viernes, octubre 26, 2012

A muchos de los que nos gusta leer, nos gusta también escribir

O también: muchos de los que trabajamos leyendo, trabajamos escribiendo. De estudiantes a investigadores, de copiers a periodistas, de creadores de normas a documentalistas. La lista es larga, y llega a todo tipo de creadores que, por un motivo o por otro, crean con palabras además de devorar las palabras ajenas.

En el metro de Madrid, la visión de un ereader ya no es anecdótica. Son menos que los smartphones, de acuerdo, pero la palabra desarrollada, crecida como un árbol, nunca fue de gusto mayoritario. Digan lo que digan. Y no es ni bueno ni malo: va en caracteres, en preferencias y en prioridades, y no tenemos derecho a juzgar al vecino por no devorar libros como nosotros.

En el metro nunca se escribió. Pero en los despachos y salas de estar, o en las cafeterías, o en los parques, sí. Bajo un árbol. En la playa. Ahora podemos leer con toda comodidad usando un ereader, pero si queremos escribir, o usamos un lápiz y un cuaderno, o tenemos que usar un dispositivo que, por más que sea común, no está optimizado para seguir a un texto mientras se desarrolla: las pantallas retroiluminadas.

Es lo que hay. Mejor dicho, es lo que había. Hasta hace 5 años, en el mercado no había otra cosa. Y como resultado, no se leían muchos libros no ya en pantalla, sino en las PDA. Los ereaders son los principales protagonistas, los leyes de la lectura digital. Y no sólo por la comodidad de las pantallas de tinta-e, sino por la ausencia forzada de distracciones. Con un tableto se pueden hacer muchas más cosas, pero con un ereader... lees.

Lees, porque no te dejan escribir. Porque usar sus tecladitos mecánicos o los teclados en pantalla es un suplicio. Porque no son viables para escribir al ritmo de tus pensamientos, o aún de tus dedos. Incluso para mí, que escribo como si me hubieran amputado los meñiques, porque los encojo cual yakuza acobardao.

En las primeras horas que paso con mi estrenado ewriter, la idea me viene como una tromba: ¿Cómo no se les ocurrió a los fabricantes y vendedores que a muchos de los que nos gusta leer, nos gusta o necesitamos escribir?


Gracias a Ricardo Villalba tengo mi primer ewriter

En pocos días os ampliaremos esta información, pero gracias a los consejos de Ricardo Villalba he rooteado un nook touch, lo he conectado a mi alphasmart dana con un cable USB OTG... y escribe, amigos.

Escribe.

¡Escribe!

Escribe. En una pantalla sin retroiluminar. No es perfecto, pero es más de lo que he tenido nunca, y demuestra que el concepto de un dispositivo con pantalla e-ink y posibilidad de editar texto es muy válido. Evidentemente, no es un objeto de deseo para el usuario mainstream, pero en los últimos años muchos lectores se han dirigido a tinta-e para expresar lo interesante que les resultaría un dispositivo así. Gente a la que le gustaría escribir sin tostarse los ojos, en un parque, y centrarse en escribir. O manejar el email y otras tareas sencillas. Gente que ya disfruta de una pantalla de tinta-e para leer, y que se frustran al pensar en la comodidad que podría suponer esa misma pantalla para escribir.

En breve os explicaremos cómo montar una máquina de escribir digital a partir de un nook touch, un cable USB otg y un par de microsd donde tostar el software necesario. Mientras, os dejo con el video




miércoles, octubre 17, 2012

Un teléfono móvil con pantalla e-ink

Tenía que ser Charbax, el bloguero guerrillero, quien destapara la liebre. Nadie como él para asaltar a los inocentes representantes de las compañías, ametrallándoles a preguntas y poniéndoles la cámara de video bajo la nariz. Además de aguerrido, charbax tiene un estilo único a la hora de hacer video-blogging: estoy convencido de que no hay guión en esos videos cámara en mano, en un stand o en la calle, y logra mantener dentro de cuadro el invento en cuestión a la vez que satura a su víctima con preguntas que no le deja ni acabar de contestar. Vedlo por vosotros mismos



Me han puesto sobre la pista xela y Julia Bellone. Hay que hacer algunas precisiones sobre el invento:

  • Es posible, pero no seguro, que la pantalla e-ink sea de las nuevas de sustrato plástico. Eso significa una resistencia a los golpes realmente grande.
  • La interfaz táctil es capacitiva, no infrarroja. Los reflejos que podemos ver en el video son... reflejos. Esos reflejos que tanto apreciaba mi colega Rafa en su sony reader anterior a la serie T1, que bajo las luces del techo hacen la pantalla incómoda de leer. Esperemos que no hayan repetido el error de Sony.
  • La autonomía es de una semana, no un mes. Y teórica. No olvidemos que, por más que la pantalla es responsable de una parte importante del consumo de un smartphone, las antenas 3G/wifi/bluetooth y la propia CPU se llevan lo suyo.
  • La comparación con el smartphone huele. No me creo que un móvil moderno se vea TAN mal a la luz del sol. Me fastidia que traten de vender una pantalla a base de mentir acerca de otra.
Diría que es otro intento atrevido e interesante para perfiles minoritarios y nichos profesionales muy específicos. Renunciar al color y a la animación es perderse a la masa de usuarios. Hay quien le puede atraer la resistencia, el peso y unir ereader y smartphone en un sólo dispositivo, pero habrá muchos más que quieran sacar partido a una pantalla LCD. Para algunos trabajadores de campo puede ser una herramienta muy valiosa, unida a periféricos específicos, pero por ejemplo es muy poco útil si, como es mi caso, se depende de la fotografía y el vídeo para diferentes momentos del trabajo de campo. Sin embargo, podría ser realmente útil para algunas unidades militares y policiales, puesto en una manga, o a profesionales en edificación y obra pública. Bien sellado y con esa protección contra golpes, podría servir muy bien para gestión de información de campo del tipo que sea.

En cualquier caso es un prototipo. Hablan de sacarlo en algún momento de 2013, pero lo creeré cuando lo vea. Es demasiado extremo para que se atrevan las operadoras, aunque todo sea que me equivoque. Por otra parte, puesto que no va a poder ser altamente interactivo (videos HD, coleric birds and the like), se le podría meter una CPU más ligera y barata y quizás podrían ofrecerlo a un precio muy inferior al de los smartphones de primera línea. Por otra parte, la pantalla está lejos de venderse en grandes volúmenes, con lo que no se contaría con la economía de escala de producir minolles y minolles de pantallas

De cualquier forma, se me llevan los demonios. Hay quien está usando una pantalla e-ink para algo tan interactivo como un smartphone, y nadie nos ofrece un ereader al que se le pueda conectar un puñetero teclado.

A lo mejor, si me paso 6 meses sin hablar del ewriter, lo mismo creen que he bajado la guardia y lo sacan.

Edito: el título original era "Un teléfono móvil con pantalla Android". El catarro no perdona, amigos

jueves, octubre 11, 2012

Txtr Beagle, interesante novedad en ereaders de coste bajo

Estas semanas han sido uno de los periodos más largos en los que no he escrito nada en tinta-e. Por una parte, tengo un agradecido chaparrón de trabajo (agradecido según los tiempos que corren). Por otra, la evolución de los ereaders y dispositivos con tinta-e se está ralentizando... esperemos que temporalmente. Sigo pensando que el mercado y los OEM no están sacando ni de lejos el partido que le podrían sacar a las pantallas electroforéticas, pero en este caso el dinero es el que tiene la razón.

En esas estamos, cuando recibo la noticia por varios medios del próximo lanzamiento del txtr Beagle, un ereader con pantalla de cinco pulgadas que se va a vender por menos de 10€ si lo subsidian las telecos. Aventuro, dados el precio de mercado, que libre no puede costar más de 50€ o no se comen un colín.

10€... ¿Cómo es posible?

Permitidme adivinar. La pantalla que montan es de generación anterior, una E-ink vizplex de 5". Sony y muy pocos más ofrecieron ereaders con esta pantalla, y ninguno fue un gran éxito porque, por poco más dinero, te podías pillar una pantalla más grande y cómoda. Y luego llegó Amazon, arrasando el mercado con tres bajadas que dejaron el precio a un tercio del que tenía 24 meses antes. En esas condiciones, apostaría a que eInk se quedó con un bonito stock de pantallas vizplex de 5" completamente invendibles. Sinceramente, dudo no ya que se fabriquen, sino que ni siquiera se puedan fabricar de nuevo las pantallas de 5" dado que las líneas de fabricación ya han superado incluso las pearl y estarán por la generación siguiente (pearl mejorada).

Por si fuera poco, nos ahorramos unos euritos en la batería. El usuario se baja a la tienda de la esquina, o al estanco, y se compra dos pilas AAA. Hala, ya tiene para leer una buena temporada, ya sea el año prometido o la mitad si le meten tralla.

Nada de interacción. Página adelante, página atrás. Fin. Nada de marcas ni organización de biblioteca. No, porque todo eso lo va a hacer el smartphone. La solución es tan radical que la CPU es tan anémica (y barata) que sólo puede servir los contenidos estáticos que le sirve el smartphone vía bluetooth.

Mi amigo dubitador lleva aaaaños perorando sobre las pantallas "tontas", completamente dependientes de una CPU externa del tipo que sea. La idea es muy atractiva, porque puedes mostrar contenidos diferentes con sólo conectar más pantallas. Esta sería la primera pantalla (a secas, eink o no) a un precio realmente bajo.

Por otra parte, va a estar completamente encadenada a la solución txtr de ebooks en android. Eso en sí no es malo, pero el dispositivo pierde parte del atractivo que podría suponer servir más contenidos desde el móvil, desde un email largo, tus propios textos... y, narices, que se le conectara un teclado al smartphone y que se pudiera disponer de una pantalla e-ink más grande y más cómoda que la del smartphone.

No tiro la toalla. Quedo a la espera de que un juanker asombroso rootee el invento y permita algunas de estas posibilidades.

En cualquier caso, la solución tiene elementos muy interesantes. Pilas AAA, que podrían ser recargables, pero que te darían en cualquier caso una autonomía alucinante si viajas mucho. Sacar la CPU fuera de la pantalla, porque después de todo vas a llevar un teléfono encima.

Pensad en África. Allí hay muchas más líneas móviles que fijas, y de hecho hay mucho más acceso al móvil que a Internet. Un dispositivo así, realmente barato, con pilas, le daría a muchos africanos acceso a libros y textos de todo tipo, y podría ser una puerta de acceso al texto digital mucho mayor que las actualmente existentes. Me parece también más flexible que el zombie OLPC, porque en las aulas se podrían conectar a un único servidor y en el domicilio a un teléfono, o a un stick-ARM con Android y Bluetooth. Si el chaval se carga el lector, se pierde mucho menos que en el caso de un ereader independiente.

La pena es que, de momento, esta enamorante configuración sólo va a salir (si es que sale) dentro de un ecosistema de venta de ebooks y subvencionado por las operadoras. La pena, por lo que podría ser. Literalmente un ebook en manos de cada estudiante del mundo a un precio imposiblemente más bajo.
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