esta idea en serio?
Bueno, pues estar un poco más tranquilo cerca de la orilla del mar o de un río. Incluso usarlo en dias de lluvia... o dejarlo en la mesa donde comes y bebes sin estar cerca de infartar. No es tan tonto como parece, ¿eh?
Vía teleread