viernes, abril 19, 2013

Kobo Aura HD, una apuesta por el ereader como fin y como medio

Todos los interesados en la tinta electrónica llevamos unos años de travesía en el desierto. O casi. Porque lo cierto es que en los dos últimos años el mercado se ha estancado.

Desde hace dos años tenemos las pantallas pearl, con un contraste entre tinta y fondo semejante al papel reciclado. Las dos novedades más importantes en todo este tiempo me resultan cuestionables: por una parte, la interfaz táctil y, por otra, la iluminación de la pantalla.

La touchicidad parece que es indiscutible e imprescindible en nuestros días de smartphones y tabletos, pero lo cierto es que su aporte a la experiencia de lectura es extremadamente subjetivo: a la pregunta de "se lee mejor si sobas la pantalla que si tocas botones" sólo tiene de respuesta sincera "la gallina". Y si se trata de otras operaciones, como anotar, la cosa no va a mejor. De hecho, sigue sin ir bien: desde los tiempos del Kindle 3 y su teclado, no se ha ofrecido hasta la fecha una interfaz con la que se escriba más cómodo o más rápido. Dado el tamaño de la pantalla, la única forma sería con un teclado externo, y ya sabéis cómo está el patio al respecto.

La iluminación de pantalla tampoco me resulta revolucionaria en absoluto. No niego su comodidad, pero en la mayoría de las ocasiones hace un avío mejor una lámpara en la mesilla de noche. Hay quien afirma que es mejor la luz difuminada desde los bordes de la pantalla, que la luz trasera a las pantallas LCD. Sin embargo, los hombres-que-vemos-como-topos sabemos la verdad: si tenemos un campo de visión con poca luz (como la alcoba a medianoche) y una parcela pequeña del mismo tiene mucha más luz, la vista se nos cansa con más rapidez que si disponemos de una lámpara que esparce su luz en un área más amplia.

El problema para la falta de evolución de los ebooks es que los ebooks más exitosos, los kindle, son un medio para el fin de Amazon: la venta de contenidos. Por otra parte, sin disponer de una tienda de ebooks realmente funcional y poblada, un ereader tiene una funcionalidad muy limitada para una parte nada despreciable de sus usuarios, nada tecnófilos y con barreras para buscarse la vida en este sentido. Así las cosas, hay que agradecer que alguien siquiera se atreva a ofrecer una alternativa creíble a los kindle.

Kobo tiene un problema semejante a todos los fabricantes y vendedores de ebooks que no se llaman Amazon: las series Kindle se han comido el mercado entre pan, y encima son el medio para vender ebooks y no un fin en si mismo. Si el mercado es tuyo y tu producto principal no es el ereader, no tienes un incentivo poderoso para hacerlo evolucionar con rapidez o para dotarlo de características fuertemente innovadoras, una vez que la base ha madurado.

Con todo, no acabo de entender a la menguante competencia: están jodidos en mala posición porque el público casi ni les conoce, porque comprar libros para sus dispositivos es una tarea más complicada que con el kindle y porque Amazon lleva 2 años haciendo dumping feroz, con unos precios que reducen terriblemente los márgenes. Esto es lo que hay y no admite ni discusión ni lamento (como actividades productivas),... y sin embargo ningún fabricante apuesta por cambiar el paso, por salirse de la foto, por ofrecer una característica nueva a los ojos del público.

Por ejemplo, el coste de hardware y de desarrollo de software para conectar un teclado al ereader es despreciable. Y 6 años después del iLiad, no hay ereader que se le pueda conectar un teclado nada más sacarlo de la caja y cargarlo.

El Kobo Aura HD tampoco. Me he preocupado de contactar con ellos y me lo han confirmado, que ni ahora ni en el futuro cercano. No tengo su permiso para publicar sus email y es una pena, porque era interesantes.

A lo que voy, Manuel Algaba ya ha cubierto la noticia y tiene razón: el Aura HD es la caña. Aquí sí que han roto la baraja, con una pantalla 20.3mm más grande de lo normal en diagonal (que son 152.4mm, o seis pulgadas en tardomedieval absurdo). Pues para esa pantalla, la resolución es tan alta (1080x1440 pt.) que nos dan unos salerosos 104.33 puntos por cm (o 265 dots per inch en bárbaro florido). 

Pensadlo, ¿a qué os resulta mucho más fácil haceros una idea de la resolución pensando en 104 píxeles metidos en un centímetro que en 265 puntos metidos en una pulgada? Pues eso es debido a que sabéis multiplicar y dividir por 10, y que como casi todos los países excepto USA, Liberia y Myanmar usáis el sistema métrico en vuestra vida cotidiana. Y 10 píxeles dentro de un milímetro están en el límite de vuestras posibilidades de visión.

En las vuestras, no en las de quien os escribe. Yo no los veo ni de coña, oiga. ¡Presbicia power!

La pantalla sigue siendo de generación Pearl, con lo que el contraste tinta / fondo no ha mejorado sustancialmente respecto a un K3. Pero con esa resolución da un poco igual, porque a todos los efectos leeréis en papel reciclado y plastificado.

Las fuentes son más ajustables que en buena parte de la competencia, lo que sirve a los que vemos mal antes que a los pejigueros, aunque éstos interfectos e interfectas opinen lo contrario.

Hay que ver cómo renderiza PDF, otra de las asignaturas pendientes aún hoy en día. Esperemos que pueda hacer reflowing de las líneas, como lo hacía my sony clié (una PDA con Palm OS de 2003). Pero eso es menos importante que la feliz idea de admitir .mobi (aún sin DRM, porque lo prohíbe Amazon) al tiempo que ePub.

Alguno se me tirará a la cabeza si le digo que .mobi sigue siendo hoy mejor que .epub, pero sucede que .epub es el perro del hortelano perfecto. En mi huerto urbano encajaría como la seda. La versión previa, 2.0, no admite marcar textos ni introducir comentarios. Lo cual tiene su miga, dado que salió 10 años después que .mobi, que lo permitía desde el primer momento. y 3.0 sigue sin implementarse en muchos dispositivos, con lo que los libros siguen saliendo en 2.0. Al final cada fabricante de dispositivos o cada desarrollador ha metido su sistema de comentarios no compatible con los demás.

Que le digan a mi amigo Moshe lo mucho que disfruta con las peculiaridades de epub y sus implementaciones en los distintos softwares y dispositivos. La fiesta, vamos :(

En nuestro caso, Kobo ha tirado por el camino de enmedio y ha implementado el marcado y anotado a su manera. A estas alturas parece que no queda otra, pero al menos ofrecen una cosa bastante chula: subir a una cuenta en la nube las anotaciones (como Amazon) y darle posibilidades sociales a la lectura. Amazon en esto nunca logró despegar, y sin embargo yo creo que tiene nichos con potencial: algunos tipos de estudios, algunos clubes de lectura, etc. A mí no me tira particularmente, pero bastante logro ya con leer 1/5 de los libros que leía en mis años mozos.

Para acabar de aprovechar esa estupenda resolución, y para gozo de los comiqueros, admite .cbr y cbz. Leyendo en apaisado seguro que la experiencia es intachable.

Finalmente, manda cojones que en 2013 metan un navegador como algo  experimental.  O mejor, es sintomático precisamente de lo contrario: que no se quiere experimentar. Que el único futuro que se le ve al ereader es como appliance para leer, o como mucho para compartir fragmentos y comentarios sobre lo leído.

Yo creo que no es la mejor receta para la supervivencia. Le han dado al tablet y al kindle la victoria antes de tiempo y se ha asumido cobardemente un nicho completamente marginal. De acuerdo que los que deseamos hacer más cosas en una pantalla e-ink no somos mainstream, pero a buen seguro que somos los suficientes como para meter OTG al conector USB y portar algún editor de texto libre y algún cliente de email al ereader.

Y para los que habéis llegado hasta aquí, una fotico del Aura HD


sábado, abril 06, 2013

KindleBerry 2

En la última semana varios me habéis mandado posts sobre una novedad muy interesante: la segunda generación de KindleBerry, o KindleBerry The Second.


Cubrí la primera generación de Kindleberry hace 8 meses, después de que ocurriera lo mismo: que varios me fuérais mandando la noticia. Ya en aquella época era un hack muy inteligente, y ahora no ha hecho sino mejorar. En esta segunda generación, gracias a las maravillas del software libre y del procomún, un tipo llamado Max Ogden ha partido del primer diseño para mejorarlo y hacerlo wireless. Y sí, no exagero: una legión de creaciones modernas serían imposibles sin internet, sin las licencias libres y sobre todo sin la mentalidad ya madura de compartir, mejorar y volver a compartir.

KindleBerry the First era un montaje tal que así



Estoy convencido de que la kalodiofobia (aversión a los cables) o la skoinifobia (aversión a las cuerdas) son males de nuestra época. Periódicamente mi mujer emplea su tiempo en ocultar los cables a la vista, y no me queda sino batirnos, digoooo sino achantar la mú. Yo creo que tengo kalodiofilia, porque me agrada tener los cables a plena vista: son un recordatorio del poder que nos ofrece la tecnología, de que los electrones transmiten bits todo el rato, y tal.

Además, comunicar a la Raspberry pi con un teclado bluetooth (como ese churriteclado de Apple, muy inferior a mi querido y resistente Stowaway iGo, 7 años y funciona perfectamente) me impediría usar a mi nuevo amor, my cherry compact 4100, la pura perfección en teclado.

Lo que sí que veo sentido es a comunicar al Kindle con el raspberry vía WiFi. Así, ambos pueden estar recibiendo alimentación de sendas baterías, y disponer de una autonomía de semanas... o incluso conectar a ambos con una placa solar de tamaño razonable y poder escribir mientras haya sol :).

No creo que me lance a construir un kindleberry... porque ya tengo mi máquina de escribir digital (1, 2), como sabéis gracias a Ricardo Villalba. En invierno no la he empleado mucho, debido tanto a que tenía muy poco tiempo para escribir como porque su lugar natural, el parque o el campo, no eran muy acogedores con el frío del invierno mesetario. Esto es una prueba más de que el entorno natural y apropiado para el hombre es el trópico, y preferentemente el caribe, pero no todos hemos podido nacer o trabajar allí.

Sí, estaba currando. Lo prometo
A lo que voy. Con el montaje con el nook sólo tienes que llevar el teclado y el nook. Para una mañana, la autonomía es suficiente. El propio nook se puede conectar vía wifi, y tanto para correo no muy frenético como sobre todo para escribir a piñón es muy adecuado.

Sin embargo, si de lo que se trata es de desarrollar, la cosa cambia por completo. Android no es el SO más adecuado, y ahí un entorno de consola más VIM puede ser una opción muy adecuada: a cambio del minimalismo, se puede estar picando código con alegría bajo un árbol. Eso de "picar código con alegría" puede que no le encaje a quien piensa en los programadores como en monos picateclados a los que pagar con cacahuetes, pero así le va a España.

En resumen, y volviendo al post original que me habéis mandado: el meollo está en lo que nos ofrecen los fabricantes. En ambos casos, nook hackeado y kindleberry, se trata de hacks ingeniosos y funcionales, pero no de productos acabados y óptimos para producción. La tecnología ya está ahí, pero ningún fabricante le echa pelotas y lanza un ereader conectable a un teclado (USB, bluetooth) y que permita editar. No sé la de veces que he afirmado con la mano en el fuego que un dispositivo así, y actualmente por 250$, tendría una acogida decente. Seguro que no lo compraría el consumidor mainstream, pero en el mundo hay muchos miles, si no algunos millones, de personas que agradeceríamos no sólo leer sino también escribir en una pantalla de tinta-e sin cortapisas. Para muchas de esas personas, los hacks conocidos no son una opción.

Es símplemente estúpido. O mejor, es un símbolo del fracaso en la visión comercial de los ereaders. No es sólo que el dinero sea cobarde: es que los decisores al timón de los ereaders, tanto los sujetos a tiendas de ebooks (amazon) como sobre todo los que viven de vender el aparato (sony et al), no han sabido entender nunca a los usuarios principales de sus productos: a los que leemos muchas horas al día. A muchos de nosotros nos encantaría poder anotar con eficacia en los textos, y lanzarnos a escribir nuestros propios textos, o a darle al aparato un uso razonable: no ver videos, que sería estúpido, pero sí responder email, usar software social (foros sencillos, p.e.), o usar un lector de RSS que no hiciera scroll sino que pasara página.

Ya tarda alguien que se decida a lanzar un kickstarter con algo así. Estoy convencido de que decenas de miles lo compraríamos, y me quedo corto. Después de todo, si algo mucho más minoritario como es mycestro ha conseguido que miles de frikis lo compremos, el UberReader tendría mucha mejor acogida y sería un estupendo negocio para una empresa pequeñita.


martes, abril 02, 2013

¿Lector de RSS para libro electrónico?

LaVerdad plantea lo siguiente en un comentario del post anterior


Juan Luis, estoy buscando desesperadamente un lector de RSS para Android. Digo desesperadamente porque el destinatario es un Sony Reader T2 (rooteado, claro) y me encuentro con serias dificultades a la hora de usar cualquiera de los famosos y disponibles. ¿No hay ninguno que trate los feeds como páginas de libros? Es imposible leer los feed haciendo scroll en un lector. No sé si me explico, pero creo que sí.
Disculpa que te lo pregunte en esta entrada, pero creo que está más o menos bien localizado.
Un saludo.


El problema es, bajo mi punto de vista, querer usar un ereader actual para una misión así. Y digo actual porque ya hay controladoras para pantallas e-ink que podrían dar un refresco sobrado como para que el scroll no fuera un problema, pero el tsunami tableto ha impedido que, hasta la fecha, nadie lance algo así al mercado.

En estas condiciones, un lector de feeds RSS no tiene sentido en un ereader actual. Con un lector de feeds filtras cientos de titulares de posts y eliges cuáles leer, y de no pocos posts haces una lectura diagonal. Donde puede brillar un ereader es en la lectura postergada. Posts largos que en el momento no les puedes hincar el diente, y que la primera lectura diagonal te ha hecho valorar. Esos sí que son carne de ereader para los descansos prolongados.

Antes usaba más el Send to Kindle para estos menesteres: los posts realmente largos me los enviaba por correo (gratis) o con la extensión homónima. Era el eslabón definitivo de mi cadena de lectura de feeds RSS. El problema es que se me acumulaban tantos sin leer que he dejado el send to kindle para artículos largos o ensayos o novelas cortas (o largos, vaya). Para los posts largos pero no kilométricos me he pasado a readability en el móvil, leyendo en fondo negro contra tinta-blanca y mucha luz ambiental. No es lo mismo que la tinta-e, pero es más manejable que tener 700 artículos en el kindle esperando lectura.

Y hasta aquí llego. Mi recomendación sería una aplicación de lectura postergada para el sony T2. El problema es que no conozco ninguna que funcione con página arriba / página abajo. De hecho, quizás una solución sería usar dropbox para subir posts largos convertidos a epub y leerlos con el software de lectura que más te guste.

¿Qué solución se os ocurre para el problema de LaVerdad?

lunes, abril 01, 2013

Saliendo de Google Reader (8): luchando contra la rutina y mis limitaciones

En la entrega anterior os contaba cómo me estaba decantando por algunas posibilidades, y podríamos dejarlo aquí: sigo usando las mismas soluciones. Pero los matices son lo suficientemente importantes como para que los desarrolle.

En primer lugar, casi he dejado de usar feedly. Lo uso en el móvil sólo porque no tengo nada mejor que funcione, pero básicamente lo he descartado: no parece que vaya a ser software libre, y no tiene parte social. Peor aún, el botón de compartir ha eliminado por motivos místicos el email, con lo que no puedo enviar posts de forma sencilla a exiled buzzers.

Reconozco que el cliente móvil es estupendo. Me gusta especialmente lo bien que envía los posts enteros al correo, y esto lo hace mejor que reader para móvil. Pero esto, por sí sólo, me resulta por completo insuficiente.

Los chicos de TheOldReader ha superado la prueba del ingreso masivo de nuevos usuarios. Quiero decir, la ha superado para mí, que tenía importados mis feeds desde el otoño pasado. Ya se ha dejado de liar con posts antiguos y parece que refresca a una velocidad aceptable, con poco retraso, y perdiendo muy pocos posts en el camino :D

El mejor indicador de mi preferencia es que lo tengo siempre abierto en el navegador que utilizo. Y por dos motivos: 1) por lo simple y eficaz que es en navegador de PC y 2) esperando a ver si hay nuevos compartidos vuestros, o comentarios, o ambos. No sé si todos habéis tenido la experiencia fructífera de usar un lector RSS de forma social, pero si no la tuvisteis con el viejo google reader, dadle una oportunidad: merece la pena.

Sin embargo, hay varios factores que me impiden tomar la decisión definitiva a favor de TheOldReader
  1. No es libre y no se sabe si lo van a liberar. Sigo en la misma crisis de confianza con las soluciones sólo-en-la-puta-nube que la semana pasada, y no veo motivo para el cambio. Soy un gato escaldado que pone sus barbas a remojar.
  2. No se puede compartir por email, y exiled sigue basado en una mailing list
  3. No hay cliente móvil, y la web de TheOldReader es demasiado pesada para el móvil, por más que se lea razonablemente bien.
Luego está TinyTinyRSS. Pido públicamente disculpas a Versvs y a Néstor porque soy un muñón: después de una semana, he sido incapaz de configurar el cliente móvil para TTRSS. Quizás haya tenido que ver que es semana santa, un tiempo de pasión.

Pero si no he tirado la toalla es por la simple promesa de TTRSS en servidor + cliente web + cliente móvil +mailing list == solución para rss social completamente libre. Se acabarían las ataduras con proveedor alguno. Si el invento funciona, se puede mantener en un servidor mientras el cuerpo aguante. Mira que el cliente web de TTRSS es espartano, y que el cliente Android es inamistoso (por decir algo), pero si funciona y es libre cada vez me importa más.

De hecho, les he propuesto a Néstor y a Versvs crear juntos una documentación para lograr superar los obstáculos principales para usar TT-RSS. Quien quisiera colaborar, sería más que bien recibido. Incluso aunque finalmente no fuera mi solución (pongamos, porque los exiled votan por otra, y mi decisión en este caso está condicionada a la de mi comunidad), seguro que es útil para muchos usuarios que quieran una solución libre.

Al final, la mejor lección que estoy obteniendo es que eso de la Nube está muy bien... si hay confianza. Si no la hay, es un quebradero de cabeza. Y sigo teniendo servicios en la nube: Spotify es el que más aprecio. Pero lo pago y no hay sorpresas desde hace años. En cuanto las haya, cierro el chiringo y me voy con mi suscripción a otro proveedor.

En otras palabras: Gracias, Google.
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