domingo, octubre 31, 2010

Quejas editoriales porque los usuarios se saltan las protecciones regionales

Leo en The Book Seller que las protecciones regionales en Amazon se saltan con facilidad.
Publishers have called territoriality on Amazon "on the verge of non-existent" following an exclusive Bookseller investigation into territory rights and e-book downloads.

The Bookseller was able to crack Amazon's territorial controls, buying 10 US Kindle editions, all of which have different UK publishers, with different rights deals in place. The purchases were made by inputting a valid US address, but with a credit card linked to a UK address.

[...]

A digital director of a UK/US publisher claimed to have broken territoriality for the same title 25 times. The digital director added: "Amazon aren't inclined to do anything about this. It's not really in their interest to aggressively go after their customers. Amazon makes money, after all, no matter where they are downloading from. I think they largely work on a 'don't ask, don't tell' basis," they concluded.

A spokesman for Amazon UK responded: "Each customer has a content catalogue associated with their region or country, and we display the appropriate catalogue for each country."
Yo diría que Amazon cumple con su obligación al poner en marcha un sistema que mantiene la protección regional. Si los usuarios se la saltan, es la responsabilidad de los usuarios. Hablo de la letra de la ley. El espíritu sería distinto, claro: exigiría a Amazon que, una vez conocida la incidencia, le pusiera remedio. Pero eso afectaría negativamente a sus ventas.

Por una parte, las protecciones regionales para el inglés son un residuo injustificable de la época previa. Internet no conoce las fronteras, y estoy convencido de que los usuarios lo perciben así y no acaban de estar a gusto con que se mantenga la protección regional en los ebooks.

En el caso del español, las cosas cambian por completo: si se quieren vender ebooks en hispanoamérica, los precios tendrán que bajar tremendamente para adecuarse a la renta per cápita de las naciones del hemisferio occidental que hablan y leen en español. Si/cuando esto se produzca, los españoles europeos podríamos pagar precios hispanoamericanos en vez de nuestros, si se mantiene el truquillo de situar la residencia de tu usuario en el país conveniente.

El problema de las protecciones regionales es fascinante: pone sobre la mesa, blanco sobre negro, la enorme contradicción del ebook como vehículo de transmisión y construcción cultural. Las diferencias de precios y catálogos por regiones nos muestran la artificialidad de la situación del ebook y su disonancia actual respecto al beneficio que podrían aportar a las sociedades

sábado, octubre 30, 2010

El cortoplacismo de los precios de los ebooks

Leo en teleread una interesantísima carta abierta a la "industria editorial de un lector que se zampa 100 o más libros al año. Animalica, por cierto.

La autora empieza por reconocer que su situación como americana es privilegiada respecto a países en los que se está imponiendo el precio único para los ebooks. A renglón seguido, glosa la maravilla del modelo de agencia para los ebooks, con ejemplos tan gozosos como $25 e-versions of decades-old mass market paperback Stephen King. Al final, los errores parece que se están repitiendo en todas partes, aunque en la mía sean calderadas y todo lo que haga falta.

Ya se ha hartado del sinsentido que, en su opinión, está siendo una parte del negocio de los ebooks. Joanna, en una estupenda broma, aprovecha una carta abierta, de la que no espera respuesta, para cerrar el diálogo... y "votar con la cartera". Negativamente, en este caso. No comprar bajo estas condiciones, y "esperar a que se recupere el sentido en dos o tres años".

Joanna quiere comprar ebooks. Lleva comprando libros toda su vida. Pero no en estas condiciones, y afortunadamente para ella y para el público en general hay alternativas:
Play whatever games you want to—I am ignoring it all. I will not be the guinea pig for any more of your ridiculous experiments. From now on, I will ONLY obtain Big Pub ebooks under one of the following four scenarios:
- The book becomes available via my library’s Overdrive system and I borrow it for free
- The book is a paperback and hence the ebook version is available for less than $10
- The book is a new release which hits the best-seller list and hence is available for less than $10
- The book costs more than $10 but I have a coupon code and hence can obtain it for less than $10
Después de todo, en todas partes no cuecen habas. En España y en hispanoamérica no podemos ni soñar siquiera con algo parecido al overdrive system para las bibliotecas públicas. De momento, los pbooks en rústica tampoco se traducen a ebook por menos de 10€. Tampoco es habitual (en absoluto) que un ebook con precio de más de 10€ se ofrezca con algún tipo de cupón de descuento, sino que son lentejas. Y qué decir de los best-sellers en ebook: ¿10 €? ¿Alguien ha visto el precio de Los hombres que no amaban a las mujeres en ebook?

Pues eso. Joanna comenta más opciones para conseguir ebooks y libros, desde las conocidas (mercadillo, biblioteca, préstamo) hasta gutenberg y las demás fuentes de libros de dominio público. Y su perfil es el bollito de crema para las editoriales: una persona auténticamente adicta a leer, que lo que quiere es leer todo el tiempo y no tendría problema en pagar. Es un ejemplo en sí misma de que romper con el agency model y bajar los precios de los ebooks sería una situación en la que ganaríamos todos, en los que con el ahorro de la distribución y el aumento de ventas se venderían más libros, con más ganancia y más baratos.

Con lo que me quedo es con la percepción generalizada de que el camino actual no se percibe con buenos ojos por parte del público. Vuelvo a lo que vengo insistiendo desde hace tiempo: da igual quien tiene razón, o los argumentos concretos. La realidad es que la población no está muy conforme con la idea de que la diferencia de precios entre un objeto controlan, que pueden prestar o revender y un archivo digital no sea radical.

Ultralectores como Joanna pueden adquirir la costumbre de adquirir los ebooks fuera de los circuitos y modelos preferidos por las editoriales. Y una vez adquirida la costumbre, ponte a cambiarla.

Aprovecho este post sabatino para lanzar un mensaje: editores, no tienen todo el tiempo del mundo. Los trimestres están pasando, las ventas de ereaders siguen su curva de adopción, seguras hacia la mayoría temprana, y el público, su público, no está a gusto con la estructura actual de precios.

Y tiene alternativas

P.S.: por cierto, necesito casos de uso para http://elipadesphenomenal.blogspot.com . Mi mujer no me deja comprarme el iPad y, como Blanche Dubois, dependo de la amabilidad de los desconocidos (y de los conocidos con iPad)

miércoles, octubre 27, 2010

Nook Color, FAIL por culpa de la moda

No voy a decir nada nuevo al afirmar que los tabletos nos asedian (como forocoches), que estamos en medio del tsunami tablet y que, incluso, algunos fabricantes o rebranders se sienten que quedan atrás si no ofrecen una PDA o iPod gigante que el mundo conoce como tablet.

Ya lo dije en su momento: ¿Para qué un tableto? En su momento pensé y desarrollé al respecto, pero recientemente alguien ha resumido el sentimiento tabletoexcéptico con más fortuna que yo: un tableto se compra porque se quiera, no porque se necesite. La relación entre el deseo y el márketing es cosa de muchos dineros o de Buda, según se mire, y sobre todo necesita de introspección.

Dejo para elipadesphenomenal mis disquisiciones matutinas sobre la problemática de los netbooks. Ahora toca hablar de Barnes & Noble.

Y como le decía a @trikar, creo que algún encorbatado de esa empresa ha oido campanas sobre los tabletos (¡Como para no oirlas!) y ha tomado una decisión inopinada y sorprendente.

Si no digo que por 250$ un tableto con Android 2.0 esté mal. Ni tampoco afirmo con rotundidad que a su comprador no le resuelva la papeleta. Lo que digo es que llamarle Nook color es una cagada mítica.

El primer Nook ya nació mal. Era un ereader de verdad, hasta interesante por su pantalla LCD para interfaz, pero nació con la sospecha de plagiar al Alex ereader (1, 2). Pero bueno, era un ereader que la actualización del firmware ha hecho funcional. Sin embargo, el nuevo nook no es un ereader, porque la pantalla es LCD. La conclusión es obvia ¿Qué carajo es un nook, entonces? O también ¿Quo Vadis, B&N?

Mis sospechas van a favor del Alex en toda esa historia de rupturas de confianza. Desde ese punto de vista, no me va a entristecer ni lo más mínimo si las aventuras de Nook y su hermanito tableto acaban mal. Porque lo cierto es que, además del precio atractivo, no pillo qué es lo que se ofrece: ¿Un cacharro para leer periódicos y revistas? ¿Qué?

El Nook Color parece un magnífico símbolo de este momento fascinante de las tecnologías personales. Una vez culminada la curva de adopción de los PC en el primer mundo, una vez cubiertas las necesidades para un perfil importante de la población, hay que volver a venderles otra cosa sin esperar al recambio de equipos (que ya de por sí tienen una vida útil bastante limitada). El tableto no se necesita (como se necesita un PC) pero se quiere.

Lo que me preocupa ya lo sabéis: un tableto está para consumir antes que para crear, y es mucho más cerrado a la manipulación y modificación que un PC. Aplicar una ROM, y no te cuento cocinarla, no es ninguna broma. Por lo tanto, el problema no es sólo de necesidad. Para mí, lo peor es el efecto, lo que los ciudadanos aprenden, dejan de aprender, olvidan y, sobre todo, renuncian con tranquilidad al control y a la toma de decisiones sobre los dispositivos que han comprado.

Nota: dejo la relación del nook color con Amazon a lector-e. Suscribo plenamente lo que ha dicho José Luis.

domingo, octubre 24, 2010

Asus DR-900, ereader de 9" a la vuelta de la esquina... o no.

Leo en Slashgear que Asus acaba de sacar en Taiwán el DR-900, el lector que anunció hace algo más de 7 meses.
Entre sus características, destaca la pantalla sipix (que hay que ver su contraste, comparándola con pearl), wifi y 3g opcional (que me hacen pensar que casi todos, menos sony, ven futuro en la conexión directa con google editions), y por supuesto la touchicidad. Eso último tiene un sentido muy relativo, yo diría que antes paga el impuesto de la moda que otra cosa: la pantalla de tinta-e, una sipix en este caso, no tiene ni por asomo el refresco necesario como para conseguir una interacción fluida, y no digo ya sensual.

Por una parte, es de agradecer que acabe saliendo algo así. El mercado de los ereaders lleva algo más de medio año sin competencia al Kindle DX, sin ereaders que permitan trabajar con comodidad con PDF en Din A4. In fact, lo suyo sería una pulgada y hasta dos pulgadas más, pero al menos hay competencia. Competencia en cuanto a pantalla, claro, porque hay que ver la capacidad del software más allá de la interfaz principal: ¿Se podrá anotar y marcar el PDF? ¿Han implementado su propia solución de marcado para ePub, o se trata del enésimo hard ereader (tan hardcore, que sólo te deja leer? ¿Le sacarán partido a la conexión a Internet con un navegador decente? No es por nada, pero la competencia tiene que ser seria, tiene que ofrecer al menos lo mismo que lo que hay y con alguna ventaja, o no tiene sentido cambiar de barco.

Después, esto huele a producto que se ha estado cociendo demasiado tiempo en la cocina de la empresa y que sacan como pueden, después de la enésima guerra civil corporativa. Ha ocurrido tantas veces que bien puedo acertar con el tiro a ciegas. No tengo claro que, a estas alturas, un ereader de gran formato (peor si es hard ereader) tenga un público lo suficientemente amplio.

Lo digo, sobre todo, porque en teoría falta poco para que salga al mercado el Asus EEE Tablet basado en LCD, que hace en teoría todo lo que hace este ereader... y mucho más. Claro que lleva ya más de un mes de retraso, y lo que te rondaré, morena. A saber.

sábado, octubre 23, 2010

el futuro local o remoto de los libros electrónicos

Leo en franontanaya.com un post sugerente: ePUB estará muerto en cinco años. El camino son las aplicaciones web.

El sí mismo me parece discutible. No digo que no tenga sentido que algunos ebooks en el presente y en el futuro se sirvan como apps. Ya está funcionando, y las ventajas que comenta Fran son evidentes. Sobre todo, si en vez de pasar por el aro / cuello de botella de una appstore obligatoria, hay libertad para distribuir de forma independiente el contenido/contenedor.

Pero vaya, me parece una variante de un caso mayor, que es el que realmente va a importar: el futuro de los ebooks, ¿será un archivo almacenado localmente, o un contenido al que acceder por y sólo por Internet?

Hasta ahora hemos seguido "la tradición": exactamente igual que antes que Internet llegara a nuestras casas, el acceso a los contenidos digitales se lleva a cabo a través de la copia local. Da igual cómo lo hacemos, si pasando de mano en mano un disquette (por cierto, ¿os habéis parado a pensar que un ebook es de los pocos contenidos que seguirían cabiendo en un disquette?), o si nos descargamos contenidos de Internet de la fuente que sea. Descargar es, siempre, llevar una copia de un archivo hasta nuestro ordenador o dispositivo.

La alternativa a descargar es, por supuesto, acceder. Cuando queremos leer la versión web de un periódico, no nos la descargamos, sino que la abrimos en el navegador. Si queremos acceder al contenido de pago, apoquinamos por el método que sea; dependiendo del proveedor, será más o menos difícil hacer una copia del contenido en local. En cualquier caso, la vida útil de esos contenidos es tan corta que les protege de la distribución por otros canales distintos a los originales.

Otro ejemplo: los RSS. Esa forma de distribución de contenidos que, como dicen los tolomato(1), va a morir en poco tiempo. En origen, los feeds se descargaban por medio de un cliente local (A mí me encantaba RSSOwl) y se leían en él. De hecho, es un método extraordinariamente eficaz para consultar contenidos de Internet si la conexión es cara o inestable, como ocurre en tantas partes del mundo. Después, los lectores de RSS en web tomaron el relevo para la mayoría de los usuarios. En mi caso, empecé con bloglines y acabé con google reader. Si en ambos casos un lector RSS permite ahorrar tiempo, en tanto que no hay que visitar tus webs habituales una por una, sino que puedes recorrer los titulares mucho más rápido con una sola aplicación o en un solo espacio web, el cliente web gana la ventaja adicional de la inmediatez: no hay que esperar a que se descarguen los contenidos, porque el servicio web los mantiene al segundo, y se puede acceder desde cualquier ordenador, esté o no bajo nuestro control.

Un ebook puede funcionar igual que los contenidos RSS. De hecho, el parecido es mucho mayor de lo que parece: la única diferencia es el tamaño del texto, pero se trata de acceder a contenidos básicamente textuales. Hasta ahora, toda nuestra inercia tecnológica ha hecho parecer que la descarga fuera el único camino. De hecho, superar la unión continente-contenido que se da en el pbook o libro de papel es ya un salto mental lo suficientemente dramático como para romper con facilidad, encima, la conexión contenido-archivo.

No es tan fácil. Pensadlo: ¿qué hacéis con vuestras fotos? ¿Os sentiríais bien si estuvieran almacenadas śolo en la nube?

La ventaja de acceder a los ebooks en la web sería bastante importante:
  1. Podríamos acceder a ellos desde cualquier dispositivo, sin límite de copia de ningún tipo... porque no habría copia.
  2. Como no habría copia, disminuirían los problemas actuales de préstamo de ebooks: temporalmente no podríamos leer el libro prestado, y nuestro amigo podría leerlo durante el tiempo que estipuláramos. 
  3. No habría necesidad de DRM.
    1. Si no se necesita proteger de copia al libro, basta con que lo colguemos una versión html en nuestro servidor. Se lleva haciendo eso desde que se inventó la WWW en el 93.
    2. Si se necesita proteger de copia, bastaría con un programa de lectura que impidiera el acceso al portapapeles, o a cualquier otro tipo de manipulación de los contenidos. 
 El problema presente es que una parte muy importante del parque de ereaders no accede a Internet y, por lo tanto, es inútil para acceder al ebook online. Sin embargo, creo que es un trivial comparado con el problema cultural que he definido líneas arriba como inercia tecnológica. Pese a la independencia del papel, productores y consumidores siguen uniendo al ebook con su archivo. Sin archivo, disminuye decisivamente el sentimiento de posesión y control.

¿Qué os parece? Yo estoy tentado de pensar que el ebook online solucionaría muchísimos problemas de una tacada

 (1) tolomato: dícese del fashionvictim tecnológico con delirios de grandeza que, para ganar la atención que no merece en buena ley o por mérito propio, declara de la forma más altisonante que pueda que tal o cual tecnología va a morir. Aplíquese al propio autor de la definición si se da el caso.

viernes, octubre 22, 2010

Comentarios con Disqus y nueva plantilla

Estoy escribiendo esto mientras estoy en el hospital. Nada serio, a mi padre le han puesto una placa en un brazo porque se lo partió. Por eso tengo que ir al grano en contra de mi costumbre

Los que consultéis tinta-e por la web, habréis visto el cambio de plantilla. No es definitivo, pero la he actualizado para poder incorporar disqus como aplicación para comentarios.

No os asustéis si no véis vuestros comentarios. No se han perdido, sólo ocurre que la nueva plantilla sólo muestra los comentarios en disqus (que hasta ahora no existen).

A las malas doy marcha atrás, porque tinta-e es lo que es gracias a todas las conversaciones que han tenido lugar. Voy a ver cómo se pueden importar, así que esperad más cambios en las próximas horas.

jueves, octubre 21, 2010

Cluster de editoriales en gallego para defenderse del ebook

Don Tito, un lector de tinta-e, me ha pasado una noticia interesante: Nace un nuevo cluster para responder a la amenaza del libro electrónico. Don Tito se ha tirado el pisto hasta el punto de que ha traducido la noticia, lo que es de agradecer de cara a discutir sobre ella.
Nace un nuevo cluster para «responder a la amenaza del libro electrónico»
martes 19 de octubre del 2010, por Marcus Fernández
El Consejo de la Cultura Gallega acogió esta mañana una presentación histórica en el panorama cultural gallego, con la constitución de un cluster que junta las principales empresas editoras, distribuidoras y de venta del país en un proyecto que nace en un momento crítico tanto por la coyuntura económica actual cómo por los cambios que padece el modelo de negocio tradicional. 
El Clúster de la Edición, Librerías y Comercialización de Galicia quiere favorecer la innovación empresarial,  la formación y los proyectos conjuntos entre sus participantes, así como actuar como mediador con la Administración. Uno de los principales desafíos de este ente será la reacción frente al libro electrónico, pues segundo explica el presidente del nuevo cluster, Alfonso García Sanmartín, «detrás de la filosofía de la creación, está responder a la amenaza del libro electrónico, que viene para quedarse, aunque su implantación va a ser mucho más lenta de lo que se augura», lo que ilustró comentando que «las editoras gallegas que apostaron por el libro electrónico vendieron en un año unos treinta ejemplares. Entonces si la demanda es mínima, orientar las empresas de forma masiva al formato digital sería suicida».
Resulta un tanto paradójico que al tiempo que el Clúster de la Edición, Librerías y Comercialización de Galicia busque la innovación defienda también «la estructura actual del sistema de edición» apostando por «mantener toda la cadena de valor en el sector del libro» lo que no parece viable a largo plazo, como demostraron otros sectores en los que la digitalización supuso un revulsivo importante, de forma que aunque la industria musical y cinematográfica siguen activas, negocios como las tiendas de discos o los videoclubs padecieron una impresionante caída de demanda, lo que podría trasladarse a la edición en pocos años, por lo que afrontar este futuro negando la realidad no parece una buena estrategia.
Sanmartín explicó en su intervención en el Consejo de la Cultura Gallega que este nuevo cluster llega en buena medida ante la incapacidad del Clúster del Producto Gráfico y del Libro Gallego en abordar toda la problemática del sector, pues señalan que tal colectivo se centran en los problemas de las artes gráficas y de la publicidad, no correspondiéndose con las «necesidades que puede tener el libro de texto y el libro en general».
Por mi parte, y a la espera de vuestros comentarios, hay dos puntos que me llaman la atención (realmente hay más, pero prefiero esperar a los comentarios :) ):

  1. La elección del término Clúster. No es por nada, pero me interesa que hayan escogido un vocablo tan relacionado con la informática para luchar contra sus efectos
  2. La falta de pelos en la lengua, honradez y sinceridad: "defensa contra la amenaza que supone el libro electrónico". Es evidente que lo ven así no sólo por lo dicho, sino por las acciones que han llevado a cabo. Parecidas a las que han tomado otros (y no señalo a nadie), pero con la diferencia de que en Galicia van de cara.
Termino: ¿De verdad que el ebook es un juego de suma cero?

¿De verdad que el ebook no puede beneficiar a la ciudadanía y al editor a la vez?

¿En qué mundo queremos vivir?

lunes, octubre 18, 2010

Marginalia en los ebooks: continente y contenido

Hay quien le molesta que se anote en los márgenes de los libros. A mí también, si es de una biblioteca. Pero si es mío, todo lo contrario. Si un libro me está resultando productivo, en algún momento algo hace clic en la cabeza y del lapiz brota una idea, un brote nuevo que se injerta en el texto original. Ahí se queda, para una segunda lectura que muchas veces no se producirá, o en ocasiones lo cortamos con cuidado y lo transplantamos al germen de uno de nuestros propios textos.

Cuando la marginalia no es obra de un conocidísimo en su casa a la hora de comer, como vosotros o yo, sino que es de un autor conocido, puede llegar a cambiar la obra. El caso más conocido es el de Napoleón y El Príncipe, hasta el punto de que muchas de las ediciones actuales de la obra de Maquiavelo contienen las glosas del corso. En otras ocasiones se trata de felices palpamientos testiculares que duran generaciones, como el momento sublime que tuvo Fermat en un margen de su ejemplar de Arithmetica, de Diofanto.
Es imposible descomponer un cubo en dos cubos, un bicuadrado en dos bicuadrados, y en general, una potencia cualquiera, aparte del cuadrado, en dos potencias del mismo exponente. He encontrado una demostración realmente admirable, pero el margen del libro es muy pequeño para ponerla.
Imaginaos que al final no fuera sino la perfección final de los trabajos de Bower y Chorley. Personalmente, me desagradaría que el último teorema de Fermat se acabara demostrando, (Corregido horas después) me desagrada no sólo que el teorema de Fermat se haya demostrado, por los motivos citados ut supra, sino que mi empanada mental habitual me haya dejado en los tiempos previos a este señor tan feo que acabó demostrándolo:

Tampoco es tan extraño, porque una confusión con lo que vi con las viking me hizo creer hasta los 11 años que los marcianos existían, y me costó horrores convencerme de lo contrario. En cualquier caso, pero eso me llevaría esto me está llevando por terrenos diferentes a los que tenía en mente al empezar a parir el post, por lo que tendrá que quedar para mejor ocasión.

En cualquier caso, lo cierto es que los ebooks han traido una deliciosa contradicción a la marginalia, en la misma linea de ruptura de paradigma, choque cultural o choque de trenes metafórico ((c) Neal Stephenson) que representan ideas actualmente extendidas como la falta de olor y tacto de los ebooks: la marginalia en los ebooks es inferior a la de los pbooks. Por ejemplo, de El Sitio de ebooks:

Marginalia - How do you deal with it?

The thing that I just can't get around regarding superiority of real books to ebooks is marginalia - writing things out on the side, making comments at the end of a chapter and seeing this interspersed with the text.
It is true that the Amazon allows underlining and annotation. Underlining works well - it is apparent when you read the text and is fast and easy to do. Annotations... not so much. I've had all three Kindles but none of them do this quickly or easily (and w/the DX it is almost totally worthless - takes a lot for me to even touch the keyboard).
So what do you do? Or do you at all?
I've been thinking of getting a large moleskine and recording marginalia in it as I read.

Supongo que los usuarios de Kindle estaréis conmigo en que lo que dice el tipo es eso, su opinión y su gusto, pero ni remotamente una verdad absoluta. Si bien hay terreno para la mejora, la anotación es uno de los puntos fuertes del Kindle, una de sus ventajas sobre la competencia (por demérito ajeno más que mérito propio, me parece). Te mueves con el cursor y empiezas a escribir. Como quiera que una anotación nunca es demasiado extensa, porque de lo que se trata es de esbozar y amagar, la lentitud del teclado mecánico se compensa sobradamente con la ventaja que supone producir texto digital. Pero eso es sólo el principio.

Ay, si yo hubiera tenido un ereader en mis tiempos de estudiante. No sólo por poder leer en cualquier parte mis tronchos de fotocopias (los de cada asignatura, y luego las resmas de papers que me zampaba entre pan para tesina y tesis), sino por una ventaja aún más dramática: lo que se subraya (y ésa es una operación más rápida que a manopla, cuando se hace con un cursor) y lo que se anota, se integran tanto como datos auxiliares del ebook como en un archivo general de anotaciones. Basta con acceder a uno de esos dos archivos y... ¡ZASCA! De repente tienes todas las citas que necesitas de papers y capítulos, así como tus ideas absurdas, listas para montar tu propio paper inmortal. No hay que picarse a manopla cada cita y todo está listo para reorganizar y situar en tu propio flujo de ideas. No conozco ningún caso y de momento no lo necesito, pero me parece trivial conectar los metadatos de obra de la cita con una BBDD bibliográfica para ahorrarte aún más curro y que todas las citas aparezcan con su bonita referencia correcta, p.e. en BibTEX.

Si el caso de la marginalia de trabajo o estudio tiene muy poca discusión, o eso me parece, la marginalia pura, por placer, como destello o eructo mental tras leer un párrafo que pone a tu mente a trabajar, podría ser diferente. Y no soy irónico: la letra manuscrita es algo muy personal, y glosar tu ejemplar es un acto más personal cuando, tiempo después, vuelves a tus garabatos que aprovechan esos breves espacios hasta donde dan de sí.

O no. Vale, que son tuyos. Ahora, la pregunta es: ¿Vas a volver a ellos?

Si es por motivos de trabajo, no te queda otra. Entonces, volvemos a la ventaja de los archivos de anotaciones.

Si es desde la pureza lectora... me parece improbable. Cuando pases de página, tu anotación quedará en la oscuridad, sepultada por las páginas que has leido a continuación. Y a menos que la saques de ahí y la pongas en un cuaderno, servilleta o mantel de papel, tu memoria también la sepultará al seguir leyendo. Nuestros problemas de tiempo personal hacen más y más difícil que releamos un texto, habiendo tanto que hacer y tanto por leer, con lo que esa idea quedará como un destello sin continuidad.

Sin embargo, con un ebook no hay páginas que pasar. Es un único texto corrido. Y las limitaciones que les ponemos a las anotaciones son artificiales.

De hecho, algunas plataformas las almacenan, listas para consultarlas en cualquier momento. Si la idea merecía lo suficiente la pena como para no perderla, es razonable emplear los segundos que necesitas para picarla y que quede registrada. Un tiempo indeterminado después, un único clic sobre [tus comentarios a la obra] te enumerará todas las ideas que te fueron surgiendo conforme leías, y puede que te encuentres ante esos agradecidos momentos en los que una moneda de dos euros aparece en un bolsillo de la chaqueta o debajo de un sofá: algo de valor, olvidado, y con lo que de repente te encuentras, listo para sacarle partido.

En resumen, la e-marginalia o marginalia en los ebooks no huele, ni tiene tacto, ni tiene nada formalmente conectado a ti: es una fuente de ordenador. Pero es tu idea, mucho más viva, recuperable y reutilizable que la marginalia tradicional, que hacía del libro en muchas ocasiones un cementerio de pequeños animales domésticos.

sábado, octubre 16, 2010

Y eso que sólo quería comprarme un cuaderno

Ayer por la tarde quería comprar un cuaderno en blanco para que pinten mis hijos. En mi barrio quedan todavía papelerías con sección de librería, aunque no sé por cuánto tiempo. Lo que les salva, supongo, es estar a cierta distancia de las grandes superficies y ofrecer lo que éstas no ofrecen, desde literatura infantil hasta, simplemente, textos distintos al best-seller.

La verdad es que mi trabajo o mi vida personal no me hacen pasar por estas librerías con frecuencia. La pila de libros por leer sigue alta y lozana, y mi oficina es básicamente sin papel. Por el ritmo que llevo en el último año, no estoy ni remotamente al tanto de novedades de mi interés. Por eso, mi sorpresa fue grande cuando, al ir a comprar el cuaderno, dos obras se me pusieron a tiro:

  • Sonderkommando, de Shlomo Venezia. Recuerdo al hombre, lo había visto en documentales y escuchado su testimonio. Uno de los pocos supervivientes de las deportaciones de una de las mayores colonias sefardíes del mundo, Tesalónica. Sin dudarlo.
  • Anarquistas. Un siglo de movimiento libertario en España, de Dolors Marin. El cuerpo me pedía desmitificación. Sin dudarlo también, por el rabillo del ojo leí el canto y a la bolsa que fue.

Ambos me salieron por 36 €, además de los 2 euros del cuaderno que quería adquirir y por el que me pasé por la papelería. Mi pila por leer mide 45mm más. Sin problema, ya caerán.

Dos días antes había leido una referencia a The Gun, de C.J. Chivers, un autor pulitzerizado. Un buen equilibrio entre la monografía especializada y la divulgación, hace un recorrido de la evolución de las armas automáticas hasta el Kalashnikov y su significado cultural. 13,9 € al cambio. Tres clics desde el kindle: tienda, buscar The gun, comprar. 45 segundos. Me ha enganchado y llevo ya 1008 locations de 11543 (el equivalente a páginas para texto fluido de ebook, el p-book son 496 páginas del señor)

¿Por qué este anecdotario?

Pues porque me he dado cuenta que lo de los precios, vale, es importante, pero no hay que obsesionarse. No quiero ir de potentado por la vida ni nada parecido, y los precios no invitan precisamente a aumentar la compra que he hecho este mes, pero por otra parte no es nada nuevo. No sé vosotros, pero a mí me lleva pasando mucho tiempo: aún cuando era un estudiante perpetuamente a la última pregunta, en mi decisión pesaba más en muchas ocasiones el impulso al recorrer la librería que el dinero. La diferencia respecto a ahora es que tenía más tiempo para emplear en buscar ejemplares descatalogados, rebajados o lo que fuera, pero si la obra me tiraba, se iba a hacer puñetas el presupuesto del mes.

Ayer pude comprobar que ese viejo impulso me funciona exactamente igual en papel que en ebook. Se podría pensar que, si tengo las dos opciones, tiraría por ebook por más inmediatez y por precio, pero empiezo a pensar que es necesario relativizar eso. Como dicen muchos, nunca podremos tener tiempo para leer todos los libros que nos gustarían. Partiendo de esa base, la tribu de los compradores impulsivos de libros vamos llenando nuestra cuota de lecturas con lo que aparece ante nuestros ojos. Y esos momentos en los que cedemos a la tentación son independientes, o eso me parece, de si estamos en internet o en el espacio real. El proceso es básicamente el mismo: me entero, o veo, un título que desconocía y que encaja bien en mi espectro de intereses. Algo hace clac y nos pone en modo compra. Tiene su margen de error, por supuesto, pero diría que el factor esencial es incontrolable y muy vagamente consciente. Es tan sencillo como que un elemento de la obra atrapa nuestra atención: tema, autor, título, recensión, lo que fuera. Nos dejamos llevar, nuestra C/C se rebaja un poco y para casa.

El corolario de esto es que el librero que quiera sobrevivir tiene que maximizar las oportunidades de que una obra haga clac en la cabeza de un comprador, dado que en poco tiempo va a competir con las tiendas online y en aparente desventaja. El modelo de librería-papelería, donde pueda funcionar (no en el centro de Madrid, desgraciadamente), incrementa las posibilidades: como me pasó a mí, vas a comprar otra cosa y topas con un imán de tu interés.

Pero estos establecimientos han cerrado en gran número por la competencia de las grandes superficies. Diría que es raro que en los barrios nuevos se construyan, para empezar porque buena parte de los PAUs no andan sobrados de comercio minorista (otra desgracia que, directamente, no me entra en la cabeza), y en los barrios consolidados se mantienen de aquella manera. La conclusión que saco es más genral: como digo, el librero tiene que dar más motivos al cliente para que se pase por la librería. Entiendo que eventos, tertulias, todas las variantes posibles para maximizar las oportunidades de que, al verlo, alguien se decida a comprar el libro de papel y no espere a casa para comprar el ebook.

Pero por más que haya relativizado, las diferencias están ahí. El librero lo va a tener más difícil si la diferencia de precio entre el ebook y el pbook empieza a ser acusada. Ya parte de la desventaja de que el ebook maximiza la inmediatez, sobre todo cuando no se depende de un PC para la adquisición; eso, por no hablar de que tampoco va a poder competir con fondos con una tienda online.

El único factor con el que puede aventajar a la tienda online es la comodidad del cliente en el sentido más humano del término: sentirse a gusto, acogido, aconsejado, tener motivos para darse la caminata y para quedarse un rato, tener motivos adicionales a los de la compra del libro.

Libreros y libreras, más os vale afinar vuestros cantos de sirena. Lo mismo un café tampoco está tan mal :)

lunes, octubre 11, 2010

María Jesús y los pajaritos

Para los que superéis con generosidad la treintena, esta imagen removerá recuerdos en el sobreático de vuestra memoria que probablemente sería mejor no tocar: María Jesús en la TV de dos canales (en plena sintonía estética con la época), quizás María Jesús en directo o quizás incluso algún familiar o vosotros mismos perdiendo la dignidad al bailar el baile de los pajaritos. Pensándolo bien, y aún aceptando que se perdiera la dignidad (bailando el baile de los pajaritos sin la excusa de la ebriedad), echar la vista atrás nos devuelve a una época mejor. Mejor, porque algunos eran capaces de bailar eso en público y seguir mirándose al espejo: el baile de los pajaritos nos devuelve a una época con menos vergüenza y complejos y más autoestima.

Para los que no vivisteis una experiencia así en persona, os dejo con un video:
Eso sí, andaos con ojo, porque el video inmediatamente posterior a éste en relacionados de Youtube es "No se puede parar la música" de Regaliz, obra que puede provocar un choque anafiláctico a una persona que no haya sido expuesta anteriormente. Y para los lectores hispanoamericanos, os dejo una breve reflexión: todos tenemos algo de lo que avergonzarnos. Ya sea la tigresa de los Andes, Pimpinela Escarlata o Regaliz.

A lo que voy. La imagen con la que empiezo este post acudió como un rayo a mi memoria cuando contemplé la imagen publicitaria del AlphaUI:
Impress your friends by back-typingª

Es el año 2010. 20 años después de María Jesús, el interfaz de acordeón (Accordion interface) vuelve a la calle. Los amigos de la chica gafapasta parecen impresionados por la novedad... pero, amigos, estamos en 2010. Es una época con muchos más complejos, mucho más pudorosa, con más vergüenza y miedo a la hora de enfrentarse a la extravagancia pública.

En principio el AlphaUI tiene tanto futuro como el baile de los pajaritos en el mundo desarrollado por los mismos motivos. Sin embargo, tanto el baile de los pajaritos como el Accordion Interface son hijos de sus épocas. Aireábamos las axilas a finales de los 70, exhaltados por la libertad, con los rescoldos de la inocencia todavía calientes. Las fiestas de los pueblos y los bailes de las bodas tenían su momento pajaritos por allí, con el tío o el abuelo convenientemente mamado, al lado de la abuela que rompía tabúes y censuras mientras se acuclillaba como podía.

Y en 2010, el Accordion interface es el hijo de una época que reniega violentamente del teclado. Tiene los mismos problemas estéticos y de autoestima que el baile de los pajaritos, pero responde a una necesidad: el teclado a la vista, bajo una pantalla, está dejando de ser aceptable.

domingo, octubre 10, 2010

¿Para qué hace falta WiFi en los ereaders?

Nota previa: el texto de este post es lo suficientemente largo como para que crea que tenga sentido ofrecer la versión .mobi (para Kindle), .epub y .fb2. Si vuestro ereader accede a Internet deja de tener sentido descargarse la versión adaptada, claro.

Habréis podido comprobar que, con la sola excepcion de Sony, los últimos ereaders que han salido al mercado con ganas de ser vendidos incorporan wi-fi. Y conociendo la historia industrial de Sony, desde el Betamax hasta el MemoryStick, pasando por el MiniDisc y el Universal Media Disc, lo de excepción parece más una maldición bíblica que otra cosa.

Sea como fuere, y hasta que vengan los ereaders con nuevas pantallas a color (los "dispositivos de convergencia" entre tabletos y ereaders de los que os hablé en el último post acerca de Mirasol), parece que la siguiente big thing es la conexión por wi-fi.

La pregunta con la que titulo este post tiene todo el sentido. De hecho, es la base de la evolución de los ereaders. Antes de preguntarse ¿para qué los ereaders?, hubo que preguntarse ¿para qué un teclado en un ereader? A esta primera pregunta no ayudaba en absoluto el diseño ortopédico del primer Kindle y su teclado en cascada

Más allá del espanto visual de ese teclado, la pregunta que muchos se hicieron fue ¿Para qué el teclado? que se conectaba implícitamente con otra pregunta implícita, verdaderamente en las raices, esencias o subsuelos de los primeros ereaders: ¿Para qué necesita un teclado un libro?

Un libro no tiene teclado, y un ordenador no es un libro. Esa contradicción conceptual tuvo sentido en su momento, mientras se lograba independizar el libro como texto de su continente físico. Echando la vista atrás, parece inevitable que los primeros ereaders imitaran lo más textualmente posible a los libros previos, a los p-books, no sólo por bajar la sensación de extrañeza y alienación de su imaginado comprador, sino porque la radicalidad en el diseño de productos de consumo se lleva mal con los encorbatados temerosos.

Kindle fue el primer lector de éxito con teclado. Hay que volver a decirlo: dejemos el espanto a un lado (mirando, por ejemplo, el Kindle 2, que a su lado es bello). Amazon metió un teclado para poder comprar ebooks con comodidad desde el propio aparato, pero el teclado ganó rápidamente una función más importante (para el usuario): anotar y subrayar con comodidad, algo imposible hasta la fecha. La fijación en imitar fielmente al libro de papel impidió a los diseñadores precedentes implementar con comodidad dos funciones indispensables para el estudio y para el trabajo con textos. De hecho, se llegó a implementar un lápiz para subrayar y anotar el ebook exactamente igual a como se hace con el libro de papel... sin contemplar el resultado real, que no era otro que la utilidad del subrayado y anotado era terriblemente limitado (las marcas no se exportaban de forma útil).

Por más que la siguiente generación de ereaders no implemente teclados salvo excepciones (como ya dije, el problema es que el teclado es númelo 10 y lo táctil, númelo 1), las funcionalidades de subrayado y anotado se implementan no imitando literalmente al p-book sino pensando en el ordenador dedicado que es un ereader y en los datos producidos anotando un e-book. El problema no se resolverá hasta que los señores de iDPF tengan a bien incluir en su formato la definición de subrayado y anotado, pero al menos se ha superado la barrera de imitar al libro para empezar el camino de un tipo de dispositivos optimizados para la lectura.

Y digo, con todo el sentido, empezar. Nos queda un largo camino hasta dar con el conjunto de características óptimas. Y esto me vuelve a llevar a la pregunta que titula el post. ¿Para qué wi-fi?

Pero vamos a ver, ¿un ereader no es para leer libros? ¿Qué aporta al usuario que su ereader se conecte a Internet, especialmente si tenemos en cuenta que los navegadores de los ereaders siguen estando muy limitados?

La respuesta convencional sería: acceder a las tiendas y librerías de ebooks para descargar o acceder a los ebooks. El primer caso es el de Amazon y Barnes & Noble: para ellos, es una ventaja tremenda que el usuario no dependa de la conexión a un PC para descargar los ebooks, porque se fomenta la compra impulsiva. Para el usuario, si se siente a gusto con la compra impulsiva, también es una ventaja, y se le deja con el caramelo de acceder (despacio y con limitaciones) a contenido web.

El segundo caso está por ver. Dada la falta de claridad que aún perdura sobre el modelo de negocio y comercialización de Google Editions, no está claro si se van a poder descargar los libros o si, por el contrario, sólo se va a poder acceder al libro con un dispositivo conectado a Internet, sin poder descargar localmente el archivo. Tengo mis dudas de que no se pueda descargar el ePub, porque entonces se renunciaría a buena parte del mercado de early adopters, con dispositivos sin conexión a Internet.

No es por nada, pero no veo que conectarse a Internet para descargar ebooks acabe de merecer la pena. Y ojo, lo he usado y es cómodo, pero tampoco se me caen los anillos por conectarme con el PC a la librería y adquirir y/o descargar un ebook. Lo que realmente me aporta de la conexión wi-fi en un ereader es acceder a contenidos web, desde la wikipedia a instapaper o readitlater (lo que más he usado).

Sin embargo, hay muchas quejas y opiniones negativas de la navegación usando ereaders. Y tienen razón:
  • Los navegadores de los ereaders hasta ahora eran muy limitados
  • La capacidad de proceso de los ereaders también era reducida, porque para mostrar textos hace falta muy poca, y la cosa era abaratar en lo posible por esa vía
  • El refresco de las pantallas e-ink es lento, y como resultado se añadían valiosos segundos a la carga definitiva de una web
Para un formato físico parecido, los tabletos dan mejor resultado, porque ofrecen una experiencia mucho más fluida, comparable a la de los smartphones (no hay que olvidar que un tableto no es otra cosa que una PDA o smartphone gigante). Por otra parte, los ereaders híbridos también solucionan la papeleta: el Alex ofrece fluidez en la pantalla inferior, y comodidad de lectura en la superior.

Al igual que en el caso del teclado, creo que estamos ante un problema evolutivo. Efectivamente, la conexión wifi para descargar ebooks no marca una diferencia profunda, y la experiencia de navegación es limitada y palidece en comparación con la de un ordenador o tableto. El problema reside en que un ereader no es un libro... y tampoco un ordenador. Es un dispositivo optimizado para la lectura


Lo primero empieza a quedar claro: las convenciones de uso y los límites del papel no se aplican al ereader, y rendirse ante ellos es tirar piedras a tu tejado. No hay problema en que un ereader tenga teclado si con ello se implementa bien el anotado y subrayado.

Lo segundo es el momento actual, en pleno tsunami tableto. Hay que tener en cuenta que un tableto no es otra cosa que un ordenador capado, pero en el mismo concepto. No tiene las capacidades de un ordenador con sistema operativo completo (Windows, Linux, OSX), pero tiene la misma concepción generalista: ejecutar aplicaciones para llevar a cabo tareas, desde navegar hasta escribir, pasando por jugar, geolocalizarse y mineralizarse.

Un ereader tiene la forma de un tableto, pero es otra cosa. No es un dispositivo generalista, sino que está especializado en facilitar y optimizar la lectura.

Y ésa es la madre del cordero, señoras y señores. Incluso en navegación, de momento, es inapropiado pedirle resultados de tableto, porque es evidente que la especialización de un ereader le obliga a muchos "sacrificios"... si se le entiende mal. Un ereader no está pensado para navegar.

Pero tiene ventajas significativas si dispone de conexión wi-fi

¿Contradicción?

Pensadlo dos veces: evidentemente, consultar un feed RSS, o un gran número de webs, o twitter, o CaraLibro, es un coñazo. Es lento y  limitado.

Pero si descargamos una serie de artículos largos, como se hace con Instapaper o ReadItLater, la cosa cambia. Precisamente, los artículos largos se leen mejor con un ereader debido a la comodidad que tiene para la vista la pantalla de tinta-e. Más aún, los ereaders dan nueva vida a un formato demodé, la revista electrónica, digital o el término que prefiráis. Edge o First Monday son dos de mis revistas preferidas, y hasta hace no mucho las imprimía ante la diferencia de experiencia que implicaba leer textos largos en pantalla. Eso me fastidiaba por una diversidad de motivos que se resumían en el momento que acababa de leer y tiraba lo impreso.

De hecho, este mes quería hincarle el diente a
Bubbles, gullibility, and other challenges for economics, psychology, sociology, and information sciences, un articulo del first monday del mes pasado. Si lo hago con un ereader sin conexión a Internet, tengo que convertir primero el archivo a .mobi o .epub, según sea el caso. No es el fin del mundo, claro, pero no deja de ser un coñazo... prescindible, sobre todo. El Alex (Papyre 6.S), o el Kindle con la conexión a Internet sin capar, me permiten prescindir del PC y acceder en el momento a esos contenidos. Igual pasa con los artículos largos y gozosos (por ese orden) de la Wikipedia inglesa: no es lo mismo leer un artículo de 3.000 palabras en tinta-e que en una pantalla retroiluminada.

Por todo esto, creo que la siguiente etapa evolutiva de los ereaders es superar al ebook. Superarlo, no en el sentido de abandonarlo, sino en el de acceder y permitir la lectura gozosa de textos largos que no tienen por qué ser novela o monografía. No sólo por lo presente, por descargas de instapapers o readitlateres, sino por ese tesoro magnífico de revistas y textos largos que, por más que no tengan hoy en día la visibilidad que tuvieron en la Internet joven (Internet se inventó para ellos), siguen siendo un tesoro cultural de primera magnitud.

Por ejemplo, el creciente y ya imprescindible catálogo de revistas académicas Open Access. ¿Tiene sentido descargarlas e imprimirlas? Casi no, pero aún ganaríamos más si el ereader pudiera acceder sin ayuda del PC a esos contenidos, para poder hincarles el diente en cualquier momento.

Lo que estas líneas me han dejado claro es que cualquier ereader que compre o aconseje en el futuro tendrá que incorporar wi-fi. Renunciar a la conectividad independiente es absurdo.

viernes, octubre 08, 2010

Entrevista a Jaume Balmes (2)

Segunda y última entrega de la entrevista a Jaume Balmes.

Jaume: Esta segunda parte la he escrito otro día (el 3 de octubre concretamente), y han pasado algunas cosas interesantes dentro del mundo editorial y del libro-e. Ha habido el Liber 2010, aquí en Barcelona, y he evidenciado que la cosa está muy mal, pero en gran parte por culpa de los que deberían aprovechar al máximo las posibilidades del libro-e. Y otra cosa (y el mundo es un pañuelo), que fui invitado a una primera reunión entre editores pequeños, minúsculos y nanométricos de toda España, que estaban en Barcelona por el Liber, para afrontar “esto del libro electrónico”. Digo lo del mundo y el pañuelo porque te escuché a través de skype dar una buena charla a todos y todas los que estábamos allí, y el teléfono que te llamó (el segundo y definitivo) para que nos oyeras era el mío. No me pude quedar por la tarde, donde se supone que se empezaban a tomar decisiones, y aún no sé el resultado, pero tengo que decir que tu intervención hizo que la gente pensara mucho (se saturaron un poco, normal, por otro lado, si no se han interesado por el tema hasta ahora) y pude ampliar ciertos aspectos que habías introducido tú mismo y explicar de nuevo algunos que no habian acabado de entender, o sea que el tándem funcionó muy bien. Y te doy las gracias por haber querido colaborar, porque la verdad es que me interesa (llámale militancia literaria) mucho más ayudar a que los pequeños editores del país puedan subirse al carro y aprovechar la oportunidad de hacerlo bien y que gane en calidad este mundo del libro-e, que eternamente seguir viviendo exclusivamente de los redactores de los macro-editoriales que están hasta los @@ de que las empresas de “conversión” hagan libros-e como churros (y les salgan como un churro), y valoren mi trabajo por su calidad (y no por su precio).

Continua la entrevista


1) Si el libro-e está correctamente maquetado y se renderiza fluido en un ereader, ¿Crees que los usuarios perciben el valor añadido en una maquetación más elaborada?

1- Te digo que percibir lo perciben. La cuestión sería si lo valoran. La verdad es que esto pasa como los libros-p, si está compuesto sin ganas, sin criterio, leer se lee igual, pero la experiencia no es la misma, hay razones para cada tamaño (relativo, claro) de tipografía, de los márgenes, sangrías y justificaciones diferentes. Habrá quien les da igual, y habrá quien no. Y a los que “no” tienes que ofrecerles un producto pensado y de calidad, puesto que són, al fin y al cabo, los que valoraran el trabajo que tu haces, que el editor hace, puesto que el contenido lo hace el autor, tu (mi) trabajo es hacer que a ese contenido se le añada una experiencia de usuario lo mejor posible, de rebuscar en las limitaciones del formato las posibilidades que tienes de hacerlo un producto mejor. Seguramente soy el único en el mundo, pero los epubs que me descargo de internet y me apetece leer a gusto, me los recompongo a mi gusto.


2) ¿Qué futuro ves a Libranda y al libro-e en España durante 2011? (es una pregunta amplia aposta, claro :) )


2- Ufff, Libranda. A ver, al contrario de lo que mucha gente dice, creo que Libranda ha llegado para quedarse. Otra cosa es que los editoriales que lo forman, consigan librarse (de Libranda, que paralelismo poético...) de los contratos que han firmado. Se tiene que valorar el hecho que exista, pues hasta Libranda los que había era mucho peor, de peor calidad y más asfixiante para las editoriales. En cualquier caso sólo va a tener beneficios reales para los grandes editores, que lo fundaron. Para el resto no creo que les interese. En España el libro-e empieza el 2011. Ahora leemos (y compramos) libros-e unos pocos frikis, aunque mucha gente debe tener lectores-e en algun cajón. Veremos cómo responden los pequeños editores, veremos que harán los medianos que se han apuntado a Libranda, y veremos cómo Libranda se maneja con Apple, con Google y con Amazon. Y veremos si, por fin, no pagamos el doble que el resto del mundo por los lectores-e.


3) Se están comprando ereaders de forma creciente. ¿Crees que las editoriales están respondiendo adecuadamente al crecimiento del parque de ereaders?


3- Simplemente: NO. 1500 libros es poquísimo en libro-e para los millones de libros-p que tienen los grandes editores. Pero no creo que sea su culpa, el sector no está preparado y eso ha hecho entrar ingentes cantidades de alienígenas al sector. Me explico, el 95% (por ahí) de libros-e los estan haciendo empresas de.... ¡informática!, y los talleres de composición estan en estado vegetativo al respecto del libro-e, cosa que a medio término les afectará en su trabajo también con los libros-p. Entre eso y algunos que se han puesto a hacer epubs de mala calidad por la poca competencia a precios abusivos (incluso algunos informáticos), los editoriales han ido a buscar acuerdos de precios por volumen a empresas que les garantizan una cantidad, aunque ninguna calidad. No se les puede reprochar, los talleres de composición no pueden asumir tal cantidad enorme de trabajo, y si algo saben hacer las grandes consultorías de informática es canibalizar cualquier sector que suene a “eso se hace con un ordenador”, por precios irrisorios a base de hacer churros, como churros. Pero incluso así el ritmo es muy lento por otro factor: los derechos de edición en formato electrónico. Calculo que debe haber el doble o más de epubs esperando en los servidores de los editoriales a obtener finalmente los derechos para poderlos vender, incluso se ha tirado atrás muchos pedidos por ese motivo. Los autores (y sus agentes principalmente) estan a la espera de cómo evoluciona (y que porcentaje se pueden llevar), pero a la vez estan obstaculizando su desarrollo. Es absurdo, pero es así. No creo que la culpa sea de los editoriales, plenamente, si no del sector en general (desde los talleres de composición de libros hasta los agentes literarios, inclusol algunos autores).


4) Por último (para no abusar), ¿Crees que Amazon se puede comer algún colín en España?


4- El tema de Amazon es peculiar. Además aquí hay actuaciones contradictorias al respecto con los mismos grupos editoriales en diferentes países. En los USA pueden estar en Amazon forrandose, a la vez que en España són reticentes a ello. Creo que la legislación al respecto del precio único perjudica su modelo de negocio, de hecho perjudica a todo el sector, excepto a los muy grandes. Pero no se que creer, Amazon me da miedo, igual que Google (puestos a elegir, el menos malo sigue siendo Libranda). Y la entrada de otros alienígenas, en este caso las empresas de telecomunicaciones, da ucho miedo. Pero la verdad es que tienen la oportunidad de hacerse de oro si lo hacen bien.


La reflexión final sería: ¿Vamos a dejar que los errores que cometemos dentro del sector editorial haga que el negocio se vaya fuera del sector?

En mi caso no me gustaría, así que des de mi trabajo hago un poco de “psicólogo” asesor, muy modestamente entre epub y epub, viendo un sector que está siendo canibalizado por sus propios errores, pero que hay, aún, posibilidad de recuperarse, incluso de demostrar que la indústria del libro mantiene esos valores que cada editorial, de cualquier tamaño, abandera en público tanto.


Bueno, al final me ha salido una chapa de cuidado. Vaya por delante mis disculpas por las más que posibles catalanadas y faltas ortográficas de influencia de mi lengua de uso habitual (en especial la conjunción “y” que soy consciente que la catalanizo muchísimo en “i”).


Lo dicho, Jaume, 1.000 gracias por la visión desde dentro. Es refrescante, y tiene una ración satisfactoria de optimismo. Lo cual no viene nada mal porque, ante lo inevitable, mejor que sea bueno para todos.

jueves, octubre 07, 2010

Entrevista a Jaume Balmes (1)

Coincidí con Jaume Balmes en los comentarios a un post de nuestro común amigo RFOG. Me interesó tanto lo que comentaba desde la experiencia de la realidad de trabajar con ePub que le propuse hacer una entrevista por email, para profundizar en los aspectos que más me habían llamado la atención. Volvimos a coincidir hace pocos días, de forma inesperada, en el coloquio de editores y libreros en el que participé el pasado sábado.

Los resultados han superado mis expectativas, porque desmitifican bastante del tema en cuestión, sobre todo si se le enfrenta con la mirada limpia y sin pasión - yo también tenía mi cuota de errores al respecto.

Gracias, Jaume, por el esfuerzo, el tiempo y la claridad obtenida. Espero que con la publicación de esta entrevista se aclaren buena parte de las dudas que muchos teníamos respecto a los procesos actuales que implican la creación de ePubs

He dividido la entrevista en dos partes, por su longitud. Sin más, os dejo con la primera:

Hola, Jaume:
En tu comentario en el blog de Kindleman se notaba a las claras que hablabas con conocimiento de primera mano, y que no tienes pelos en la lengua (como si los pueden tener otra gente del ramo que habla respecto al "coste de los epubs"... cosa que es de respetar, por otra parte). Por eso quería hacerte algunas preguntas, en principio para ampliar tu comentario en el post de RFOG y construir así una composición de lugar. Si te parece, me gustaría publicar la entrevista en tinta-e tal cual.

Vamos al tajo:

1) ¿Es mucho más sencillo generar un libro-e desde cero que "remontar" o "desmontar" un libro-p hacia libro-e? Entiendo que sí, por lo que comentas, pero me gustaría que abundaras en este sentido.


1- Desmontar un libro-p no tiene excesiva dificultad, con un “pero”. Paradójicamente es mucho más sencillo y limpio desde Quark que desde ID, por una simple razón, que parece una tonteria, pero en el procesado y limpieza del html te ahora MUCHÍSIMO trabajo: en Quark puedes definir las cursivas y tipos bold “falsamente”, es decir, no como un estilo o una tipografía, si no como una propiedad del caracter, cosa que al traducir en html tienes unas bonitas etiquetas [em] y [strong], en vez de un estilo css [span class="cursiva"], por ejemplo). Esta tonteria ayuda mucho a limpiar estilos inútiles en el html fácilmente. Desde el ID eso no es así, y por lo tanto definir cada cursiva es definir una clase CSS concreta. Tengo que decir que estoy hablando de fondo editorial antiguo, con los vicios cogidos del papel. Me refiero que es más sencillo empezar desde cero, pero desmontando el archivo abierto del libro-p, ya que los Word iniciales no se pueden usar, ya que carecen de las correcciones de estilo, ortográficas y tipográficas. Lo que cuesta mucho más es limpiar un .epub hecho con ID en base a un libro-p, pensado y compuesto sólo para libro-p.

2) (dependiendo de la contestación a (1)): ¿Es mejor generar el PDF y de ahí el epub desde indesign, o lleva menos esfuerzo generar un epub desde el texto previo?

2- Te he respuesto en la anterior. Seria muchíssimo más fácil partir de un Word/ODT/RTF... pero no se puede usar al carecer de todas la correcciones posteriores a la composición. Te ahorras una buena limpieza de estilos.

3) Bajo tu criterio, ¿Hay mucha diferencia de coste entre maquetar un libro-p y un libro-e?

3- En el tema de los costes creo que no se puede establecer un paralelismo del coste de un mismo libro en papel y el ebook. Por norma general es más barato, pero un elemento tan tonto como las versalitas, que se pueden estilizar relativamente fácilmente en un libro-p, en un libro-e es un drama (el css de epub no acepta el atributo “smallcaps”). O sea que si es un libro con muchas versalitas, el libro-p puede salir más caro. Hay más ejemplos tontos que son un quebradero de cabeza para la composición de libros-e, por cuestiones que no se entienden (¿¿¿tanto cuesta actualizar el formato???).

4) ¿Podrías desarrollar lo que comentas en el comentario a RFOG sobre los resultados de InDesign para generar ePub?

4- Con el tema de los resultados del ID, sé que mucha gente no está de acuerdo conmigo, pero sigo defendiendo mi postura. Un libro salido de ID NO se puede (ni se debería) vender. Sé que en el sector de la composición de libros, acostumbrados a herramientas transparentes muy buenas, no quiere actualizarse a maquetar código, pero la calidad que los clientes se merecen lo necesita. Tocar el código es imprescindible, y hay muchos casos en que arreglar un xhtml (y el CSS, aunque se puede incorporar desde ID uno ya existente que lo evita) generado por ID es peor que sacar el texto con el mínimo formato y liarse con el xhtml. Sé que mi posición es un poco maníaca por que estoy obsesionado con que el código esté lo mas limpio posible (los que probéis vuestors epub con los Sony Reader sabréis lo que es no entender que pasa y remirarte el código, el tamaño de cada archivo, etc...), pero creo que eso te da la tranquilidad de que tu epub se va a leer en todos los dispositivos que lean ese formato.


5) ¿Qué te parecen los productos libres para generar y editar epubs, calibre y sigil?


5- A priori soy un defensor a ultranza del SL, yo estuve muchos años trabajando con GNU/Linux únicamente hasta que descubrí Mac OS X y vi que me podía olvidar de la informática de una vez por todas, y usar el ordenador como herramienta de trabajo y ocio sin preocupaciones (el Windows lo dejé de usar a los 16 años, pasando a usar Red Hat 7.3 si no recuerdo mal, y posteriormente Debian Potato, qué tiempos). Igualmente uso habitualmente OpenOffice (aunque tiene que mejorar mucho aún...) y otras herramientas de SL (incluso he donado bastante dinero, para mi modestíssima economía, en proyectos diferentes de SL). Dicho esto, prefiero esperar a que Tanto Calibre como Sigil tengan versiones realmente estables (cuando tengan la version 1.0) para emitir un veredicto. Hoy en día no són más que una pérdida de tiempo en lo que es la edición (¡¡¡y las constantes actualizaciones del Calibre me tienen de los nervios!!!). El Calibre puede ser útil como herramienta de conversión de formatos, pero nunca se puede usar en un entorno profesional sin el consiguiente control de limpieza de código posterior. En cualquier caso, la iniciativa es muy buena en ambos programas, y facilitará mucho la autoedición a nivel particular de documentos para leer en un lector-e. Y espero que realmente en algun momento, alguna empresa con dinero apueste por desarrollar ambos programas (considero un mito que sólo la comunidad puede hacer programas libres realmente funcionales más allá de un carácter de ocio y “frikismo”, todos los buenos programas de SL tienen una empresa multimillonaria detrás).


6) ¿Qué solución te parece la más apropiada en estos momentos, InDesign, Sigil o liarte con el editor de texto como los valientes?


6- Aquí te diré que depende. Profesionalmente me encuentro con el 90% de los libros-p que tengo que componer en libro-e en formato Quark, de manera que sólo me queda el código. Pero como he comentado antes, un ID no es tan fácil de desmontar, así que depende su complejidad puede salir mejor exportar un epub sin estilos (vaya, los suficientes como para no perder las cursivas y negritas) y empezar de cero, sabiendo que tienes dos formatos, como mínimo, ya definidos. Pero también puede interesar, en el caso de las notas al pie, conservar el enlace (entre llamada y nota) que se exporta correctamente des de el ID, incluso si la TOC es muy larga, y después arrglar el formato de las llamadas y las notas a pelo. El Sigil, por lo dicho antes, lo descarto, de momento, para entornos de producción.


7) ¿Puedes desarrollar lo que comentas sobre la necesidad de retocar imágenes y mapas?


7- A ver, el tema de las imágenes. Yo soy diseñador, me es natural el pensar cómo se va a ver una imagen en una pantalla (de ordenador, teléfono, netbook, etc...) o en papel (y sus diferentes acabados). Sólo hace falta añadir al esquema las pantallas de resolución “rara” que tienen los lectores-e, eso quiere decir que el grano es muy grande, que no tienes “antialiasing”, que los niveles de gris son muy limitados, etc... Y se trata de que la imagen se vea en todo tipo de dispositivos que leen epubs. Desde lectores-e de hace tres años, hasta la super pantalla (en términos de resolucion y calidad de imagen, comparado con los lectores-e) de un iPad. Eso implica que tienes que retocar contrastes, pensar que las líneas finas desapareceran (por lo tanto hacerlas más gruesas), etc. Y en el caso de los mapas, sobre todo hay líneas muy finas, se añaden muchas tipografías, y muchos tamaños. En muchos casos se tienen que hacer desde cero, renunciando a muchos topónimos (al hacer más grande la letra, no caben), doblando el tamaño de las líneas, e incluso partiéndolo en diferentes páginas (solución que odio, pero que piden).


8) ¿Por qué los editores piden ediciones y modificaciones que los ereaders actuales no pueden renderizar? ¿Me he equivocado al interpretar esa parte de tu mensaje?


8- Siguiendo con lo anterior, muchas veces, por coste, no se rehacen los mapas, y simplemente se aumenta ligeramente el contraste y se intenta “engordar” las líneas de algun modo sencillo. Eso hace que, en un iPad lo veas decentemente, pero en un lector-e no veas nada en absoluto. Esto no te lo hace el ID, tienes que hacerlo a parte, en todos los casos. Lo más fácil suelen ser las fotografías en b/n, sólo aumentando el contraste suele quedar un resultado muy bueno para todos los dispositivos.


Como comentario de todas mis respuestas, tengo que decir que se basan mayoritariamente en la composición de libros-e desde libros-p que NO han sido compuestos pensando en que en algun momento existirian los libros-e. Muchas de las dificultades que me encuentro en el dia a dia pueden minimizarse si la composición está pensada des de un inicio para salir en “p” y en “e”. También las buenas artes del taller que haya compuesto el libro-p. Me he encontrado libros que han doblado su precio sólo por tener preparar el Quark para la exportación, sin errores, del texto con formato (para hacer el epub desde cero)
.


En breve, la segunda parte de la entrevista.

Nota: disculpad (sobre todo tú, Jaume) el descabale de formato de este post hasta las 10:00am. Me dormí sin repasarlo del todo. Empiezo a hartarme de las pirulas de blogger con WYSIWYG, y eso que es un caballo regalado

miércoles, octubre 06, 2010

Las pantallas Mirasol ya están en producción

Hasta que no lo vea, no lo creo. Que ya estoy más que escaldado de plazos incumplidos y anuncios rimbombantes.

El 9 de septiembre daba cuenta de que los primeros dispositivos con pantallas mirasol estarían para el CES 2011, en enero. Acogí esa información con escepticismo, pero hay que reconocer que, entre las alternativas de pantalla de tinta-e (o similar) con color y refresco compatible con video (Pixel-Qi, Liquavista, Mirasol), sólo mirasol tiene detrás a una compañía de buen tamaño. Eso no les libra de cagarla con los anuncios, pero al menos se puede asumir que tienen músculo financiero para apostar por un buen caballo y respaldarlo en la carrera por el ereader-tablet-loquesea a color y con video, autonomía de días y posibilidad de leerlo bajo el sol.

Pues bien, leo en Engadget que las pantallas mirasol ya se están fabricando, y que se van a destinar a "dispositivos convergentes" que se presentarán en el CES 2011. Quiero pensar que si tienes narices de permitir que un medio de la difusión de Engadget anuncie un producto de forma tan clara, eres consciente de que no puedes fallar so pena de estropiciar la imagen de tu producto, de tu empresa y por lo tanto rebotar de manera significativa a tus accionistas.

En teoría, los primeros meses de 2011 vamos a ver the real thing. Aunque no explican qué es un dispositivo convergente, no hay que ser un Sherlock para darse cuenta de que es un dispositivo que disfruta de las características de los tabletos (interactividad, multimedia, tasa de refresco), de los ereaders (descanso para la vista y autonomía). De ser así, pasaría de ser tableto a Señor Tablet, aunque yo seguiría frustrado por no disponer de una pantalla semejante para un portátil y poder disfrutar de mi añorada máquina de escribir del siglo XXI.

Me pregunto si hay un límite de costes para una pantalla así digamos de 10", si el problema es que el teclado es demodé, númelo 10 y contaminante, o qué pasa. Acabaremos sabiéndolo, creo, pero después de ver que OLPC sigue en su empeño de lanzar tabletos, me temo lo peor.

No es por nada, pero esto de la pérdida del teclado por contaminación empiezo a relacionarlo con la carrera por el número de hojas de las maquinillas de afeitar. Tiene tanto sentido que un teclado ensucie a un dispositivo como las maquinillas turborasuradoras de 5 hojas, 5.

A lo que voy. Pese a mi penar por la máquina de escribir del siglo XXI, lo cierto es que un Señor Tablet no sería como un tableto, aunque tuvieran la misma forma. La pantalla lo cambiaría todo, porque ofrecería convergentemente posibilidades que hoy no existen: leer con la comodidad de la pantalla no retroiluminada, disponer de la posibilidad de contenidos dinámicos, multimedia, autonomía de días (si no más). Si al tableto le veo como ventaja principal sus posibilidades de herramienta de presentación y márketing, a un Señor Tablet lo veo como sustituto de los ereaders, a los que en poco tiempo relegaría al segmento de precios más bajo si quieren sobrevivir. Veo al Señor Tablet, si acaba de aparecer y en las condiciones previstas, como un dispositivo que tendría sentido llevar encima además del móvil e incluso además de un portátil. Muchos ciudadanos no usan el portátil para trabajar, con lo que acarrear los gramos de un Señor Tablet sería suficiente. Los que tenemos que ir de tortuga ninja por la vida, con nuestro portátil en mochila, ganaríamos lo que ya ganamos con el ereader y más.

Eso sí, insisto, ya quisiera que salieran con la posibilidad de conectarles un teclado bluetooth o en dock, pero me temo lo peor. Así va el mundo.

Toca esperar. Pero no olvidéis que es muy difícil que llegue nada al mercado antes de... ¿marzo de 2011?, y que una primera generación siempre tiene muchos defectos que se acaban puliendo. Si estáis pensando en comprar o renovar el ereader, depende de la prisa que tengáis, pero un ereader barato (<160 euros) tendría pleno sentido, sobre todo a expensas de que todo esto se acabe confirmando.

Y por cierto, si alguien sabe de mochilas con rueda para portátiles que no cuesten un horror y que sean resistentes, le agradeceré cualquier pista al respecto.

martes, octubre 05, 2010

Buena prueba de la pérdida de norte con los tabletos

Leo el Liliputing que AlphaUI, una startup americana, ha creado un teclado trasero para escribir en los tabletos sin mirar.


Tal y como lo veis. Admite tabletos de entre 5 y 7 pulgadas, y con un poco de práctica (como se puede ver en el video del final) el usuario acaba... escribiendo sin mirar pero, como cantaban con tanto sentimiento La voz de la orgía, por detrás me gusta más. Tanta pamplina tecnoconsumista me hace hervir mi lado viejuno por compensación, y acuden sin poder evitarlo desde mis memorias auditivas lo mejor, y lo peor, de la música de mi infancia y juventud.

Para empezar, no pienso en plagio y sí en evolución convergente, como tiburones y delfines. Pero vamos, hace casi tres años un taiwanés muy majete (aunque, comparado con Gregoire de Always Innovating, parece un ortodoxo de la computación) sacó al mercado el noahpad, un UMPC con un teclado curioso que permitía girar 180 grados (como el entourage edge), y que podías escribir por detrás. Como desde aquel entonces se han fundido el video, os pego otro para que veáis el impresionante invento en todo su esplendor. Por detrás a partir del minuto 2:38, en este caso con una impagable banda sonora de música de ascensor y pequeñas turbinas.



Como decían en todas las pelis de vietnam cuando no estaban pegando tiros o drojándose, "Tablet númelo 1, UMPC númelo 10". O, más probablemente, "¿uemequé?" tanto el vietnamita de la época como muchísima población de nuestros días, por no saber que los UMPC siquiera existieron. Repartamos la culpa del presente a partes iguales entre la pésima campaña de comunicación de microsoft y que la prensa generalista no bombardeó sin tregua con "noticias" y "reportajes" sobre el UMPC como ha ocurrido con el iPad y ocurrirá con los tabletos.

Con todo, el AlphaUI presenta alguna mejora respecto al NoahPad, porque cada tecla es independiente y el invento ofrecería posibilidades de más velocidad respecto a la tecla gigante del pionero taiwanés.

Pero da un poco igual. La pregunta del millón acerca del AlphaUI no sería un obvio ¿Pa qué?, porque si necesito un teclado, lo necesito porque estoy acostumbrado a él, no por redescubrir el uso de un periférico usándolo al tacto. Si necesito escribir, y necesito hacerlo de pie, tendríamos el maravilloso y aún por reinventar HP TC1100, un tablet PC que sigue pareciendo revolucionario y que permite escribir de pie como se ha hecho cientos de años... con lápiz.


El AlphaUi lleva mi tren mental por otros derroteros, y algunos os lo imaginaréis, y hasta puede que os ocurra algo parecido: los tabletos no llevan teclados porque están pasados de moda, pero la necesidad de escribir mínimamente en serio (como las 761 palabras de este post) acaba llamando de vuelta al teclado (o a algo igualmente productivo, como podría ser el dictado de voz con el que os llevo amenazando desde hace meses, pero que nunca encuentro tiempo para preparar el post en condiciones).

¿Cómo conjugamos la necesidad de teclado con evitar el pecado de que se vea un teclado, cual paupérrimo netbook?

¡Por detrás! (me gusta más)

No sé vosotros, pero este AlphaUI invendible (eso espero) me acrecienta la impresión de pérdida de norte. Los PC en general, y los portátiles en particular, no están de moda... porque "todo el mundo" los tiene (situación a la que contribuyeron los netbook en no poca medida). No es atractivo, ni remotamente novedoso, usar un dispositivo con la configuración de un portátil de toda la vida (de concha o clamshell, que la llaman los gringos). Es númelo 1 usar un dispositivo sin teclado, para hacer lo mismo que hacemos con un ordenador (si acaso) y sosteniéndolo a pelo en vez de apoyarlo en la mesa o en las piernas. Pero volvemos a echar de menos escribir en serio, queremos recurrir al teclado... pero hasta un teclado Bluetooth rompería la pureza inmaculada del todo pantalla.

¡Qué solución más ingeniosa, la pantalla tapa el teclado, ese repudiable equivalente a las hombreras femeninas de los 80!

Lo que me jode realmente de todo esto es que ese "todo el mundo lo tiene" es obscenamente falso. No lo tiene todo el mundo, no ya fuera de Europa, sino tampoco nuestros conciudadanos que, ya sea por dificultades económicas o, sobre todo, porque siguen en el lado malo de la brecha digital y padecen barreras insuperables para el ordenador. De ahí ese significado pernicioso, de moda indolente, que veo en los tabletos.

domingo, octubre 03, 2010

Don't fear the Ripper

Originalmente iba a titular el post non habete paura, gracias a mi empanada mental habitual. Yo pensaba que era algo que había dicho Juan XXIII, que no por papa dejaba de ser un buen tipo. Pero no, resulta que lo dijo Wojtyła, y yo del santo subito, lejos, que aún recuerdo su imagen reprendiendo a Ernesto Cardenal o en el balcón saludando junto a Pinochet. Si meterme con el iPad me produjo un descenso de lecturas, posiblemente ocurra otro tanto, tanto por meterme con Wojtyła como por comparar eso con meterme con el iPad. Y no comparo a Wojtyła con el iPad por no liarla más, que estas cosas se sabe como empiezan pero no como acaban y lo mismo genero un verdadero monstruo multitouch.



Como no podía entitular "non habete paura", me vino a lo que me queda de cabeza la referencia a The Blue Öyster Cult, Don't fear the ripper. Y no por la banda, que molan pero tampoco es de mis preferidas de su época y estilo (prefiero a Boston y Jefferson Airplane, p.e.), sino porque es la canción del final de Agárrame ese fantasma, tanto porque la peli me hizo gracia como por reivindicar a Michael J. Fox, cuyo paso de estrella eternamente joven al olvido por el Parkinson me parece un símbolo de nuestra época. Y no, en eso no estoy de coña.

A lo que iba. Si podéis soportar la cara de panoli de Eric Bloom le dais una oportunidad al tema, probablemente os mole (si no soportáis a Eric, aquí teneis el audio en Spotify: Blue Oyster Cult – (Don't Fear) The Reaper). La letra no es para tirar cohetes, pero el título es tremendamente apropiado para este post, y de ahí toda la chapa preliminar.

Este post es la digestión a la charla que di a una reunión de editores y libreros en Barcelona este sábado pasado, ellos en el Ateneu la Torna y yo en mi casita, por skype y luego por teléfono móvil. Mi mensaje básico es éste: editores y libreros, no tengáis miedo al segador, básicamente porque el ebook no tiene por qué ser el segador.

La cosa salió de una propuesta de Blas Garzón de Traficante de sueños, que por twitter me hizo la propuesta de intervenir en la reunión con una charla sobre el libro electrónico y la lectura digital. Nunca había dado una conferencia de verdad por Skype, y por dificultades técnicas no tuvimos video de respuesta, con lo que me sentí un poco como la voz de los super-tacañones, pero el tema me resulta tan familiar y motivador a la vez que la dificultad no fue tal. Aquí tenéis el esquema de la charla:


Tras un repaso técnico a la historia reciente de los ebooks y a la guerra de formatos, pasé a lo que le mola más a un antropólogo: las personas. Pensaba provocar y hacer soltar alguna chispa hablando de las comunidades P2P dedicadas a los ebooks, pero resulta que quedé hasta como moderado al respecto comparado con alguno de los reunidos. De todas maneras, no hubo problema alguno para dinamizar a los allí reunidos, porque tras 20 minutos de conferencia, el turno de preguntas duró más de hora y media, y porque había que cortar, que mis leones tenían hambre y yo estaba ocupando nuestro salón.

Completé la charla con un repaso a algunos elementos de interés de la actualidad y el futuro cercano del ebook. La idea central es que considero que entramos en el inicio de la mayoría temprana, que el ebook es un tren cogiendo velocidad en la vía, recto a la cúspide de la mayoría temprana, y que exige a todas las partes adaptación. Me permito utopía de pedir que el ebook no sea protagonista de una distopía, sino que beneficie a todos.


La reunión fue de editores y libreros, y en un primer vistazo sólo se podría pensar que los ebooks son un torpedo contra la línea de flotación del librero. Recordad que allá por abril, en lo medios de desinformación de masas, hubo quien con cara de cemento afirmó que Libranda venía para proteger al librero, y que los ebooks se tendrían que comprar en librerías adquiriendo un código. En fin, semejante despropósito no duró mucho, tanto por la esencia concentrada de imbecilidad que suponía como porque esa "protección al librero" realmente apuntaba a proteger a ciertas grandes superficies que se llevaron por delante a buena parte de los libreros y pequeñas librerías.

Como ya he dicho en otras ocasiones, yo me he criado en un barrio de libreros y he sido testigo del cierre de muchas de las librerías de mi niñez, que no podían competir con el combo ECI/FNAC+Casa del Libro. Lo mismo soy rústico y anticuado por considerar que el librero es un profesional apasionado por el libro, que sabe de lo que está vendiendo un establecimiento no muy grande, donde no caben ni masas de clientes ni tampoco prisas. Al menos hay que agradecer que las inserciones en medios de Libranda hayan dejado de lado la pamplina indecente e hipócrita de proteger al librero. Que ya está bien de oxígeno activo, oiga.

Pues bien, creo que la librería puede reivindicarse y adaptarse al ebook. Los libreros que han sobrevivido a la gran superficie aplastante pueden apoyarse en su factor de supervivencia: la especialización y la profesionalidad, saber responder al cliente como no lo hace un chaval de veintipocos con chaleco verde y vaqueros y ayudarle a buscar a partir de datos incompletos. Precisamente, si no fuera porque Libranda está montada por lo que está montada y para lo que está montada, el ebook sería una amenaza mucho mayor para la gran superficie que para el pequeño establecimiento profesional y especializado.

A partir de ese punto que comento, creo que se puede escarmentar en cabeza ajena y salvar a las librerías enriqueciendo la experiencia del cliente. A las librerías de verdad, claro. No hablo de la esquinita con gradas en la FNAC donde habitan los gafapastas, sino al modelo de librería americana donde o se puede tomar café, o se organizan tertulias, talleres literarios, conferencias u otras actividades que deriven de disfrutar juntos del libro. Soy consciente de que no en todas las librerías se cuenta con espacio como para hacer esto en condiciones, pero ya que estoy corriendo el riesgo de decir paridas, me permito sugerir que, precisamente, espacio para reunión no falta en españa: cafés y bares. Si hay buena relación con el bar que, seguro, está a menos de 20 metros de la librería, se puede llegar a acuerdos que beneficien a ambos. Y ya que estamos, como tanto el que lee libros-p como el que lee libros-e como el que lee ambos, lo que le mueve es el libro sin sufijos, la librería podría acoger eventos para ambos tipos de libros y salir ganando.

Después vienen los pequeños editores. Don't fear the ripper. Si las cosas se hacen bien, el pequeño editor puede salir ganando con el ebook. Y me explico: el ebook no es sólo un nuevo canal de ventas, sino que le permite liberarse del distribuidor canibal, en feliz expresión de uno de los reunidos en la mesa redonda: de ese distribuidor que impone su ley en la piel de toro y en buena medida en hispanoamérica, que obliga a pasar por muy estrechos aros y que no duda en perjudicar a la obra minoritaria en los espacios visibles de venta con tal de maximizar las ventas de los bestsellers de turno.

La transición es dura, sobre todo porque hay inercias culturales muy rígidas asociadas al papel. Pero si el editor 2.0 tiene muchas vías de actuación analizadas en ediciona, yo me quedo al menos con uno de ellos: el trabajo fino, de complicidad y discusión con el autor, para terminar de apuntar la obra en la dirección adecuada. Esto que os digo es problemático en España, pero en USA no se cuestiona, y a la edición le siguen, sin solución de continuidad, la promoción adecuada de la obra. Si ese trabajo se hace bien, el editor será demandado por el autor, pero no por necesidad, sino por conveniencia.

Esto es bonito, diría yo. Mucho más prometedor que la amenaza del ebook como el segador de las editoriales. Pero diría que funcionaría si las editoriales pequeñas y medianas no firman acuerdos de exclusividad. Puede resultar tentador que te digan: "esto del ebook es una confusión tremenda y tiene muchos peligros. Si quieres, yo me encargo de todo y tu recibes los beneficios". Pero la exclusividad sólo se justifica si los beneficios son igual de drásticos, y no es el caso. No tiene sentido que el editor, aún el pequeño editor, no aproveche las facilidades que ofrece el entorno altamente competitivo de los ebooks y conecte por sí mismo con los canales principales, que aumenten las ventas sin añadir el sobrecoste de una injustificable etapa intermedia.

A partir de aquí, dos sugerencias más:
  • Si alguien es competencia de una editorial, es otra editorial, sobre todo una editorial más grande. No es por nada, pero estamos a tiempo de que un número de editoriales pequeñas unan fuerzas para generar canales de venta más ventajosos para ellos (para empezar, sin exclusividades). No es algo marciano en absoluto porque, señores, en Internet se lleva vendiendo todo tipo de productos 15 años y hay empresas a patadas que se ocuparían con gusto de gestionar un fondo de contenidos así en las condiciones que le pidieran.
  • Apoyaos en vuestros clientes, en los lectores. Buscad la complicidad de las comunidades preexistentes, compuestas por gente muy motivada y activa, y alimentad comunidades nuevas cuando sea preciso. En la era de la economía de la atención, el boca a boca no tiene sustituto. Y si dialogas con tu cliente, si tu disposición es de toda la apertura y transparencia que te puedas permitir de forma solvente, te vas a distanciar de los que están comunicando con el culo.
Lo dicho: no temáis al segador, porque el ebook amenaza a otros. Adivinad a quien :).

Estaba redactando este post después de un finde tranquilito y nada bloguero cuando recibo la respuesta de Jaume Balmes a una entrevista que le propuse a partir de los comentarios que ambos hicimos a un post de Kindleman. Cuál no será mi sorpresa cuando en la respuesta me comenta que había estado en la reunión, que la ronda de preguntas se llevó a cabo con su teléfono puesto en manos libres. Como me dijo
Y otra cosa (y el mundo es un pañuelo), que fui invitado a una primera reunión entre editores pequeños, minúsculos y nanométricos de toda España, que estaban en Barcelona por el Liber, para afrontar “esto del libro electrónico”. Digo lo del mundo y el pañuelo porque te escuché a través de skype dar una buena charla a todos y todas los que estábamos allí, y el teléfono que te llamó (el segundo y definitivo) para que nos oyeras era el mío. No me pude quedar por la tarde, donde se supone que se empezaban a tomar decisiones, y aún no sé el resultado, pero tengo que decir que tu intervención hizo que la gente pensara mucho (se saturaron un poco, normal, por otro lado, si no se han interesado por el tema hasta ahora) y pude ampliar ciertos aspectos que habías introducido tú mismo y explicar de nuevo algunos que no habian acabado de entender, o sea que el tándem funcionó muy bien. Y te doy las gracias por haber querido colaborar, porque la verdad es que me interesa (llámale militancia literaria) mucho más ayudar a que los pequeños editores del país puedan subirse al carro y aprovechar la oportunidad de hacerlo bien y que gane en calidad este mundo del libro-e, que eternamente seguir viviendo exclusivamente de los redactores de los macro-editoriales que están hasta los @@ de que las empresas de “conversión” hagan libros-e como churros (y les salgan como un churro), y valoren mi trabajo por su calidad (y no por su precio).
Conste que he filtrado un elogio a mi papel porque, aunque soy candidato al suicidio argentino (tirándome desde mi ego), no he sido capaz de reproducir el elogio por un poco de verwenza. Esto es tinta-e, no un blog estrella de un bloguero gurú.

En los próximos días tenéis las respuestas de Jaume a mi entrevista.

P.S.: por cierto, editores y libreros reunidos: dejo los comentarios a vuestra disposición para que maticéis o enriquezcáis lo que consideréis oportuno de lo dicho.
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