Tengo que graduarme la vista. La presbicia me ha avanzado un montón en los tres últimos años. Además, tengo faringitis crónica por una mala decisión a los 19. Finalmente, he pasado por un período de stress superior a lo habitual.
La combinación ha sido bastante tremenda. Conforme avanzaba esta mañana, se me ha levantado un dolor de cabeza importante, que no bajaba y que finalmente me ha hecho apagar la pantalla. De normal, soy afortunado de elegir las pantallas con las que trabajo, mates y de características que las hacen lo más amables posibles para mi vista. Pero en situaciones así, y no es la primera, ni mis pantallas son suficientes.
Tanto es así, que he rescatado mi pantalla pixel-qi para poder seguir trabajando. Si bien no presenta un contraste y ángulos como los de una pantalla EPD, a cambio sirve como pantalla externa para otra máquina. El truco (quien sabe, quizás el efecto placebo) consiste en que la iluminación de la pantalla es la misma que la de sus alrededores. No ofrece una cantidad de luz diferente, y eso lo notamos los que usamos un ereader con pantalla EPD, porque se nos cansa mucho menos la vista.
Mi T68 es mucho más portátil y la pantalla es de más calidad, pero la experiencia de escritura es regulera. Si escribes suficientemente rápido, el ghosting de los caracteres (una estela que se va apagando) no es fácil de llevar. Se puede minimizar con el modo A2, pero aún así no llega ni de lejos a la fluidez perfecta de la pantalla Pixel-Qi. Eso, por no hablar de que la pantalla Pixel-Qi se conecta a un PC y dispongo del software adecuado para trabajar.
De noche, como veis, tumbo la pantalla para que le dé la iluminación del techo de la habitación le golpee casi en perpendicular y el contraste sea el adecuado. De día, aprovecho la luz del sol para colocarme contra él y gozar de la experiencia completa de pixel-Qi.
No suelo hacerlo, sinceramente, porque la vista y la cabeza me van bien y, después de todo, tengo que montar un pequeño follón para emplear la pantalla P-Q. Sin embargo, hoy no me ha quedado más opción.
Otra opción: conectar mediante un adaptador USB a VGA a un tablet barato. Ocupa menos espacio y es más funcional. De cara a la vista, la pequeña pantalla (8") del tablet es más agradecida porque llena una menor superficie de tu campo visual.
De entre los lectores fieles de tinta-e, no pocos me habéis dicho que buscáis una solución así. No hay novedades que yo conozca: P-Q quebró, y quedan en el mercado equipos a un precio bastante elevado. No obstante, si realmente la iluminación de la pantalla os molesta, a la espera de ver qué acaba pasando con los nuevos equipos Onyx de 13" (y no soy optimista al respecto, por lo inacabado del software de sus productos anteriores), creo que para espacios de trabajo en interior y con espacio suficiente una pantalla como la que veis es de las opciones mejores, o al menos de las menos malas.
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